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·5 de mayo de 2020

La bronca a un campeón de Europa

Imagen del artículo:La bronca a un campeón de Europa

Jorge Meré, central del Colonia y la Selección Sub-21 de España, recibió con 15 años una bronca impresionante de Javier Vidales que le hizo cambiar de mentalidad

El fútbol base es una zona de cultivo de grandes futbolistas, deportistas y personas, pero también de sueños rotos. En la cantera existen muchos tipos de futbolistas: los que desde temprana edad sabes que van a llegar a lo más alto, los que despuntan en infantiles y se caen en juveniles (o al contrario), los que tienen un físico que en infantiles les permite ser muy superiores al rival pero que cuando el físico se iguala ya no despuntan tanto, los que van tan sobrados que no muestran su 100% y se conforman con ganar al rival de turno con el 60-70 % del fútbol que puede desarrollar.


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El caso de Jorge Meré, central del Colonia y campeón de Europa con la Selección Sub-21 de España, no ha sido diferente al de todos los que fueron canteranos y ahora son futbolistas de élite. Meré también ha pasado por el debate que se genera cuando un canterano de 14 o 15 años destaca en su categoría. ¿En ese momento destaca por tener un físico privilegiado? ¿Destaca por unas capacidades técnicas superiores a lo normal? Cuando ocurre esto, los formadores y el club como tal se preguntan si, cuando este proyecto de jugador llegue a los 18, 19 y 20 años, le va a dar para jugar en el primer equipo o en el fútbol profesional.

A la hora de analizar a Meré, que en este caso se refiere a la posición de defensa central, había que estudiar que si por sus centímetros le iba a dar para un fútbol profesional donde los partidos se deciden en las areas, zonas donde hay que ganar muchas acciones por arriba. Ese debate siempre existió en el Sporting de Gijón con Meré pero, quien por aquel entonces era el director de Metodología, Javier Vidales, no entraba en ningún debate, sino que sólo tenia una pequeña duda que desencadeno en esa famosa bronca de Vidales al joven Meré.

Con 14 y 15 años, Meré poseía una madurez impropia en jugadores de su edad. Jugaba como un futbolista de 18 o 19 años, parecía que había vivido muchas más experiencias que sus compañeros. Tenia y tiene una madurez impresionante para competir, no era un jugador que se volviera loco cuando los partidos se ponían locos, se manejaba con una tranquilidad pasmosa, y cuando los partidos no necesitaban un excesivo esfuerzo, sabia dosificarse. Era un veterano con 14 años. De hecho, estando en edad de cadete, y sabiendo que era un proyecto de club, Vidales empezó a buscar secuencias competitivas que le ayudaran a formarse y que a los entrenadores les hiciera descubrir aquellos aspectos en los que tenían que empezar a trabajar con él para dejarlo preparado de cara a su futuro.

Siendo cadete, Jorge Meré debuto con el Juvenil A del Sporting en una eliminatoria de la Copa del Rey ante el Athletic de Bilbao, teniendo el central que lidiar con un potente y veloz Iñaki Williams. El Sporting puso por encima del resultado y la eliminatoria, una ocasión para ver a Jorge Meré en ese escenario, pues al año siguiente tenia que jugar en el División de Honor Juvenil sin ni siquiera pasar por el Juvenil B. Era un claro proyecto de club, pero el Sporting seguía teniendo dudas con Meré por esos centímetros. Jorge no iba a ser un central de 1,90, pero esa falta de centímetros lo subsanaba con una gran capacidad para leer el juego y anticiparse que le permitía ganar la mayoría de las disputas.

Meré parecía el perfecto proyecto de club, pero también parecía que el poder realmente superaba al querer. Jorge era uno de los mejores futbolistas de una de las mejores canteras de España, pero él soñaba con ser piloto de rallies, como su amigo Cohete Suárez, e incluso ‘coqueteaba’ con el balonmano. «Cambié el chip después de una bronca impresionante de Vidales. Me di cuenta de que estaba haciendo mal muchas cosas y debía cambiar. Gracias a él cambié mi actitud», dijo en Radio Marca Asturias allá por el año 2015 tras debutar en Primera División con su Sporting de Gijón.

