La Galerna
·13 de septiembre de 2024
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Se consumió el verano, volvió a la acción el Real Madrid femenino arrancando con una sonrisa su quinta temporada de existencia, y lo hizo con una plantilla renovada tras un verano repleto de salidas e incorporaciones. Los objetivos siguen siendo los mismos: reducir la distancia con el FC Barcelona, superar la segunda ronda previa de la Champions para ofrecer una buena imagen en la fase de grupos y, finalmente, no dejar escapar la oportunidad si la Copa de la Reina o la Supercopa de España vuelven a ponerse a tiro.
Para lograrlo y evitar el estancamiento del año pasado, el club ha renovado más de un tercio de su plantilla, dado salida a siete jugadoras —incluidas dos capitanas— y fichado a ocho futbolistas. El Levante UD, del que proceden tres mujeres, vuelve a ser el caladero favorito del Madrid, del Atlético cruzan la ciudad dos piezas y del mercado internacional aterrizan las tres restantes. En cuanto a impacto, a las caras nuevas pueden sumarse tanto Caroline Weir como Carla Camacho, casi inéditas en la 2024/25 por culpa de sus lesiones graves de rodilla. ¿Quiénes se enfundan la camiseta blanca para contrarrestar las bajas de Ivana Andrés, Kenti Robles, Sofie Svava, Kathellen Sousa, Claudia Zornoza, Hayley Raso y Freja Olofsson?
Mientras que los roles en la portería se mantienen claros y sin cambios (Misa Rodríguez como titular con Myléne Chavas como su suplente), la dirección deportiva ha llevado a cabo la revolución que se pedía a gritos en la línea defensiva, siendo la parcela más renovada. Una central pura (María Méndez), una carrilera (Sheila García) y dos futbolistas que pueden actuar como centrales y laterales (Mäelle Lakrar y Antônia Silva) son las llamadas a cortar de raíz la sensación de fragilidad transmitida hasta ahora.
Con María Méndez (Asturias, 2001) el Real vuelve a incidir en la política de fichar talento joven y español con grandes probabilidades de terminar de explotar en el futuro próximo, ya formando parte de la disciplina blanca. La ovetense de 23 años viene de liderar la defensa del Levante, hasta el punto de convertirse en capitana, y su templanza debe ser fundamental a la hora de iniciar el juego desde atrás. Si confirma su progresión, apunta a ser una de las centrales titular de aquí en adelante. Por lo pronto, su debut en Liga F fue intachable: portería a cero y gol anotado.
Tanto Antônia Silva (Brasil, 1994) como Mäelle Lakrar (Francia, 2000) llegan a Madrid directas desde los Juegos Olímpicos y asentadas en sus respectivas selecciones absolutas. Aun siendo la de central su demarcación predilecta, ambas acumulan un gran bagaje actuando desde el lateral derecho. Está por ver si Alberto Toril insistirá en sus planteamientos con defensa de tres ahora que la posición está bien cubierta. A sus 30 años, a la brasileña se le pedirá sacar a relucir su veteranía y su intensidad en cuanto se recupere de la lesión sufrida en Francia, mientras que, en circunstancias normales, Lakrar debería tener un amplio margen de crecimiento, pues tiene la planta física para alcanzar las cotas que se proponga.
Sheila García (Guadalajara, 1997) sigue avanzando en su carrera profesional sin abandonar la capital. Tras destacar en el Rayo Vallecano y pasar por el Atlético de Madrid, llega a Valdebebas en su momento de madurez y confiando en dejar atrás las lesiones. Su polivalencia le permite jugar en ambas bandas y adoptar un perfil tanto ofensivo como defensivo, por lo que quizás sea en el lateral izquierdo como complemento para Olga Carmona donde encuentre más minutos tras la marcha de Svava.
El centro del campo del Real Madrid empieza a sonar al de un equipo europeo de garantías. La necesaria salida de Olofsson es cubierta por su compatriota Filippa Angeldahl (Suecia, 1997), más ágil, más experimentada y más templada a la hora de aportar seguridad en la zona ancha, como ya demostró en el primer partido de la temporada ante el Espanyol. No viene de ser titular indiscutible en el Manchester City, pero bien puede ser el tipo de jugadora fiable que alarga cualquier plantilla para afrontar una carga alta de partidos.
La sorpresa del mercado de fichajes, quizás necesaria tras la despedida de Claudia Zornoza, es la incorporación de Melanie Leupolz (Alemania, 1994). La alemana, una de las mejores centrocampistas de Europa, llega procedente de un Chelsea empeñado en amasar plantillas de cuarenta futbolistas. Leupolz ha entrado en su etapa de jugadora veterana y se instala en España un año después de ser madre pero, por suerte para el Madrid, su caso es diametralmente opuesto a otro bien conocido. La profesionalidad de la teutona está fuera de toda duda y es uno de los casos de éxito de vuelta al máximo nivel tras dar a luz, por lo que podrá ser una socia de lujo para Sandie Toletti, Teresa Abelleira, Maite Oroz, la propia Angeldhal y, por supuesto, Caroline Weir.
Melanie-Leupolz
La escocesa, por méritos propios, no necesita presentación y no debería aparecer en este repaso de incorporaciones. No obstante, su vuelta tras un año en la enfermería la convierten en el principal refuerzo con respecto a la temporada pasada. El Real es otro con Weir en el campo porque es diferencial por sí misma y porque hace mejor a quien juega a su alrededor. Sobre los hombros de la afición recae la responsabilidad de rezar sin cesar para que su lesión se convierta en un simple mal recuerdo del pasado.
Por último, la producción ofensiva. Dada su influencia, bien podría entrar en este apartado Caroline Weir, pero la cuota de recuperaciones la ocupa Carla Camacho. La canterana se ganó su ficha con el primer equipo hace un año, pero la epidemia de roturas de ligamento cruzado anterior cortó su progresión precisamente cuando más minutos para demostrar su valía podría haber tenido. Esta temporada tendrá mucha competencia en la posición de delantera centro, por lo que la paciencia será fundamental para ella.
A Signe Bruun, Caroline Møller y Naomie Feller se suma Alba Redondo (Albacete, 1996). La atacante manchega se enfunda la camiseta blanca tras siete años curtiéndose como la referencia ofensiva de sus equipos (primero el Fundación Albacete y, desde hace cinco años, el Levante). Sin ser la superestrella internacional que una parte de la afición demanda, Redondo se ha convertido en la delantera española más constante a la hora de ver portería. Su rango de influencia es mayor que el de Bruun, por lo que con su movilidad y clarividencia debería convertirse en un recurso fundamental para el ataque madridista.
La relación de atacantes e incorporaciones la completa Eva Navarro (Murcia, 2001), un anhelo del club que se remonta a la creación de la sección. Desde su irrupción en la liga se la ha considerado como uno de los diamantes del fútbol femenino español, pero dos lesiones de ligamento cruzado anterior lastraron su desarrollo. Con 23 años, la de Yecla parece haber superado esa etapa y debe estar lista para sacar rendimiento de forma constante a sus habilidades innatas: potencia, desborde y gran disparo. Junto a Athenea del Castillo y Linda Caicedo, el perfil de extremo en la plantilla queda bien cubierto.
¿Será suficiente este zarandeo dado a la plantilla para alcanzar los objetivos marcados? Para bien o para mal, no tardaremos en comenzar a desvelar la incógnita: con la liga recién iniciada, el próximo jueves se disputará el partido de ida de la eliminatoria de acceso a la Liga de Campeones frente al Sporting Clube de Portugal. Antes de que acabe septiembre sabremos si el Real Madrid femenino aprueba su primer gran examen.
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