Ignacio Miramón volvió al país para jugar en Boca: «Ya tengo ganas de ponerme la camiseta» | OneFootball

Ignacio Miramón regresó a la Argentina este lunes al mediodía, aferrado a un carrito azul y amarillo del Aeropuerto de Ezeiza, y se realizará la revisión médica para transformarse en la nueva cara del plantel de Boca. El ex-Gimnasia y Esgrima de La Plata, que debutó en Primera con Diego Armando Maradona como entrenador y tiene una familia de futbolistas, ira a un centro médico con el fin de hacerse los chequeos correspondientes y, si todo sale viento en popa, firmará un contrato de cesión con el Xeneize hasta diciembre del 2025.

Pero por lo pronto el mediocampista brindó sus primeras palabras como futbolista del azul y oro en el aeropuerto en una improvisada rueda de prensa. «Muy contento de llegar al país y más a Boca. Ya tengo ganas de ponerme la camiseta para salir a jugar», aseguró el volante que además reveló su amor por el azul y oro: «Todo el mundo quiere jugar en Boca. De chiquito mi viejo me llevaba a la Bombonera porque mi familia es fanática».

El nacido en Bolívar disputó el pasado Mundial Sub-20 con la Selección Argentina y no tuvo demasiado rodaje en su primer año en Lille. Participó en cuatro partidos de los que jugó el cuadro francés y el último de ellos fue el 6 de enero, es decir, más de medio año atrás.

Hubo dos cuestiones que facilitaron el arribo de Miramón al Xeneize a préstamo por 18 meses y a cambio de tres millones de dólares por la mitad del pase. El primer factor clave es que su representante, Andrés Guglielminpietro, fue compañero de plantel en el Xeneize de algunos integrantes del Consejo de Fútbol, como Raúl Cascini y Marcelo Delgado-

Y el segundo, lógicamente, está relacionado con la prematura salida de Ezequiel Fernández tras la disputa de los Juegos Olímpicos París 2024 a Al-Qadsiah de Arabia Saudita. El volante de 22 años, que se despidió del club a través de sus redes sociales, esperó unos días a que su cláusula aumentara de 15 millones a 20 -por su contrato subía un poco antes del cierre del libro de pases- para sentenciar su partida y dejar vacante el lugar que ahora tomará el ex-GELP.