Jordi Alba es anticompetitivo | OneFootball

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·21 de enero de 2022

Jordi Alba es anticompetitivo

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La dolorosa marcha de Leo Messi en agosto del FC Barcelona quitó todo el sentido que aún tenía la presencia de Jordi Alba en la plantilla blaugrana. Si el lateral de L’Hospitalet solía ser el amanecer de aquella jugada tan característica, el argentino era el implacable ocaso que metía la pelota entre las redes, como el sol se metía entre las montañas al acabar el día, de manera inexorable. Esa jugada era una de las pocas certezas del Barcelona desnortado que sostuvo el mejor jugador de la historia.

La jugada que había disculpado los errores en las vigilancias en defensa del lateral izquierdo de la última Champions ya no se volvería a realizar sobre el Camp Nou. Sin embargo, gracias a un faraónico contrato que le firmó Josep María Bartomeu, parece que a la historia blaugrana de un jugador que a estas alturas ya ha demostrado estar roto mentalmente para las altas exigencias con la casaca blaugrana (con España perdió su sitio en la última Nations League a manos de Marcos Alonso, a pesar de cuajar un no mal papel en la Eurocopa), aún le quedan capítulos por escribir.


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Resulta innegable que el tercer capitán de la plantilla culé sufre un bloqueo mental que le impide ser parte de un equipo competitivo: ni aporta tanto como antes ofensivamente, ni físicamente está para aguantar retornos defensivos con extremos en plenitud física (como sufrió anoche con Nico Williams), ni defensivamente es mejor de lo que fue, y no fue nunca uno de los mejores laterales en ese aspecto.

El futbolista tampoco ha demostrado una inteligencia supina sobre su situación, como sí hizo quien ahora le guía en el banquillo: Xavi fue capaz de saber dosificarse en su última temporada como blaugrana, mientras que el lateral del Llobregat solo demuestra que quiere jugar por encima de todo (actitud que podría ser muy loable, pero que se vuelve en contra del colectivo si tienes que contar con un jugador al 50%), incluso en situaciones como la del Allianz Arena: un partido de vida o muerte que Jordi Alba empezó con molestias y que no aguantó más de 30′, cuando fue sustituido por Óscar Mingueza.

Querer jugar a toda costa, aún no estando al 100% para ello, puede ser considerado como un importante compromiso con el equipo, pero también como egoísmo y una incapacidad de confiar en el grupo al que perteneces.

Parece ser que habrá Jordi Alba para rato, puesto que tiene contrato firmado por dos temporadas más y, con el sueldo que tiene, habrá que ver qué club está dispuesto a asumir unos emolumentos parecidos, pero la llegada de un lateral izquierdo que le pueda competir el puesto (visto lo verde que está Alejandro Balde) se antoja muy necesaria, quizás más que la llegada de cierto 9 nórdico y goleador.

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