Grada3
·1 de septiembre de 2025
La decisión que Xabi Alonso podría tomar con Mastantuono

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·1 de septiembre de 2025
Franco Mastantuono ha caído de pie en el Real Madrid. Apenas lleva 15 en el club, desde que cumplió la mayoría de edad, y ha gozado de la confianza plena de Xabi Alonso, dándole minutos en el primer partido con 4 días de entrenamiento y metiéndole de titular en los dos compromisos posteriores. El joven argentino le pone empeño, le pone ganas, quizá demasiadas, pero la realidad empieza a imponer, aún está lejos de su mejor nivel o, al menos, al nivel que demanda un titular en el Real Madrid.
Desde el primer día se vio a un Xabi Alonso muy optimista con lo que Franco Mastantuno podría hacer: se incorporó oficialmente a la disciplina del entrenador vasco el 15 de agosto, un día después de que cumpliera los 18 años y fuera presentado por todo lo alto en la ciudad deportiva de Valdebebas, un viernes, cuatro días antes de que el club blanco debutara en Liga. En su primer partido el entrenador le dio media hora, se le vieron muchas ganas, desparpajo, quizá un poco sobreexcitado, algo lógico, pero la primera sensación fue buena. Ayudó la ilusión que hay depositada en él, ya no solo por parte del club, también por parte de una afición con ganas de ver sus cualidades.
Apenas cinco días después del debut en casa, tocaba viajar a Oviedo y Xabi Alonso enseñó sus cartas: primera titularidad de la joven perla argentina. Jugó algo más de una hora, y fue más de los mismo que en el primer partido: mucha voluntad, desparpajo (hay que decir que no se esconde, que la pide), pero su aportación al equipo fue mínima y finalmente. Quizá demasiadas ganar de convencer, de demostrar su valía. Fue sustituido a la hora de partido.
Y este fin de semana, el entrenador vasco demostró plena confianza hacia el extremo, dándole su primera titularidad en el Santiago Bernabéu ante el Mallorca. El argentino, que rozó su primer gol con la camiseta blanca, cuajó el peor de los tres partidos, donde mostró las mismas carencias que las dos primeras citas, falto de ideas, falta de fluidez, de ritmo competitivo. De nuevo duró poca más de una hora de encuentro, y el optimismo que genera la novedad se ha ido diluyendo con el paso de los encuentros.
Jugar en el Real Madrid no es sencillo, y menos para un chaval de 18 años recién llegado del fútbol argentino: otro estilo de juego, otro ritmo, pero también otro club, otro país, otro continente. No deja de ser un chaval que ha llegado con la etiqueta de súper estrella y que, sin embargo, está aún por hacer. Pero esto no es cualquier club: en la casa blanca se mira a los jugadores con lupa, especialmente a los nuevos fichajes, a quienes vienen con una etiqueta de súper estrella, y se les juzga con la exigencia de un club en donde solo vale hacer las cosas bien. El argentino está lejos del nivel exigido para vestir la camiseta blanca de inicio, para convertirse en uno de los jugadores importantes del equipo. Debe mejorar su rendimiento y comenzar a mostrar el nivel que le ha llevado a fichar por el Real Madrid.
El entrenador del Real Madrid confía y tiene muchas esperanzas en Franco Mastantuono. Él es el primero que es consciente de que el nivel del extremo está muy por debajo de lo esperado, pero le seguirá dando confianza. Uno de los motivos para darle protagonismo es para demostrarle la confianza que tiene, para que use estos primeros minutos como experiencia, y ahora que ha llegado el primer parón internacional, el tolosarra confía en que el jugador, tenga tiempo para calmarse, para asimilar el cambio racial de vida que ha vivido, y que en Argentina pueda sentar las bases para que a la vuelta venga con un punto más de maduración y tranquilidad.
Es un futbolista joven, con mucha proyección y que mantiene intacto su etiqueta de súper promesa, pero en el Real Madrid no se mira la edad ni el DNI, se mira el rendimiento y Franco Mastantuono debe demostrar más que lo demostrado en los primeros tres partidos de blanco. El parón llega en el mejor momento para él, para que pueda asimilar el cambio radical que ha sufrido desde su llegada a la capital de España.