Diario UF
·20 de marzo de 2020
Fútbol Histórico: Cuando la guerra paró La Liga

In partnership with
Yahoo sportsDiario UF
·20 de marzo de 2020
Es evidente que estamos viviendo historia. Nunca antes se había visto una pandemia de este tipo en la era moderna. Venido desde China el Coronavirus ha parado el mundo entero. Además, nunca antes se había detenido de forma tan convulsa el fútbol… ¿o quizás sí?
Si bien es cierto que nunca se paró el fútbol por completo a nivel global, España ya sintió en sus carnes lo que es no dejar a las masas entrar a los estadios. Junto con las seis huelgas de los trabajadores del mundo futbolístico, la huelga de los controladores aéreos de AENA (paró un Tenerife-Granada), la muerte del futbolista José Antonio Reyes y los atentados del 11-S hay una curiosa anécdota de hace muchos años atrás. Probablemente, ninguno de los lectores de este artículo habrán vivido lo que hoy vamos a contar.
El 19 de abril de 1936 daba fin a la temporada 1935/1936 de la liga española con el Athletic Club de Bilbao como campeón. Daba inicio así el verano y la preparatoria para la próxima campaña. La cosa es que esa temporada no llegó. España estaba sumergida entonces en una difícil situación, ya que tras un fallido Golpe de Estado se dio el pistoletazo de salida a la Guerra Civil. Esto, obviamente, obligó a parar la liga de fútbol.
Sin embargo, este hecho tiene un truco, y es que en realidad el fútbol no paró como tal. Se crearon todo tipo de competiciones a lo largo de la guerra, aunque ninguna de ellas fue reconocida oficialmente por la Federación Española de Fútbol, la que fue fundada en 1937. Sin duda, la más famosa de estas competiciones no reconocidas es la Liga Mediterránea, de la que quizás alguno haya oído hablar alguna vez. Esta competición la disputaron equipos catalanes y valencianos tales como Valencia CF, UD Levante, FC Barcelona y RCD Espanyol, los famosos. También participaron el Girona, Castellón, Gimnástico FC y el Granollers. La única temporada disputada se la llevaron los culés, pero como en 1938 Cataluña fue aislada del resto del bando republicano ya no fue posible su práctica.
También se disputaron la Copa de la España Libre o el Trofeo del Presidente de la República. Sin embargo, una de las aportaciones más importantes y destacables de este periodo fue la fundación de la Selección de Fútbol de Euskadi. Un grupo de jugadores vascos, unidos contra la guerra, buscando recursos para Euskadi a pesar de los tiempos difíciles.
Muchas personalidades también sufrieron el conflicto en primera persona. El presidente del Barça, Josep Sunyol, fue fusilado por el bando falangista, mientras que Monchín Triana, icónico jugador del Real Madrid o Atlético (Athletic de Madrid en aquel entonces) tuvo la misma suerte, solo que a manos del bando contrario. Aunque la historia más impactante fue la del legendario arquero Ricardo Zamora, el que a día de hoy da nombre al trofeo entregado al mejor portero de cada campaña. El guardameta escribía en un periódico de orientación monárquica y, como era de esperar, al estallar la guerra sus detractores fueron a por él, obligándolo a ser exiliado a Francia.
La vuelta a la actividad se dio en la 1939/1940. El problema pendiente fue que el ascendido desde la categoría de plata, el Real Oviedo asturiano, se quedó sin estadio, debido a que quedó destrozado durante la guerra. Esto obligó a jugar un partido eliminatorio entre los dos descendidos de la última edición, Athletic de Madrid y Osasuna. Los madrileños salieron vencedores y se ganaron el derecho de permanecer donde estaban. Aún así, el Metropolitano también acabó con algún que otro destrozo, a la vez que el Benito Villamarín sufrió la cólera italiana.