Fin a una travesía en el desierto | OneFootball

La temporada del FC Barcelona llega a su fin. Una temporada en la que ha habido claramente altos y bajos, marcados principalmente por el cambio de entrenador y la llegada de un nuevo proyecto ilusionante de la mano de Xavi Hernández. Con el entrenador egarense, se vio un tramo exquisito de juego, recordando a los mejores años del Barça, pero también se demostró que al equipo todavía le queda mucho camino por recorrer.

En la despedida del equipo, ante un Camp Nou que presumió una buena entrada si se tiene en cuenta el pésimo horario elegido para el encuentro (un domingo a las 22:00h), el conjunto catalán regaló una noche de buen fútbol a la afición en la primera mitad, pero luego en la segunda volvió a mostrar la cara menos agraciada y más preocupante de la situación deportiva actual.

Desde el primer minuto del encuentro ya se intuía lo que acabaría sucediendo, ya que los once elegidos por Xavi Hernández salían muy bien plantados en el campo, con una muy buena intensidad y actitud sin el esférico, lo que provocaba que la posesión del cuero fuera prácticamente en su totalidad propiedad de los blaugrana en los primeros compases del partido. De hecho, la presión que efectuaron los futbolistas de Xavi recordó a la de los mejores años del equipo, con una intensidad abrumante y asfixiando al equipo visitante por completo.

Además, el Barça también interpretó a la perfección cuando atacar los espacios que dejaba la zaga de los ‘groguets’. En este sentido, la faceta ofensiva del conjunto catalán estuvo clarividente, a diferencia de los últimos partidos, en los que se veía a los futbolistas prácticamente sin ideas. Especialmente activos durante la primera parte estuvieron las dos bandas, con Adama Traoré y Dani Alves por la derecha y con Jordi Alba y Ferran Torres por la izquierda. Precisamente, el delantero valenciano dispuso de un par de buenas ocasiones que obligaron a Rulli a intervenir. También estuvo muy activo en ataque Frenkie De Jong llegando en segunda línea. Precisamente el del holandés era uno de los nombres de la previa, ya que podría haber jugado su último partido con el FC Barcelona.

Pasado la primera media hora del encuentro, los minutos seguían corriendo y la tónica que se había dibujado en el inicio del partido, se seguía manteniendo, confirmando si cabe aún más, la enorme superioridad en el duelo de los culés ante un rival de entidad como el semifinalista de la actual edición de la UEFA Champions League, el Villarreal CF de Unai Emery.

Por otro lado, alcanzados los primeros tres minutos de juego, también se observó un pequeño ‘bajón’ en los culés, lo que le dio alas al conjunto visitante que, pese que no jugó ni de lejos igual de bien que el La temporada del FC Barcelona llega a su fin. Una temporada en la que ha habido claramente altos y bajos, marcados principalmente por el cambio de entrenador y la llegada de un nuevo proyecto ilusionante de la mano de Xavi Hernández. , fue más práctico y en el minuto 40 aprovechó la única oportunidad que tuvo para situar el 0-1 en el marcador, con el que el partido se fue al descanso.

En la segunda mitad, el Barça salió mostrando de nuevo una muy buena imagen y sin que el gol encajado antes del descanso les hubiera afectado apenas. En este sentido, durante el inicio de la segunda mitad, se volvió a ver un equipo punzante y activo en la presión, y situando las líneas muy adelantadas en campo contrario. Sin embargo, cuando mejor estaba el equipo, en el minuto 10 de la segunda mitad, una pérdida intolerable de Adama Traoré dentro del área sirvió de asistencia para Moi Gómez que situaba el 0-2 en el marcador.

Con la ventaja de los ‘groguets’ de dos goles en el marcador, el Barcelona rebajó considerablemente su intensidad y carácter en el juego. Además del bajón mental, el equipo también se vio claramente desgastado físicamente y ello llevó a que hasta prácticamente el minuto 30 de la segunda mitad, el Barça no hiciera acto de presencia alguno en el juego de la segunda mitad. No cabía duda, el Villarreal había sido mucho más contundente en las dos áreas que el Barça.

Sin embargo, la suerte tampoco acompañó a los catalanes, ya que en el 28 de la segunda mitad, vieron como el colegiado les anulaba un gol, obra de Frenkie De Jong, por un fuera de juego milimétrico. Ahora bien, el tanto anulado resultó ser finalmente un soplo de aire fresco para los culés que recuperaron mínimamente las sensaciones en el juego, hilvanando y trenzando jugadas en zona de tres cuartos con una circulación del esférico alta.

Sin embargo, y por desgracia para los intereses de los de Xavi Hernández, las buenas sensaciones se esfumaron igual de rápido que llegaron y los culés lanzaron la toalla por completo, poco después, mostrando una preocupante falta de compromiso con los 54.000 aficionados que acudieron al campo para ver el encuentro. Una afición que, por otro lado, estuvo de diez una vez más esta temporada.