La digestión de Cristiano Ronaldo | OneFootball

No, no están siendo buenas las sensaciones de las últimas temporadas. La digestión de la marcha de Cristiano Ronaldo está siendo pesada. Es cierto que la pasada se ganó una Liga tan complicada como atípica, pero tampoco puede decirse que el balance fuera brillante. Soy de los que piensa que el Madrid debe optar a todo y el deplorable papel en Copa y Champions no lo mitiga nada, ni la Liga. El año del COVID-19 en nuestras vidas se interrumpió con una bochornosa derrota ante el Betis en el Bernabéu. El bloque sólido que consiguió armar Zidane, y que le permitió alzarse con el campeonato doméstico, invitaba a pensar que se habían cerrado algunas vías de agua importantes, pero no fue así. No está siendo así.

La imagen dada por el equipo deja mucho que desear, tanto en España como en Europa. Mis mayores me enseñaron que un equipo grande no habla de los árbitros y que el público debe exigir de acuerdo a esa grandeza. Sí, es verdad que la actuación arbitral ante el Valencia fue manifiestamente mejorable, pero esa es una guerra que ya sabemos perdida de antemano. Y por más que no debamos dejarlo pasar, que no debemos, tampoco podemos dedicarle más atención de la que un club como el nuestro requiere.

Lesiones, fichajes y rendimiento. Veamos. A buen seguro que la vuelta de Carvajal, más importante de lo que muchos piensan, dará al equipo otro aire. Ahora bien, Modric tiene la edad que tiene, Asensio y Hazard salen de una lesión  —ahora se nos ha caído Ramos, por si esto fuera poco— y los hay que parecen lesionados en el ánimo. Hablo de tipos como Isco, Militao, Marcelo y Lucas Vázquez, quienes parecen haber olvidado cómo se juega al fútbol. La apuesta por los jóvenes requiere su tiempo, pese a que el Madrid y la paciencia nunca han maridado bien. Vini y Rodrygo apuntan cosas interesantes, Ødegaard ilusiona sólo a sus incondicionales y esperar a Jovic se está tornando desesperante. Por otro lado, Zidane tiene sus filias y su fobias, como todos, y eso ha de respetarse. Máxime con su currículum, pasado y reciente. Pero la leyenda negra —me dicen que real— de ciertas antipatías entre su hijo y Reguilón y Llorente en el Castilla y que eso haya pesado a la hora de no contar con ellos es algo que me sigue incomodando. Hasta llegar a la marcha de Cristiano Ronaldo.

Fotografías Getty Images.