Juventus 2-1 Lyon: el indomable Cristiano Ronaldo no fue suficiente | OneFootball

Hace dos veranos, la Juventus realizó el millonario fichaje de Cristiano Ronaldo con un único objetivo: ganar la UEFA Champions League. Sin embargo, el curso pasado se le cruzó el sorprendente Ajax, y ahora, el Olympique Lyon les ha echado de la competición antes de lo previsto… confirmando así la peor actuación de la Vecchia Signora en el último lustro.

Su inquebrantable dominio nacional no se refleja en Europa, donde tan solo han levantado la orejona en dos ocasiones (1985 y 1996). Y un referente histórico de la competición, como el portugués, de momento, no está remediando esto.

Ya de inicio y teniendo que remontar un resultado desfavorable, Maurizio Sarri se enfrentó al escenario más adverso de todos. Paulo Dybala, su mejor jugador de la temporada, no se encontraba plenamente disponible e iniciaba desde el banquillo. En frente, el Lyon con casi el mismo equipo y repitiendo el plan con el que enfrentaron al PSG en la final de la copa de la liga hace una semana.

Sin balón, el conjunto francés se situaba en bloque medio a la par que lanzaba presiones altas que dificultaban el avance de la Juventus. En este sentido, el trabajo de la doble punta Depay-Ekambi fue fantástico; logró disuadir línea de pase de los centrales hacia Miralem Pjanic para que el bosnio no recibiera.

Los de Sarri dieron continuidad a esa versión de los laterales muy bajos en fase de salida que tanto han probado a lo largo de la temporada. Mientras tanto, Rudi García planteó un trabajo específico para cada uno. Si los locales avanzaban por derecha con Juan Cuadrado, Cornet (carrilero izquierdo) saltaba por él. En cambio, si los italianos avanzaban por izquierda con Alex Sandro, el encargado de apretar era Caqueret (interior derecho).

Encuentra análisis del resto de los partidos de esta Champions League AQUÍ.

Esto último también tuvo que ver con la diferente función que Sarri tiene para los extremos de su 4-3-3. Por la banda derecha, Federico Bernardeschi estuvo constantemente abierto y fijando en amplitud. En la izquierda, con un Cristiano Ronaldo que se movía por dentro demandando libertad, muchas veces era Rabiot quien tenía que abrirse a la banda para mantener la ocupación racional de los espacios.

El OL se encontró con el escenario ideal a los diez minutos de partido, cuando Memphis Depay convirtió un penalti originado en una anticipación de Marcelo a Higuaín. Obligada a meter tres goles, la Vecchia Signora volvió a padecer sus males de todo el curso; no tuvo velocidad en la circulación y dependió de acciones de Cristiano en el último tercio para producir. Tampoco realizó una contrapresión efectiva, dejando la puerta abierta a las salidas del Lyon, que amenazó con las conducciones de Aouar y las rupturas a campo abierto de Karl-Toko Ekambi.

Concentrando juego en izquierda, el conjunto turinés tan solo desorganizaba el bloque defensivo rival cuando Alex Sandro ofrecía salida arrancando en conducción. A la par, Rabiot aprovechaba esto para romper en el espacio entre central exterior y carrilero.

Eso, más una jugada aislada de Bernardeschi donde produjo arrancando abierto, fueron lo único amenazante de un equipo que encontró el empate antes del descanso con un penalti.

También cabe destacar en el planteamiento defensivo del Lyon lo bien estudiado que tuvieron los centrales cuando saltar a la recepción rival saliendo de zona. Lo mismo cuando decidían quedarse para proteger el área, siempre con el objetivo de no quedar en desventaja numérica ante la mayor amenaza en centros laterales que existe en el panorama futbolístico, que es Cristiano.

Así, Marçal fue generalmente el encargado de salir de zona. En el área, Jason Denayer primero y Joachim Andersen después completaron actuaciones de una solidez extrema. Fueron unos bastiones protegiendo el área.

El mayor problema defensivo que tuvo el OL fue proteger la zona entre líneas. En este sentido, Bruno Guimaraes sigue dejando un amplio margen de mejora. Ahí nació el 2-1, con Cristiano superando a Aouar y aprovechando la tardanza del brasileño para acudir a la cobertura definiendo desde lejos.

Tras esto, el Lyon apenas sumó salidas y convirtió el choque en un ejercicio de supervivencia. Todo frente a una Juventus que, empujando por fuera, buscó golpear más por cantidad que por calidad en sus envíos.

El fin de la carrera de Cristiano se acerca y cada año que pasa hace más difícil verle levantar una nueva Champions. Sin embargo, puso toda su habilidad al servicio del colectivo una vez más. Fue el faro del que se agarró la Juve para mejorar las posesiones y sumar amenaza en el último tercio.

Al igual que Robin Williams a Matt Damon en la famosa escena de “El indomable Will Hunting”, Maurizio Sarri se acercó a Cristiano Ronaldo en el vestuario después de la eliminación para decirle aquello de “no fue culpa tuya”.