Gareca deja a La Roja en crisis: «Me tengo que levantar como Chile lo debe hacer» | OneFootball

Gareca deja a La Roja en crisis: «Me tengo que levantar como Chile lo debe hacer» | OneFootball

In partnership with

Yahoo sports
Icon: Todofutbol.cl

Todofutbol.cl

·11 de junio de 2025

Gareca deja a La Roja en crisis: «Me tengo que levantar como Chile lo debe hacer»

Imagen del artículo:Gareca deja a La Roja en crisis: «Me tengo que levantar como Chile lo debe hacer»

El Tigre abandona el barco: Ricardo Gareca dimite tras la agonía chilena en las Eliminatorias que deja a La Roja fuera de su tercera Copa del Mundo consecutiva

El sueño mundialista se esfumó definitivamente para Chile tras la derrota ante Bolivia en El Alto. Ricardo Gareca, el técnico argentino que llegó con la misión de revivir a La Roja, presentó su renuncia en el vestuario después del partido que selló matemáticamente la eliminación del combinado chileno del Mundial 2026. El entrenador, visiblemente afectado, aclaró que su salida no se debió a factores económicos y agradeció a todos por el respaldo recibido durante su gestión, que culmina con Chile en el último lugar de la tabla de posiciones.

La caída final: el adiós del Tigre tras el fracaso boliviano

La agonía de la selección chilena llegó a su fin este martes en El Alto, cuando la derrota por 2-0 ante Bolivia no solo certificó la eliminación matemática de La Roja del Mundial 2026, sino que también marcó el punto final de la era Ricardo Gareca. El entrenador argentino de 67 años, quien asumió con bombos y platillos la conducción técnica del combinado nacional con la promesa de devolverlo a la élite del fútbol mundial, tomó la decisión de presentar su renuncia en el vestuario, tras una breve reunión con los dirigentes encabezados por Pablo Milad.


OneFootball Videos


La caída en territorio boliviano fue la gota que rebalsó el vaso para un proceso que nunca logró despegar. Con apenas una victoria en partidos oficiales, Chile quedó anclado en el último lugar de la tabla de posiciones con tan solo 10 puntos, sin posibilidades matemáticas de acceder ni siquiera al repechaje para el torneo que se disputará en Canadá, Estados Unidos y México. De esta manera, se confirma la tercera ausencia consecutiva de La Roja en una Copa del Mundo, profundizando la crisis del fútbol chileno que no logra levantar cabeza desde la era dorada de la Generación Dorada.

En su conferencia de prensa posterior al partido, Gareca no esquivó su responsabilidad y afrontó la situación con hidalguía: «Tomamos una decisión con el cuerpo técnico. Tuve una reunión con el presidente Pablo Milad y con toda la delegación. Les comunicamos que queremos descomprimir la situación, que intentamos pelear hasta el final y les manifestamos nuestro agradecimiento», expresó el estratega transandino, dejando en claro que su salida no se debió a cuestiones económicas como se había especulado en algunos círculos futbolísticos.

«Quiero dejar en claro que nunca hubo un tema económico, era ponernos de acuerdo, sentí el respaldo de la dirigencia, en eso no tengo nada que decir», aclaró Gareca, intentando cortar de raíz cualquier especulación sobre posibles compensaciones económicas por la rescisión anticipada de su contrato que, según las cláusulas estipuladas, finalizaría automáticamente al quedar Chile sin opciones matemáticas de clasificación.

Un proceso fallido: el reino del Tigre que nunca rugió

La llegada de Ricardo Gareca a la selección chilena había generado enormes expectativas, principalmente por su exitoso paso al frente de Perú, selección a la que logró clasificar al Mundial de Rusia 2018 después de 36 años de ausencia. El «efecto Gareca» era lo que los dirigentes de la ANFP buscaban para revitalizar a un equipo que venía en picada desde su ausencia en Qatar 2022, tras no lograr clasificar tampoco a Rusia 2018.

Sin embargo, los resultados jamás acompañaron al estratega argentino. Durante su gestión, La Roja consiguió apenas una victoria en partidos oficiales, un pobre rendimiento que contrastaba dramáticamente con las expectativas generadas a su llegada. La selección chilena nunca encontró un funcionamiento sólido y las decisiones tácticas del entrenador fueron constantemente cuestionadas por la prensa y los hinchas.

Una de las situaciones más polémicas de su mandato fue la marginación de históricos referentes como Arturo Vidal y Gary Medel, a quienes dejó fuera de la nómina para la Copa América 2024 disputada en Estados Unidos. Esta decisión generó división en la opinión pública y, según algunos analistas, terminó por fracturar internamente al plantel, que nunca logró encontrar nuevos liderazgos que reemplazaran a los experimentados jugadores que tanta gloria habían dado a La Roja en el pasado.

