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Alejandro Diago·30 de marzo de 2019
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Alejandro Diago·30 de marzo de 2019
Si Iago Aspas tenía el apodo de ‘Principe das Bateas’, bien habría que cambiárselo a otro con más referencias a un milagro. Porque lo que ha logrado hoy el Celta es eso. Un milagro que vale tres puntos… y algo más.
Y eso que el club gallego no las tenía todas consigo, porque a los quince minutos del primer tiempo ya iba cayendo por 0-2. Chukuweze y Pedraza (este último con bella factura) habían adelantado a los groguetas en Balaídos. Parecía que los tres puntos iban a volar de Balaídos casi sin remedio.
Pero en el segundo tiempo iba a aparecer el Mago. Iago Aspas inyectaba fe en los olívicos con un gol a los cinco minutos de comenzar. Maxi Gómez después igualaba la contienda. Y cuando el partido entraba en su recta final, el Príncipe culminaba la remontada desde el punto de penalti. Normal que rompiera a llorar de emoción al ser sustituido. Vuelves después de lesión y marcas dos goles… ¿cómo no llorar?