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·27 de noviembre de 2024
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El FC Barcelona ha retornado al camino de la victoria, exhibiendo una vez más su imagen de equipo dominante. Marcó tres goles contra un rival que no había perdido ningún encuentro en la presente UEFA Champions League después de cuatro jornadas y solo había encajado tres dianas, mostrándose como uno de los conjuntos más sólidos defensivamente en el torneo. A pesar de esto, el cuadro azulgrana logró superar ese fortín sólido gracias, en gran medida, a un cambio táctico importante en su formación inicial.
En este punto, el Barcelona tuvo que reevaluar sus ideas para poner nuevamente a 'carburar' al equipo. Sin Lamine Yamal, Hansi Flick tuvo que reconfigurar su estrategia a nivel ofensivo. ¿Cómo lo logró? Apelando constantemente a un concepto que resonó en la 'era Xavi', el famoso 'cuadrado'. Este cambio de esquema fue propiciado por la abundancia de centrocampistas naturales en el terreno de juego.
Aunque nominalmente el Barcelona comenzó con un 4-2-3-1, el esquema se transformó en más de una ocasión prácticamente en una especie de 4-4-2. ¿Por qué? Este cambio se debía a la distribución en la zona medular.
A pesar de que la base del centro del campo seguía siendo la misma, con Marc Casadó y Pedri González manejando la 'sala de máquinas' con gran soltura, sobre todo este último, que tuvo un encuentro sublime contra el Stade Brestois, marcando el ritmo del juego y destacando con algunos detalles técnicos excepcionales, siendo incluso ovacionado al ser sustituido.
Ahora, ¿cómo se volvió al famoso 'cuadrado' de Xavi Hernández? Sencillo. Hansi Flick decidió ubicar a Dani Olmo más centralizado, ubicándolo como mediapunta, en lugar de colocarlo como extremo izquierdo, como en el cruce contra el Celta de Vigo (2-2), para aprovechar al máximo su creatividad. ¿Resultado? El de Terrassa rindió a un nivel estelar, anotando un golazo y distribuyendo el juego con gran sencillez, incluso incursionando en el área rival en algunas ocasiones.
Asimismo, la pieza final que completó este 'cuadrado' fue Fermín López, quien empezó como un extremo izquierdo teórico, pero que en repetidas ocasiones se movió al centro del campo para crear superioridades, mostrando también cualidades de mediapunta. El onubense se convirtió en una amenaza en la zona de ataque, ayudando a concentrar el juego por el carril central y brindando apoyo a las dos piezas más destacadas en ataque, Robert Lewandowski y Raphinha.
Esta apuesta resultó ser un éxito definitivo y representa una nueva solución táctica para Hansi Flick, quien nuevamente ha encontrado la fórmula para revolucionar al Barcelona. A su vez, se perfila como un recurso valioso, especialmente cuando Lamine Yamal no está disponible, aunque se espera su regreso para el próximo partido contra la UD Las Palmas (30/11) o el RCD Mallorca (03/12).