La España del streamer Luis Enrique hace el ridículo ante Japón pero se mete en octavos de milagro | OneFootball

España venía de ganar 7-0 ante Costa Rica y empatar 1-1 ante Alemania. En su tercera cita jugaba con colchón y a sabiendas de que esperaba la selección de Luka Modric y el lado de los 'tiburones' del Mundial. En el otro estaba la sorprendente Marruecos. España jugó con fuego al salir desde el banquillo. En el Alemania-Costa Rica también se jugaba otro partido. Un partido que iba ligado a otro. Podía pasar cualquiera de las cuatro selecciones.

Empezó bien el partido. Marcó Álvaro Morata tras un pase de César Azpilicueta y la noche pintaba bien para España. El 1-0 daba más tranquilidad mirando a la selección de Alemania y al 1-0 que firmaba Gnabry (casi a la vez) para clasificar a los dos grandes.  Nada más lejos de la realidad... La historia se complicó al volver del descanso.

Unos minutos te dinamitan (y que se lo digan a Alemania) y dos errores de Balde, Unai Simón y una empanada generalizada costó que Japón diera la vuelta al marcador. Del 1-0 al 1-2. Y en el otro partido empataba Costa Rica ante Alemania para poner a España al filo de la eliminación. Es guion era terrible. Las noticias del otro partido dejaban a los de Luis Enrique contra las cuerdas. Marcaba Costa Rica y era Alemania la que ponía el corazón en un puño.

Havertz marcaba dos de sopetón y Alemania le volvía a dar la vuelta al partido para poner el 2-4. España, con eso, sí que se metía en la siguiente ronda. La selección jugaba con fuego y no se quemaba. España rozó el ridículo en la fase de grupos.