La gabarra que nunca surcó la ría | OneFootball

Cuarenta años después el Athletic celebraba el título de la Copa del Rey a bordo de una gabarra que no surcó la ría cuando la sección femenina levantó la liga en 2016

120 minutos de infarto. Cuarenta años de espera. Más de 70 mil aficionados en Sevilla y otros tantos en San Mamés. Por no contar a la enorme diáspora rojiblanca repartida por el mundo. Todos ellos, soñaban con ese momento. El de ver por fin al famoso Athletic campeón. Y es que los golpes han sido duros. Muchas lágrimas derramadas. Pero valió la pena. Si no, que se lo digan al millón de personas que se reunió alrededor de la ría. Por fin, la gabarra volvía a brillar. ¿Pero, y si hubiese salido antes? Por ejemplo, en 2016, cuando la sección femenina logró ganar el título de liga por sexta vez en su historia. Una espina clavada para una afición que puso al club entre la espada y la pared, pero que al final no logró desempolvar a la hasta entonces, innombrable.

Iraia Iturregi, capitana de aquel Athletic Club que logró desafiar a la hegemonía del Barcelona, volvió a ser partícipe de la celebración. Esta vez no en el balcón del ayuntamiento, donde en su día mostró el título a las 10.000 camisetas rojiblancas. Sin embargo, lo tenía claro. »Estoy convencida de que la siguiente vez que las chicas ganen un título van a ir en la gabarra» comentó en directo para la programación especial de Euskal Telebista. Porque el Athletic, uno de los clubes con mejor trayectoria en el fútbol femenino español y de los que más ha cuidado de su sección, quizá no estuvo a la altura de la importancia que mereció, el hasta hoy, último título de las leonas.

Un Athletic que brilló durante aquella temporada, y que logró imponerse al Barça por solo un punto de ventaja. La liga no estuvo decidida hasta la penúltima jornada, donde el Barcelona pinchó ante el Atlético y devolvió la gloria al cuadro bilbaíno. El mismo que durante la década anterior había dominado la competición, ganando cuatro títulos, tres de ellos consecutivos: 2002/03, 2003/04, 2004/05 y 2006/07. Dirigidas por Iñigo Juaristi, fue el Athletic de leyendas como Eli Ibarra, Irune Murua y jóvenes como Iraia Iturregi o Erika Vázquez que pasarían toda una vida en el club.

La época dorada del Athletic Club coincidió con el bienio negro de sus homónimos. Mientras unas ganaban, los otros sufrían por no caer por primera vez a segunda división. Dos realidades muy distintas, porque a pesar de las finales del equipo que más adelante dirigiría Bielsa, en clave femenina, el equipo rojiblanco se mantuvo en lo alto durante ocho temporadas. La rivalidad entre Atlético y Barça repartió el pastel, pero el Athletic siempre estuvo allí, incluso con dos subcampeonatos coperos. Años donde, a pesar de no ver títulos, la salud del equipo estaba en buenas manos. Pero la llegada de Joseba Aguirre supuso un cambio de ciclo, y con ello, un título para el recuerdo.

El equipo se forjó entre leyendas y jóvenes katxorras. A las históricas Ibarra, Murua, Iturregi, Olabarreita y Erika, se juntaron piezas como Tirapu, Gimbert y Nekane, además de futbolistas más jóvenes que a día de hoy aún no han dicho su última palabra: Moraza, Paredes, Garazi, Damaris, Oroz y Yulema. Una de las mejores plantillas del Athletic, que tan solo cedió en tres partidos, empató otros tres, y llegó a final de temporada como campeonas. Aquel 7 de junio de 2016, más de 10.000 aficionados se echaron a las calles de Bilbao para celebrar el quinto título de las leonas.

Como ya hizo con el Athletic txapledun de Valverde, Juan Mari Aburto, alcalde de Bilbao, también recibió al equipo capitaneado por Iraia Iturregi en las escalinatas del ayuntamiento. El rojiblanco tiñó la villa, y desde el balcón, la capitana alzó el trofeo. Una imagen para el recuerdo. Pero un tanto descafeinada. Algo fallaba. Ni la presión social ni política lograron convencer a la junta de Josu Urrutia, presidente del club, para que las chicas surcaran el río Nervión. Tampoco las 30.000 firmas que recogieron los aficionados a través de la plataforma change.org. «Presupongo que la intensidad que se ha mostrado estos días con nuestro equipo femenino va a ser oportunamente canalizada en un seguimiento a su altura», concluyó el expresidente.

La entidad decidió darles a sus jugadoras el mismo trato que al equipo masculino la temporada anterior, cuando lograron en verano la Supercopa. Entonces también hubo petición de gabarra, pero sin tiempo suficiente para organizarlo dada la previa de la Europa League, el planteamiento del club pasó por una celebración más recogida. Incluso el presidente del CSD, Miguel Cardenal, se manifestó al respecto. «No conozco los detalles, pero me parece un tema trascendente. Lo voy a estudiar con detenimiento, pero como premisa general manifiesto que la celebración y los méritos debe ser los mismos para el deporte masculino y el femenino».

El artefacto que había hecho famoso al Athletic en los años ochenta seguiría amarrado a los pies de San Mamés. De hecho, no estaba ni matriculado. Tuvo que ser Aitor Elizegi quien en 2021 decidiera poner a punto la Gabarra por si el algún momento el equipo se proclamaba campeón. Como en los ochenta, cuando un millón de personal presenciaron aquellas imágenes únicas con los jugadores del Athletic luciendo camisas de rayas rojiblancas. Aunque eso sí, la de los ochenta no fue la primera vez. El origen de esta curiosa celebración se remonta a los astilleros de Olabeaga, cuando en 1924, el equipo Acero Club celebró el Campeonato de España B subiéndose a una gabarra iluminada por antorchas que les transportó hasta el muelle de su localidad. Una gabarra que inspiró la popular canción, que, por fin, volvía a sonar en la ría cuarenta años después: «Por el río Nervión bajaba una gabarra, con once jugadores del club atxuritarra. Rumbala, rumbala, rumba, la rumba del cañón».

Imágenes de Podium.