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·28 de julio de 2025
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Foto: RC Celta
Iván Villar vivió el pasado sábado un episodio difícil tras cometer un error muy importante en el amistoso disputado ante el Suttgart. Decía al final del partido Claudio Giráldez que es preferible que estos errores sucedan en un partido amistoso, y sin duda tiene toda la razón, pero este fallo, que se suma a otros que ha podido cometer el cancerbero del Celta, no hacen sino aumentar la desconfianza de gran parte de la afición en sus condiciones.
La realidad es que este error no es relevante. No solo por el momento en el que se produce, sino porque es algo que puede sucederle a cualquier portero, incluso a los mejores. Se puede achacar a la falta de concentración, a una elección inadecuada de la superficie de la bota con la que controlar el balón, e incluso a la mala fortuna. por la irregularidad del césped. Son factores que el guardameta debe tener en cuenta, pero es indiscutible que en su error hay una proporción importante de mala fortuna. Por no mencionar que una de las máximas del fútbol es no pasar el balón al portero en dirección a la portería, para evitar que un fallo acabe con un gol en contra.
Con los guardametas sucede que tendemos a valorar en función de sus errores y no de sus aciertos. La evaluación suele ser así. Cuando llega un portero se le da el 100% de confianza, y por muchos goles que encaje, esta no merma mientras no cometa errores groseros. La opinión del celtismo con Iván Villar, no de todos evidentemente, pero sí de un buen número de aficionados, empezó a decaer con su fallo ante el Atlético de Madrid en Balaidos, y después llegaron más, fruto de una atroz falta de confianza que arrastra el jugador.
Pero a un portero hay que juzgarlo por lo que para, y no por los errores que comete. Errores como los del sábado, insisto, puede cometerlos cualquier cancerbero. No es relevante para juzgar a Iván Villar. Dicho esto, mi opinión sobre sus cualidades nunca las he ocultado. Considero que no tiene nivel suficiente para jugar en Primera División, y que el Celta debería tener un guardameta suplente que ofrezca más garantías, pero es simplemente mi opinión, que no tiene mayor valor que el de un aficionado, que es lo que soy, y como las de los que me leéis, que no necesariamente estaréis de acuerdo conmigo.
Personalmente, me sorprendió su renovación hasta 2027. Tampoco le ha favorecido la filtración de su supuesto salario, probablemente inexacta, pero a la mayoría de la gente eso no le importa: hay una cifra, y mientras no se diga lo contrario, es la que queda. Todo esto se resolvería con transparencia, haciendo públicos los salarios, como ocurre en otros deportes sin que suponga ningún problema. Así se sabría, por ejemplo, que Iván Villar no cobra más de un millón al año y, si esa cifra fuera cierta, entonces sí tendría sentido cuestionar el criterio de quien negoció ese contrato.
Creo que es importante distinguir entre expresar una opinión personal y atacar a alguien con intención de hacer daño. En el caso de Iván Villar, se está cruzando esa línea en las redes sociales. Una cosa son los comentarios que uno puede hacer en privado, y otra muy distinta es exponer públicamente críticas que no aportan nada. Este tipo de actitudes no lo ayudan ni contribuyen a que mejore. Iván Villar, con sus virtudes y limitaciones, es uno de nuestros porteros, y por eso nos conviene que rinda al máximo nivel.