Francés y Jair, una dupla de oro | OneFootball

Veteranía y juventud, dos antónimos que pueden ir de la mano.

El Real Zaragoza a lo largo de la presente temporada ha apostado por una pareja de centrales formada por Jair Amador y Lluís López. Esto entre los aficionados no ha terminado de gustar, ya que se ha estado cortando la trayectoria a un futbolista que, además de ser el mejor el año pasado, ha sido internacional con la sub-21 y ha suscitado el interés de varios clubes de Primera. Entre ellos, el Sevilla FC fue uno de los que más ahínco mostró en hacerse con sus servicios. Celta y Real Sociedad también eran algunas de sus ‘novias’.

Francés demostró ser lo que Escribá pensaba que no era

El lateral derecho, reconvertido a central en los últimos años, ha sido relegado al banquillo en detrimento de un Lluís López que, a pesar de tener su renovación en el aire, ha mejorado su nivel con el transcurso de los partidos. Esta situación, sobre todo, erosionó con la llegada del citado Escribá, quién, por un motivo u otro, decidió no apostar por el canterano. Pero el otro día, para sorpresa de la gran mayoría, sí decidió darle voz y voto. Y los resultados fueron muy favorables.

Junto con Jair Amador, el eje de la defensa blanca, formaron una dupla impenetrable frente al Cartagena. El luso, caracterizado por su exuberancia área, dónde gana el 67% de los duelos, y además es uno de los defensas que más despejes realiza (5.1), estuvo perfectamente escoltado por Alejandro Francés. El canterano, con su zaragocismo en vena y su encomiable personalidad, demostró sus dotes con el esférico y su destreza en la salida de balón. En todo momento estuvo valiente, contundente y seguro.

Una dupla poco vista, pero eficaz

La dupla Jair-Francés, desafortunadamente, no ha sido muy vista. Pero, tras el partido del fin de semana, tal y como lleva siendo todo el año, más de un hincha zaragocista la querrá ver, al menos, en estos dos partidos que restan de temporada. Y es que, por mucho que uno tenga 33 años y otro 20, la veteranía y la juventud pueden ser dos complementos muy óptimos. Y, cuando ambos han jugado juntos, los resultados han hablado por sí solos.