El proceso de recambio, una tarea pendiente desde hace varios años en el fútbol chileno, quedó nuevamente estancado. Los jóvenes talentos no terminaron de consolidarse y los veteranos, muchos de ellos relegados por decisiones del cuerpo técnico, no pudieron aportar toda su experiencia. Esta mezcla incompleta resultó en un equipo sin identidad definida, que alternaba momentos de buen fútbol con largas rachas de opacidad y desconcierto táctico. El sello Gareca, tan reconocible en su etapa con Perú, nunca llegó a plasmarse en la selección chilena.

Las palabras del adiós: «Me tengo que levantar como Chile lo debe hacer»

En su despedida como seleccionador nacional, Ricardo Gareca se mostró agradecido con todos los estamentos del fútbol chileno, desde los dirigentes hasta el personal de Juan Pinto Durán, pasando por la hinchada y la prensa. «Yo quiero agradecer a los jugadores, a los dirigentes, por el respaldo que nos dieron hasta las últimas consecuencias», expresó el entrenador, quien a pesar del fracaso deportivo, valoró el trato recibido durante su estancia en Chile.

«También quiero agradecer a la gente de Juan Pinto Durán, desde la utilería, médicos, limpieza, cocina, porque más allá de que los resultados no se han dado nunca hemos cambiado nuestra forma de ser hacia ellos, ni ellos hacia nosotros, y eso para nosotros es para destacar. Siempre fuimos bien recibidos», continuó el argentino, destacando el ambiente profesional que encontró en las instalaciones de la selección.

En un gesto que habla de su personalidad, no olvidó mencionar a los aficionados que, pese a los resultados negativos, nunca dejaron de apoyar: «La gente siempre apoyó y llenó el estadio», reconoció, para luego referirse a su relación con la prensa: «Y ustedes siempre hubo un respeto, más allá de las críticas porque era algo lógico por los resultados, creo que nos manejamos con respeto, respondimos toda clase de preguntas. Me llevo una buena imagen en todo aspecto».

Finalmente, Gareca cerró su intervención con una reflexión sobre el golpe que supone esta eliminación, tanto para el fútbol chileno como para su propia carrera: «Lamentablemente Chile está en una situación que nadie hubiese deseado, y para mí también es un golpe duro en mi carrera deportiva y me tengo que levantar como Chile lo debe hacer en un futuro. Simplemente el motivo de esta conferencia es el agradecimiento por nuestra estadía de parte de mi cuerpo técnico».

El panorama desolador: Chile toca fondo en las Eliminatorias

La derrota ante Bolivia por 2-0 en El Alto, con goles de Miguel Terceros y Enzo Monteiro, no solo significó el fin de la era Gareca, sino que dejó a Chile en una posición catastrófica en la tabla de posiciones de las Eliminatorias Sudamericanas. Con apenas 10 puntos en 16 jornadas, La Roja ocupa el último lugar y difícilmente podrá abandonar esa posición en las dos fechas restantes, donde deberá enfrentar a Brasil como visitante y a Uruguay como local.

Esta situación representa un verdadero desastre para un país que hace apenas una década era considerado una potencia continental, tras conquistar dos Copa América consecutivas (2015 y 2016) bajo la dirección técnica de Jorge Sampaoli y Juan Antonio Pizzi, respectivamente. El contraste no podría ser más doloroso para los aficionados chilenos, que pasaron de celebrar títulos a verse sumidos en la última posición de las Eliminatorias, sin posibilidades siquiera de pelear por un puesto de repechaje.

La clasificación sudamericana para el Mundial 2026 entrega seis cupos directos y medio cupo para el repechaje, en el formato más generoso de la historia debido a la ampliación del torneo a 48 selecciones. Sin embargo, ni siquiera con estas condiciones favorables Chile ha logrado mantenerse competitivo, lo que demuestra la profundidad de la crisis que atraviesa el fútbol nacional.

La ANFP en la encrucijada: el desafío de encontrar un nuevo timonel

La salida de Ricardo Gareca deja a la Asociación Nacional de Fútbol Profesional (ANFP) y a su presidente, Pablo Milad, ante un nuevo desafío: encontrar un entrenador que asuma el mando para los dos partidos restantes de las Eliminatorias y, principalmente, que comience a sentar las bases para el futuro. Con el Mundial 2026 ya descartado, todas las miradas apuntan al proceso clasificatorio para el Mundial 2030, que será organizado conjuntamente por Argentina, Uruguay, Paraguay, Chile, España, Portugal y Marruecos.

