Diario UF
·4 de febrero de 2020
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Con seis títulos, y todo hace presagiar que serán siete, el Paris Saint-Germain se ha convertido en el dominador total de la Ligue 1, haciéndose desde la temporada 2012/2013 con el campeonato doméstico con una superioridad que los más jóvenes no recuerdan, solo interrumpido por el doblete del Mónaco en la temporada 2016/2017. Sin embargo, basta con remontarse a principios del siglo XXI para encontrarse con un equipo legendario que consiguió hacerse con el título de liga francés durante siete años consecutivos. Aquel equipo fue el Olympique Lyonnais.
La historia de la década más gloriosa del equipo francés comenzó a forjarse en 2001. El entonces técnico Jacques Santini consiguió armar un equipo de lo más competitivo y redimirse del subcampeonato cosechado la temporada anterior (el Lyon terminó a cuatro puntos del Nantes, quien resultó campeón). Esta vez, el título se fue hacia sus vitrinas por primera vez tras conseguir sumar dos puntos más que el Lens, su principal persecutor. Aquel equipo consiguió la gloria con una estructura similar a la del curso anterior. Los Coupet, Govou o Sonny Anderson, entre muchos otros, continuaron siendo fundamentales. No obstante, para esta nueva temporada el equipo disfrutó de una cara nueva que resultó todo un salto de calidad, la de Juninho Pernambucano.
El astro brasileño llegó con 26 años proveniente del Vasco da Gama. Poco le costó dejar su sello en la ciudad gala, con cinco goles en su primer año. Su técnica y calidad innata aún se recuerdan en el estadio lionés con cierta nostalgia, por no hablar de sus inmortales ejecuciones de falta. Por ello, aún a día de hoy es considerado por muchos el mejor lanzador de libres directos de la historia. Actualmente, ocupa el cargo de director deportivo del Lyon.
La siguiente temporada trajo consigo el primero de los varios movimientos que padecería el club francés en su banquillo. El gran papel desempeñado por Santini le valió para que la Federación de Fútbol Francés confiase en él para el puesto de seleccionador nacional. Su sustituto fue Paul Le Guen que, lejos de decepcionar, consiguió continuar con la dinámica que traía el club. A un primer título de lo más ajustado, con tan solo un punto de distancia respecto al AS Mónaco, le siguieron otros dos de manera consecutiva. El último de ellos (temporada 2004/2005), el más destacado.
Los trece puntos de distancia respecto al segundo clasificado (Lille) con los que terminó el campeonato dieron muestras de lo que ya era una realidad. El Olympique Lyonnais ya era toda una potencia en Francia. Después de años sin ganar siquiera un solo campeonato liguero, cosechaban ya cuatro de manera consecutiva, periodo que no parecía tener fin a corto plazo. A las increíbles cifras goleadores de Juninho (36 goles en tres temporadas) había que añadir la irrupción de varios talentos en sus filas. Con Le Guen comenzaron a resonar de manera más enérgica los nombres de Eric Abidal, Michael Essien, Florent Malouda o Mahamadou Diarra.
Sin embargo, un día después de certificarse esta última liga, el entrenador francés anunció que no continuaría al mando del equipo. El testigo lo tomó Gérard Houllier. Hombre de experiencia con pasado en el Liverpool, con quien había conquistado una UEFA y una Supercopa de Europa, afrontó la difícil tarea de continuar la saga que dejó su predecesor. No en vano, había conquistado Francia y ganado el respeto de todo un país con un estilo ofensivo y atractivo.
El resultado no pudo ser mejor. El club lionés continuó con su dominio imperante en la Ligue 1, venciendo el título de la temporada 2005/2006 con 15 puntos de distancia respecto al Girondins de Bordeaux, segundo en la tabla. Aunque, con 9, los números goleadores de Pernambucano bajaron, los 26 de la dupla formada por Wiltord y Fred (12 y 14 respectivamente) ayudaron a que el Lyon continuase siendo la bestia negra de los equipos franceses.
Las cosas no cambiaron en la siguiente campaña. Esta vez, además de los clásicos que aún lograba mantener, el veterano técnico apostó por las jóvenes perlas que llegaban pisando fuerte. Entre ellos, Ben Arfa y Karim Benzema. Eran dos de los talentos más prometedores de la época, y la gran esperanza de una generación dorada de la selección francesa que ya agonizaba. No obstante, su no tan afortunado papel en Europa, contribuyó en la decisión de Houllier de poner fin a su aventura en el banquillo lionés a sus casi 60 años de edad.
De nuevo, el presidente Jean-Michel Aulas se enfrentaba a la complicada tarea de suplir el puesto de quien había conseguido fortalecer el dominio de su equipo en el campeonato doméstico. El elegido fue Alain Perrin. Aunque el Lyon volvió a hacerse con el título en aquella 2007/2008, su superioridad en cuanto a puntos se redujo bastante. Por otra parte, esta fue la temporada en la que Karim Benzema terminó de explotar, anotando a sus 20 años un total de 20 goles en 36 encuentros. El francés fue también el máximo goleador del curso en la Ligue 1. Este curso fue redondeado nacionalmente con la obtención de la Copa de Francia. Los de Perrin consiguieron derrotar en la final al PSG por 0-1 (gol de Sidney Govou).
El periplo del entonces preparador del equipo fue de lo más efímero. En la siguiente temporada, con Claude Puel en la dirección técnica, el equipo no pudo revalidar el título del que habían sido dueños y señores durante siete años, quedando a nueve puntos del Girondins, nuevo campeón de Francia.
En la siguiente, en la 2009/2010, Les Lions firmaron su mejor participación histórica en la Champions League luego de llegar a las semifinales tras eliminar al Real Madrid de Benzema en octavos y al Girondins de Bordeaux en cuartos de final. Cabe destacar la presencia en aquel renovado equipo la presencia de los Hugo Lloris o Pjanic, actuales estrellas en Tottenham y Juventus. Sin embargo, el cruce con el Bayern München a las puertas de la final apeó a los galos del sueño de la final en el Santiago Bernabéu tras encajar un global de 4-0. Destacable el hat trick de Ivica Olic en la vuelta a domicilio.
Con el roto del croata, el Olympique Lyonnais pareció despedirse de la que ha sido su mejor época en su historia. Por otra parte, teniendo en cuenta el dominio con el que ahora gobierna el PSG en el panorama francés, es complicado que vuelvan a rozar siquiera una hazaña semejante a esta. No obstante, las siete ligas que venció de manera consecutiva son ya historia de uno de las mejores generaciones que hayan visto jamás en este país.
PALMARÉS LIGUERO:
2001/2002, 2002/2003, 2003/2004, 2004/2005, 2005/2006, 2006/2007, 2007/2008.
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