Gustavo Costas, la ilusión de Racing y esas dos finales agridulces ante Cruzeiro | OneFootball

El Cilindro tuvo un grito ensordecedor en la noche del jueves. «Te vinimos a ver, te vinimos a alentar, de la mano de Costas la vuelta vamos a dar» sonó una vez consumada la victoria de la Academia sobre Athletico Paranaense que lo depositó en semifinales de Copa Sudamericana.

El padre de la criatura, Gustavo Costas, ha sido eternamente un emblema de Racing. Desde que fue mascota del mítico equipo de José, hasta este presente, vivió un amor por el club literalmente inquebrantable. Sí, en todas sus expresiones.

La Academia primero tendría que sortear a Corinthians para volver a jugar una final internacional después de 32 años. La última justamente, podría ser ante uno de los candidatos a llegar a esa contienda. Sí, el mismo Cruzeiro de Belo Horizonte con el que Costas tiene recuerdos lindos y también de los otros.

Aquella gran alegría de Gustavo Costas ante Cruzeiro

Racing cortó en 1988 un letargo de 21 años sin títulos. Tras la Intercontinental ganada al Celtic de Escocia en Uruguay, el conjunto de Avellaneda no había vuelto a dar una vuelta olímpica. No obstante, con otro ídolo en el banco como Alfio Basile, la mano cambió.

La Supercopa de 1988 fue inolvidable para la Academia. Tras eliminar a Santos vino River y cuando parecía que todo se apagaba en el Monumental apareció la «Tota», Néstor Fabbri, para silenciar al Millonario con un gol tan épico como agónico.

En la final, Racing se midió con Cruzeiro. En Avellaneda fue victoria por 2 a 1 con goles de Miguel Ángel Colombatti y Walter Fernández. La vuelta, en Belo Horizonte, fue 1 a 1 con un zurdazo inolvidable de Omar Catalán. Así, Racing, conquistó la primera Supercopa Sudamericana y con Costas como tiular en ambos cotejos.

La desazón para Gustavo Costas ante Cruzeiro

Racing volvió a llegar a otra final de Supercopa cuatro años más tarde. El camino fue inolvidable porque eliminó a Independiente, a Nacional de Montevideo, y en semifinales barrió a Flamengo con un empate 3 a 3 en la ida que mostraba el potencial del equipo.

Costas fue titular también en los dos partidos pero todo se había liquidado en Brasil. Allí, la Bestia Negra goleó 4 a 0 y, encima, los de Avellaneda terminaron con nueve hombres por las expulsiones de Cosme Zaccanti y «Cacho» Borelli.

A la vuelta, la historia estaba consumada. Racing intentó y recién pudo anotar a cinco para el final con un gol de penal de Claudio García. La vuelta olímpica la dieron los brasileños en el Cilindro y Costas quedó con la sangre en el ojo. Eso sí, ahora espera que haya una tercera y con final feliz.

Foto: @elgraficoweb