Da igual la pelota
·15 de julio de 2024
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·15 de julio de 2024
Es imposible describir la alegría que sintieron ayer millones de españoles. Tanto desde sus casas como por las calles. Un sentimiento que une a todo un país y que es imposible no emocionarse con lo vivido. Seguramente muchos no daban «un duro» por esta selección, a pesar de ganar la UEFA Nations League en el 2023. Un equipo que ha ido cogiendo forma a lo largo de los meses y que demostraba que podía aspirar a lograr un título.
Los amistosos contra Colombia y Brasil, en marzo de 2024, nos dejaron ver que tal vez nos faltaba algo de nivel, sobre todo tras la derrota ante los cafeteros. No obstante, contra Brasil vimos una selección con una actitud diferente y con un juego que engachaba. Tanto que consiguieron poner a la «canarihna» contra la cuerdas. Finalmente, el encuentro terminó con un empate de tres goles a tres, pero con buenas sensaciones.
Oyarzabal marcó el gol de la victoria / Photo by Richard Pelham/Getty Images
Las dudas continuaron cuando salió la lista de convocados. En nuestra lista de 26 jugadores parecía que faltaba el nombre de alguna «estrella», algo con lo que contaban Francia, Inglaterra o Alemania. Aunque para muchos faltaba ese nombre protagonista, contábamos con algo mejor: un equipo unido y que se entiende a la perfección. Lo han demostrado en cada partido, siendo imbatibles en cada encuentro y dejando claro que no se iban a rendir.
Los rivales a vencer no han sido fáciles, puesto que nos tocó en el «grupo de la muerte». Un grupo formado por Croacia, Italia y Albania. Los croatas capitaneados por Luka Modric fueron la gran decepción de la Euro. Su debut contra «La Roja» dejó al equipo en la cuerda floja. Italia sería el rival más fuerte. Hacerle un gol era complicado, pero la insistencia tuvo su recompensa gracias al gol en propia de Calafiori. Albania también fue dura, pues demostró en esta Eurocopa mucho carácter y perseverancia. Sin embargo, cayó ante España.
Superada la fase de grupos con pleno de victorias, sin haber encajado ningún gol en nuestra portería y habiendo marcado más goles que ninguno, nuestro rival en octavos fue Georgia. Quedó tercera en el grupo F, superada por Turquía y Portugal. No era un contrincante fácil pues los georgianos jugaban al contragolpe y en cualquier momento le podían dar la vuelta al partido. Así pasó, cuando en su primer ataque lograron superar a la defensa española y dejarnos caer en nuestro error. Un gol en propia de Le Normand les ponía por unos minutos por delante en el marcador.
No obstante, la garra de la selección española no tiene límite y dio la vuelta al encuentro remontando con una goleada de cuatro goles. La pieza fundamental de partido, sin ninguna duda fue Rodri. Con los octavos de final quedaban aún tres paradas para levantar el título de campeones. La cuarta Eurocopa llegó tras superar a las tres favoritas del torneo: Alemania, en cuartos, Francia, en semis, e Inglaterra, en la final.
España ha sido la mejor del competición. Su juego, su carisma y su unión han devuelto ha todo un país la ilusión. La ilusión de volver a creer que se pueden conseguir grandes títulos y que está en nuestra mano confiar en estos jugadores que han demostrado su fortaleza y su talento.
Autora: Natalia Blanco
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