Golden State Warriors no ha dicho su última palabra | OneFootball

Su victoria contra OKC los posiciona en lo alto de la Conferencia Oeste con un récord de 8-2

Nadie contaba con un papel protagonista de los Golden State Warriors este curso. Las salidas durante el verano (Klay Thompson y Crish Paul) supusieron un maremoto en la Bahía que suscitaban malos presagios para esta temporada. Warriors carecía de la juventud de OKC, de la regularidad de Nuggets o de las superestrellas de Suns. Pocos aspectos eran rescatables a priori ―si acaso la presencia de un roster profundo y joven―, pero el golpe sobre la mesa de los de Steve Kerr en estos primeros diez partidos es notorio. A continuación, se repasan aquellos aspectos clave que explican la llegada de Golden State a la cima del Oeste.

Ni antes éramos tan buenos, ni ahora tan malos

Esta frase hecha es la que mejor define el contexto actual de este equipo. Los Warriors han hecho de su debilidad ―esa falta de una segunda espada de renombre junto a Curry― una virtud. Desde el banquillo de Golden State pueden salir jugadores de la talla de Buddy Hield, Podziemski, Kuminga o Kyle Anderson. Algo que exige a sus rivales a tener una segunda rotación de calidad para poder hacer frente a los de San Francisco, lo cual no está al alcance de todos.

El nivel de Hield está haciendo olvidar a Klay más rápido de lo que se pensaba. El bahameño promedia un 48.8% desde la línea de tres y 18.0 puntos con un rol de sexto hombre muy interesante. Su entrada a pista suele coincidir con la salida de Curry, consiguiéndose que los porcentajes exteriores se mantengan. Cierto es que pese a su gran nivel, Buddy Hield no atemoriza a los rivales tanto como Klay Thompson (aunque visto el nivel en pista de ambos no debería ser así), pero sus cada vez más habituales rachas de anotación suponen una alegría para el ataque de los Warriors.

Buddy Hield, número 7 de Golden State Warriors, durante un partido (Foto: Alex Goodlett/Getty Images)

A su vez, piezas clave como Draymond Green y Andrew Wiggins también han comenzado en buena forma. Green recuerda al de aquellos tiempos dorados de la franquicia, promediando 8.5 puntos (45.2% en tiros de tres), 5.1 asistencias y 5.1 rebotes. A sus 34 años aporta en ambos lados de la cancha, forzando dos contra unos en defensa y ofreciendo un bloqueo a Curry en ataque siempre que lo necesita. Sin duda, su valor en pista es incalculable al marcar la diferencia en aquellos datos que quedan fuera de la estadística: visión de juego, intensidad o intimidación.

También es reseñable el inicio de Andrew Wiggins. Tras dos cursos pasados marcado por sus ausencias y un rendimiento irregular, seguramente debido al delicado estado de salud de su padre que falleció a principios de septiembre, el canadiense está presentando una importancia en juego equiparable a la temporada del anillo. El alero promedia 15.5 puntos, 4.8 rebotes y es el tercer jugador de la plantilla con más minutos por partido, 26.5 minutos (solo por detrás de Curry (28.3 min.) y Green (27.2 min.)).

Fuera del Chase Center hace menos frío

El curso 23-24 para Golde State se caracterizó por sufrir más que nunca fuera de casa y raramente salir victorioso de los finales apretados. Por ahora, esos dos talones de Aquiles están siendo corregidos en estos primeros compases.

Por un lado, la gira de Warriors lejos de la Bahía está acumulando buenas cifras, 6-1 de récord en los partidos a domicilio. Entre estos encuentros destacan las victorias en el TD Garden de Boston y el Paycom Center de OKC, dos victorias de mérito ante equipos casi imbatibles en casa y con claras aspiraciones a llevarse el campeonato.

Por el otro, los de Steve Kerr están solventando mejor los finales apretados. Pese a que las grandes ventajas que suele acumular Warriors en el tercer periodo ―un cuarto fetiche históricamente para esta franquicia― acaban siendo reducidas y dan paso a un final de infarto. Partidos como los de Rockets, Celtics u OKC son un ejemplo de esta nueva cara que ofrecen los de San Francisco. Partidos que el año pasado eran una derrota asegurada, ahora la sensación es que este equipo está concienciado de que tendrá que sufrir para sacar victorias ante equipos de mayor nivel.

Stephen Curry realiza su icónica celebración «Night, night» al liquidar con un triple el partido contra OKC (Foto: Golden State Warriors)

Golden State Warriors quiere darse un último homenaje y un comienzo como este ilusiona hasta a los fans más prudentes. El objetivo más realista sería acabar en puestos de playoffs, pero evitando el play-in. La Conferencia Oeste no es un territorio para relajarse, así que Curry y compañía deben remar en la misma dirección para alcanzar sus metas. Partido a partido.