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·2 de septiembre de 2025
Íñigo Martínez: «Hansi Flick se quedó en shock, era una oferta irrechazable»

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Íñigo Martínez celebrando un gol. Fuente: Sport
Íñigo Martínez ha reaparecido públicamente tras su salida fulgurante del FC Barcelona al Al-Nassr concediendo una entrevista a Gerard Romero. El central vasco ha explicado en Jijantes su paso por el equipo azulgrana, anécdotas de vestuario y, el gran atractivo, como se gestó su salida de la entidad barcelonesa. Una marcha inesperada para todo el barcelonismo que dejó en shock a la afición y, por lo que ha contado Íñigo, también a Hansi Flick.
El central vasco cuajó una excelente temporada bajo las ordenes del técnico alemán y se volvió el líder absoluto de la zaga culé, dominando por completo la famosa trampa del fuera de juego de Flick. El de Ondárroa se hizo insustituible y tras su renovación antes del mercado de verano, todo parecía indicar que en la presente temporada todo iba a seguir así. Pero la realidad es otra, Martínez ahora es jugador del Al-Nassr y se marchó prácticamente de golpe y porrazo.
En su charla con Gerard Romero ha desvelado que tuvo que decidir «muy rápido» y que sin duda «no fue sencillo». El propio Íñigo ha contado como le comunicó su decisión de abandonar el Barcelona a Hansi Flick:
«Tuve la charla con Hansi en una de las puertas de emergencia del avión. Hablamos de la situación y el míster se quedó en shock. Le comenté que tenía una oferta que consideraba irrechazable»
El defensor habla de una oferta irrechazable, imposible de desestimar a su edad (34 años). Pese a ello, ha reconocido que no fue nada fácil tomar la decisión y que en su tiempo en el Barça fue muy feliz. En la entrevista también se acordó de los directivos del club y puso en valor como se gestionó su traspaso:
«En su día agradecí al club facilitarme la salida, no todos lo hacen».
El central también recordó sus enfrentamientos ante el Real Madrid y ha contado como los propios futbolistas azulgranas se percibían superiores a ellos:
«El Madrid al único que respetaba era a nosotros. Esto se olía en el terreno de juego, se percibía. Era saltar y a las dos vueltas verles las caras de no poder. Era la sensación nuestra y por eso ganamos».
Por último también habló de los jóvenes y reconoció que jamás había visto un grupo de jóvenes con una ambición tan grande por querer ganar y ser los mejores. Pese a la juventud del vestuario, explica que el era uno más, aunque también era consciente que, dada a su edad y experiencia, debía tener un rol de líder:
«Me sentía uno más, me encantaba llegar allí todos los días. De hecho, cada día que ganábamos era yo el que llevaba cruasanes al día siguiente. Son detalles que aportan mucho a un vestuario muy joven, con poca experiencia. Uno con la edad que tiene intenta arroparles y siempre me he sentido querido por ellos»