La decisión no será sencilla. El fracaso de Gareca se suma a los intentos fallidos con Reinaldo Rueda y Eduardo Berizzo, lo que demuestra que la crisis del fútbol chileno va mucho más allá de un simple cambio de entrenador. Se requiere una reestructuración profunda del sistema, con mayor énfasis en las divisiones formativas y un plan de desarrollo a largo plazo que permita renovar una generación de jugadores que marcaron época pero que inevitablemente llegan al ocaso de sus carreras.

Entre los nombres que comienzan a sonar como posibles reemplazantes se encuentran técnicos locales como José Luis Sierra y Manuel Pellegrini, aunque este último parece inalcanzable por su exitosa carrera en Europa. También se mencionan opciones internacionales como Jorge Almirón, Gustavo Quinteros o incluso el regreso de Jorge Sampaoli, quien conoce bien el medio chileno y tuvo éxito en su paso anterior por La Roja.

Una herida histórica: La tercera ausencia consecutiva en Mundiales

La eliminación de Chile del Mundial 2026 marca la tercera ausencia consecutiva de La Roja en la máxima cita del fútbol mundial, tras perderse Rusia 2018 y Qatar 2022. Esta situación contrasta dramáticamente con el período 2010-2014, cuando el combinado nacional disputó dos Copas del Mundo seguidas (Sudáfrica 2010 y Brasil 2014), dejando una imagen positiva por su fútbol ofensivo y su competitividad.

Más allá de los números y las estadísticas, esta nueva eliminación representa una herida profunda para la identidad futbolística de Chile, un país que había logrado posicionarse como una de las selecciones más respetadas del continente durante la última década. Los éxitos en las Copa América de 2015 y 2016, sumados a la participación en dos Mundiales consecutivos, habían elevado el estatus del fútbol chileno a niveles históricos, creando una generación de aficionados acostumbrados a ver a su selección compitiendo contra las mejores del mundo.

El proceso de clasificación para el Mundial 2026 era visto como una oportunidad ideal para revertir la tendencia negativa, especialmente por el aumento de cupos para Sudamérica (de 4.5 a 6.5) debido a la ampliación del torneo a 48 equipos. Sin embargo, los problemas estructurales del fútbol chileno, la falta de recambio generacional y las decisiones cuestionables a nivel dirigencial terminaron por hundir las esperanzas de todo un país.

¿Y ahora qué? El futuro incierto del fútbol chileno

Con la salida de Ricardo Gareca, la selección chilena enfrenta un futuro lleno de incertidumbres. Los dos partidos restantes de las Eliminatorias, ante Brasil y Uruguay, serán una mera formalidad para un equipo que ya no tiene nada en juego más que el orgullo y la honra deportiva. Sin embargo, estas instancias podrían servir como laboratorio para comenzar a visualizar el próximo proceso clasificatorio.

La ANFP deberá tomar decisiones cruciales en los próximos días. La primera de ellas será designar un entrenador interino para los compromisos pendientes, pero la decisión más importante estará relacionada con el proyecto deportivo a largo plazo. Chile necesita urgentemente un plan integral que abarque desde las divisiones formativas hasta la selección absoluta, con objetivos claros y una metodología de trabajo que permita desarrollar nuevos talentos.

El recambio generacional, tantas veces postergado, ya no admite más demoras. Los históricos referentes de la Generación Dorada están llegando al final de sus carreras y las nuevas figuras no han logrado asumir el protagonismo esperado. Este será quizás el mayor desafío para el próximo entrenador: encontrar el equilibrio entre aprovechar la experiencia de los veteranos que aún pueden aportar y dar espacio a los jóvenes talentos que necesitan minutos de competencia internacional para crecer.

El fracaso en estas Eliminatorias debe servir como punto de inflexión para el fútbol chileno. Es el momento de hacer una autocrítica sincera y profunda, de analizar los errores cometidos y de comenzar a construir las bases para un futuro mejor. Solo así, con trabajo serio y planificado, Chile podrá aspirar a recuperar el sitial que alguna vez ocupó en el concierto sudamericano y mundial.

¿Crees que la salida de Gareca era necesaria o la ANFP debió mantenerlo para iniciar el proceso hacia el Mundial 2030? ¿Quién debería ser el próximo técnico de La Roja? Comparte tu opinión en los comentarios y participa del debate sobre el futuro del fútbol chileno.

Ver detalles de la publicación