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·4 de octubre de 2021
Fútbol Histórico: Bobby Robson, un auténtico caballero inglés

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·4 de octubre de 2021
Cuando se habla de Inglaterra es normal que lo primero que se nos venga a la cabeza sean los caballeros. Aquellas historias del medievo con Arturo, Excalibur o Lancelot, son pura palabrería al compararlas con Sir Bobby Robson.
Un verdadero caballero donde los haya, que recorrió muchos campos de batalla distintos y luchó contra cientos de rivales. Hasta con uno muy temible, como es el cáncer. Dominó todo tipo de situaciones hasta convertir su figura en una leyenda de este deporte.
Pero si algo hay que mencionar de Robson era su gran humildad. Nació en el seno de una familia obrera y cuando Robson se inició en el mundo del fútbol, su padre le obligaba a trabajar algunos días de electricista.
Fuente: Lástima a nadie, maestro.
Al contrario que muchos compañeros suyos, Robson sólo entrenaba 3 días a la semana. Sin embargo, esto no impidió que Robson fuera aprendiendo cada vez más de este deporte. Al fin y al cabo, nuestros padres quieren lo mejor para nosotros, y Robson también lo entendió así.
Estos orígenes marcaron la carrera de Robson. De hecho, durante un entrenamiento con PSV paró la sesión para recordarles a sus jugadores lo afortunados que eran de están jugando al fútbol y darle patadas a un balón. Además, de que tuvieran presente que estar ahí suponía no trabajar desde las 7 hasta las 17 horas.
Aunque su padre le puso todas las trabas posibles, Robson nunca fue un futbolista más, porque él se propuso no serlo. De hecho, decidió terminar con su carrera como jugador en Canadá, en vez de tener el típico retiro local. Además, Robson era una persona a la que le encantaba viajar y conocer nuevas culturas.
Tras una carrera como jugador bastante discreta, a Bobby Robson también le costó sudor y lágrimas meterse a entrenador. Los éxitos no le llegaron de inmediato y tuvo que trabajar para llegar lejos. Su primera gran prueba, el Fulham.
Esta etapa no fue como a él le hubiera gustado. Uno de los clubes de su vida, el equipo que le vio crecer como futbolista, ahora le tendría en los banquillos. Sin embargo, el Fulham estaba peleando por no descender a Tercera y el bueno de Robson no logró el objetivo.
Con todo ello, el club londinense no le pudo renovar y Robson sufría uno de sus primeros fracasos. Después del Fulham, el primer equipo que le dio estabilidad y confianza fue el Ipswich Town, con los que estuvo vinculado unos 13 años. Casi nada.
Bobby Robson levantando la Copa de la UEFA con el Ipswich. Fuente: Box to Box.
No obstante, los inicios fueron duros, con varias temporadas muy discretas y al borde del descenso. Pero el club confió en Robson y esa confianza fue devuelta por el británico, que llevó al Ipswich a un nivel superior.
El primer logró llegó en la temporada 1977-78, cuando ganaron la FA Cup frente al Arsenal. A partir de entonces, el club fue hacia arriba llegando a ganar la Copa de la UEFA contra el AZ Alkmaar y ser subcampeones en la misma temporada. Robson cambió al club, un equipo que nunca había ganado nada se hizo respetar.
Bobby Robson empezó a dejar destellos de su manera de entrenar y si algo llamaba la atención era su generosidad. Además, siempre le demostró a los jóvenes jugadores a luchar para alcanzar los objetivos a través del trabajo duro.
Por otra parte, enseñó a un tal Alex Ferguson sus métodos de entrenamiento, cuando este mismo apenas empezaba su carrera en el Aberdeen escocés.
Tras unos buenos años al frente del Ipswich, a Bobby Robson se le presentó la oportunidad de su vida. La selección inglesa le dio la confianza para ser el seleccionador del país, pero a Robson esto le vino grande.
Precisamente, no consiguió llevar a Inglaterra a la Eurocopa del 84 y renunció a su puesto, pero el presidente de la FA rechazó la propuesta. Fue entonces cuando a Robson le entraron las ganas y quiso devolver esa confianza.
Fuente: Mediotiempo.
De esta forma, para el Mundial de México 86 los británicos encabezaron el grupo F junto a Polonia, Portugal y Marruecos. Inglaterra clasificó como segunda, tras unos duros partidos que les llevaron a medirse con Paraguay en los octavos de final.
Los sudamericanos no pudieron hacer nada contra los europeos en un 3-0 memorable ante más de 98.000 espectadores. Así pues, los ingleses se enfrentarían ahora contra Argentina, en uno de los partidos más recordados e históricos de los mundiales.
Aquella tarde, ingleses y argentinos disputaron uno de los mejores partidos que se recuerdan con dos goles absolutamente legendarios. Primero «la mano de Dios» del astro argentino Maradona y, segundo, el llamado «gol del Siglo» cuando Maradona se fue de hasta 6 rivales para marcar el gol de la victoria.
