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·11 de noviembre de 2024
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·11 de noviembre de 2024
Foto: Fran Santiago / Getty Images
A Williot Swedberg lo van a declarar persona non grata entre el beticismo. La pasada temporada tan solo necesitó unos pocos minutos para sentenciar al equipo verdiblanco en Balaídos, con un gol postrero que dio la victoria al Celta en el minuto 96. Ayer salió, otra vez unos minutos, y volvió a dejar una diablura de las suyas para dejar en bandeja el 1-2 a Douvikas. El griego, que estaba donde tenía que estar, solo tuvo que empujar el esférico al fondo de las mallas.
El Kraken ya empieza ser conocido en la liga por sus travesuras. No necesita muchos minutos ni continuidad para ser letal. Esta temporada acumula 486 minutos, que son mucho más que los que tuvo la pasada temporada, pero siguen sin ser excesivos, y ya suma 2 goles y 3 asistencias, comenzando a ser ese jugador diferencial que imaginó Luís Campos cuando lo fichó del Hammarby sueco.
Sus registros podían ser incluso mejores de no haber marrado algunas ocasiones más o menos claras, especialmente en los partidos ante Villarreal y Real Madrid. Es fácil imaginar que no siempre se puede estar acertado, y no se puede negar que en el caso del sueco, sus errores están por debajo de los aciertos, y estos le están dando puntos al Celta esta temporada, como se lo dieron la pasada cuando apenas tenía minutos con Rafa Benítez.
Es difícil describir al futbolista escandinavo como un futbolista que pueda marcar diferencias. Su presencia en el campo no impresiona demasiado, e incluso su lenguaje corporal no parece indicar la mala intención de sus intervenciones, pero cuando coinciden él y el balón cerca de la portería contraria se transforma en un ente letal que puede acabar con cualquiera. Sea quien sea.