¿Por qué se llego a esa bronca entre director y el mejor jugador de la cantera que tenia 15 años? Todo empezó en el inicio de esa temporada en la que acabo debutando con el Juvenil A, cuando el central fue convocado por la Selección Española para unas jornadas de entrenamientos. Vidales, que mantenía un constante contacto con los entrenadores y directivos de la Federación, recibió la información directa de que Meré se estaba mostrando ‘sobrado’ en los entrenamientos, con una actitud más parecida a un jugador que ya sumaba muchas convocatorias con la Selección que a la de un debutante que busca ganarse un puesto entre los mejores futbolistas de España, como era el caso del propio Jorge Meré.

Tras esas llamadas, Vidales pidió los videos de aquellos entrenamientos, la Federación se los envió y, después de verlos, el director de Metodología del Sporting se preocupo. Realmente, la única preocupación de Vidales con Meré no eran los centímetros ni sus capacidades técnicas o físicas, sino el hacerle entender que era imprescindible que si quería ser futbolista tenia que querer serlo de verdad en todo momento y estuviera donde estuviera. «Mi única preocupación era meter en esa cabeza que el ser futbolista no iba a depender más que de él mismo. No iba a depender de quien lo tuviera en sus manos porque él lo tenia todo para trasladar seguridad a quien lo manejara».

Esa bronca se produjo antes de un entrenamiento de Meré con su equipo en el Sporting. Sin ponerle ninguno de los videos de esos entrenamientos con la Selección, Vidales le pregunto a Meré como había estado: «Bien, bien», contestaba repetidamente el canterano. Viendo que Jorge seguía sin salir del «bien», Vidales se empezó a enfadar con él y a ponerlo poco a poco contra las cuerdas. «Fue un enfado de teatro, yo lo que quería era que se llevara una lección, y le puse el símil de que lo que estaba pasando en muchos de los partidos que él jugaba con nosotros en el Sporting, que si él para imponerse al rival, de un nivel 10 que tenia, si él veía que con un 6 ya le bastaba, pues estaba en el 6».

El despacho de Javier Vidales no dejaba de retumbar en su búsqueda de cambiar la mentalidad del mayor proyecto del club: «Le dije que todo lo que se estaba guardando era lo que le iba a penalizar. Él no podía poner a su fútbol el tope que le obligaba el rival, que su listón era el de el mismo y no el rival que tenia delante porque Jorge estaba destinado a jugar en el fútbol profesional y no contra equipos de Tercera División en Asturias». Vidales le hizo ver a Meré que estaba muy preocupado, que todo el pensamiento positivo que estaba teniendo sobre él se lo estaba tirando el mismo abajo.

Aquella bronca impresionante salió bien, porque a partir de ello Jorge Meré cambió de mentalidad, pero también porque a los cinco minutos de finalizar esa conversación y Jorge se fuera con sus compañeros al entrenamiento, Vidales salió de su despacho y se encontró de frente con el padre de Meré. «De repente, mientras bajaba por el pasillo para ver el entrenamiento, me cruce con el padre de Jorge y entonces, yo estaba tan caliente de la conversación que había tenido con Jorge Meré, que se me cruzo el cable y le monte un lio al padre, haciéndole ver que estaba en nuestros manos, las del Sporting y en las suyas como padre, vigilar que las actitudes de Jorge fueran de todo menos cómodas. Teníamos que crearle en su manera de entrenar y competir una autoexigencia que buscara mejorarse a él mismo».

El padre de Jorge Meré se quedo pálido tras aquella cruzada de cable de Vidales, pero seguramente en casa o en el trayecto en coche desde Mareo hasta Oviedo, padre e hijo compartieron sus respectivas broncas con Vidales y llegaron a la conclusión de que esa bronca no era para hacerle daño a Jorge, sino que él se estaba haciendo mucho daño así mismo. Nadie sabe que hubiera ocurrido con la carrera de Jorge Meré si nunca se hubiera producido esa bronca, pero lo que si se sabe es que a partir de esa bronca nació un nuevo Jorge Meré, el que da el 100% en todos los entrenamientos y partidos, y que le ha servido para jugar en la máxima elite del fútbol , ser campeón de Europa con la Selección Sub-21 de España y mantenerse unido para siempre con Javier Vidales.

Imagen destacada vía: Javier Vidales

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