Ante esta situación, Bobby Robson dejó una frase para el recuerdo:
«Está bien, el primero lo marcó con la mano, pero el segundo valió por dos»
Tras el Mundial de México, Robson se puso como objetivo la Eurocopa la del 88, aunque no fue como se esperaba. Los británicos acabaron últimos de grupo perdiendo todos los partidos. Una vez más, Robson pidió su dimisión, pero sería nuevamente rechazada.
De esta forma, Robson tenía en el punto de mira la Copa Mundial de Italia 90, donde fueron semifinalistas contra Alemania, perdiendo en la tanda de penaltis. Esta fue la última prueba de Robson como seleccionador, ya que la FA no le quiso renovar. Bobby Robson puso punto final a una etapa dura que fue como a él le hubiera gustado.
José Mourinho y Robson en el Oporto. Fuente: 90s Football.
Después de haber entrando durante unos años a Inglaterra, Bobby Robson volvió a encarrilar su carrera como técnico. Deambuló por todo tipos de países, desde Holanda con el PSV, hasta Portugal con el Sporting y el Oporto.
Su etapa en Portugal fue bastante intensa y allí dejó huella en varias personas. Durante su estancia en el Sporting de Lisboa, tuvo como pupilo a un tal José Mourinho, que apenas empezaba su carrera entre los banquillos. Mientras que en el Oporto tuvo a André Villas-Boas, al cual dejó dirigir los entrenamientos del equipo.
Pero si hay un equipo que debemos nombrar es el FC Barcelona, que apostó por él en el 96. Robson llegó en un año bastante histórico para los culés, los cuales habían hecho el fichaje más caro de la historia (por aquellos años) con Ronaldo.
El joven futbolista brasileño tuvo una temporada estelar y es considerado por muchos como el mejor año de un futbolista en la historia. Robson ejerció una figura muy paternalista y llegó con mucha ilusión al club.
De hecho, cuando era todavía entrenador del Ipswich él ya había visitado al club y en Barcelona le esperaba un viejo amigo: Mourinho. Robson llegó con la intención de quedarse varios años si todo iba bien, y anda que no fueron bien las cosas.
Con una de las plantillas más competitivas de toda Europa, se llevó la Copa del Rey, la Supercopa de España y la Recopa de Europa. Sin embargo, su final en el Barcelona lo sintió como toda una traición. Pese a la buena temporada, el club prefirió a Van Gaal y le vendieron a Robson un proyecto de futuro que nunca llegó.
Robson junto a sus jugadores del Barcelona. Fuente: Pinterest.
Con la decepción que supuso su marcha del Barcelona, Robson volvió a Inglaterra para entrenar al Newcastle, uno de los clubes de su vida. Allí logró clasificar, por primera y última vez en su historia, al equipo a jugar dos temporadas consecutivas la Champions League.
Sin embargo, a Robson le volverían a dar otro duro golpe, cuando el Newcastle decidió despedir a Robson tras una serie de malos resultados. Otra vez más, Robson sintió la traición de cerca, pero esta vez era incluso más dura. El equipo de su vida, el equipo de su padre, le dejó la puerta abierta.
Bobby Robson de vuelta en Inglaterra con el Newcastle. Fuente: Newcastle United.
Como hemos ido repasando, Bobby Robson fue un entrenador peculiar que nunca tuvo las cosas fáciles, pero no por ello se rindió. Sus enseñanzas han llegado a personas muy relevantes en el mundo del fútbol, como Mourinho o Guardiola, que siempre han hablado muy bien del británico.
Además, Robson cuenta con muchos homenajes en Newcastle o Ipswich, donde el segundo puente más grande tiene su nombre. Precisamente, e Portman Road (estadio del Ipswich) tiene una estatua que conmemora sus logros.
Estatua de Bobby Robson en Ipswich. Fuente: Box to Box.
También, el mismo Ronaldo ha hablado maravillas de Robson, llegando a decir que era uno de los más grandes. Mientras que otro azulgrana, Gica Popescu, llegó a afirmar que en el PSV, lo único que aprendió de Robson era inglés.
En España se ganó la simpatía de mucha gente cuando en un programa de televisión besó en los labios a Carmen Sevilla. Y los culés que reconocían a Robson como «l’avi», que significa el abuelo.
No obstante, si algo más hay que mencionar de Robson es su lucha contra el cáncer. El bueno de Bobby Robson tuvo luchar durante casi toda su vida contra esta enfermad. De hecho, creó una fundación para ayudar con las investigaciones.
En una de sus últimas entrevistas afirmó lo siguiente:
«La única cosa de la que me arrepiento es de no haberle podido dedicar más tiempo a mi familia, como las personas normales»
Y otra de sus grandes frases:
«¿Cuánta gente ha tenido esta oportunidad? Soy un afortunado Bobby Robson siempre estuvo muy agradecido con el fútbol y esa humildad le caracterizaba.
No hay duda de que Bobby Robson marcó una época. Su carisma y personalidad le llevaron a ser uno de los entrenadores más legendarios de Inglaterra. Porque no todo se basa en títulos, sino más bien en experiencias y Bobby Robson se fue con unas cuantas lecciones aprendidas. Sir Bobby Robson, un auténtico caballero inglés.