La importancia de un triunfo en Cali para el Medellín | OneFootball

¡Parceee! El Poderoso lo volvió a hacer, parce. Le ganó al Deportes Tolima y selló su paso a la gran final de la Liga BetPlay, y lo más verraco: ¡lo hizo con una jornada de anticipación! Sí, así como lo leés, el Rojo de la Montaña volvió a demostrar que cuando se trata de luchar, de dejar el alma en la cancha y de soñar en grande, el DIM no se raja, parce.

Este equipo no solo juega, este equipo emociona, parce. Porque cuando parecía que todo se iba a definir en la última fecha, salieron los muchachos a romperla toda, con garra, con corazón y con esa hambre de gloria que nos tiene a todos brincando de la felicidad. ¡Qué orgullo ser del Medellín, ome!

Pero ojo, que esto no termina acá. Aunque ya estamos en la final, el Medallo va con toda a Cali, porque la idea es clara: queremos cerrar en casa, queremos que esa última batalla se viva en nuestro templo, en el Atanasio Girardot, con nuestra gente, con nuestras banderas, con el alma roja latiendo fuerte en cada rincón del estadio.

Y no es por capricho, parce. Es que este equipo se merece levantar la copa en su casa, en su tierra, donde ha luchado cada punto, donde ha sudado la camiseta con dignidad y entrega. La finalísima en el Atanasio no es solo un sueño, es una misión que nos tiene ilusionados hasta los huesos.

Así que parcero, este jueves todos pendientes del partido contra América, porque aunque ya estamos en la final, esto no es para guardarse nada. Vamos por ese último empujón, vamos por ese tiquete con ubicación VIP para rematar en casa, y vamos a seguir soñando despiertos, porque este Medallo nos tiene con el corazón a mil.

A la gente que siempre ha estado, a los que se ilusionan con cada pase, con cada gol, con cada grito de aliento… esto también es de ustedes, mi gente. Lo que viene no será fácil, pero con esta energía, con esta unión entre jugadores e hinchada, con este amor por los colores, todo es posible.

¡Vamos por la estrella, parceros! ¡Vamos por la gloria eterna! El camino está trazado, y el sueño está más vivo que nunca. Porque cuando juega el Poderoso, no hay imposibles. ¡Aguante el Medallo, siempre!