Estoicismo vinotinto | OneFootball

Estoicismo vinotinto | OneFootball

Icon: Balonazos

Balonazos

·30 de marzo de 2023

Estoicismo vinotinto

Imagen del artículo:Estoicismo vinotinto

Las primeras dos definiciones en la RAE de estoicismo son: “fortaleza o dominio sobre la propia sensibilidad” y “escuela fundada por Zenón (de Citio) y que se reunía en un pórtico de Atenas”. Una filosofía muy en boga por estos días. “Cambia lo que puedas y acepta lo inevitable. Esta máxima del pensamiento estoico y otras similares se repiten hoy como un mantra en libros, reuniones, congresos, blogs, cursos o canales de YouTube. El estoicismo está viviendo un nuevo aggiornamento”, escribieron en el diario español ABC.

Pero desde hace años se viene amasando el resurgir de esta corriente filosófica. En 2018 la socióloga Helena Béjar escribió en su columna del periódico El País. “El estoicismo es una filosofía rigorista basada en un intelectualismo extremo; la razón debe guiar conducta y acción. Clave es el control de las pasiones y deseos. El cuidado de sí se alcanza con un riguroso autocontrol emocional. Nada que ver con el predominio del hombre hipermoderno que ensalza el sentimiento y la espontaneidad. Es un individualismo heroico centrado en fortalecer el carácter que ni permite el lamento, incluso ante el dolor, la enfermedad y la muerte, ni el miedo, que debilita”. Esto muchos antes de la pandemia o la invasión de Rusia a Ucrania. Tragedias actuales, aunado al miedo de otra crisis financiera similar a la de 2008, que inició con la caída de Lehman Brothers. Lo que sucedió Silicon Valley Bank ha removido los peores recuerdos.


OneFootball Videos


Para incluso ir más atrás. ¿Qué se escribió en 2016? “En la Antigüedad, el estoicismo fue una filosofía que cultivaron emperadores y esclavos y, en la actualidad, también ejecutivos con estrés o víctimas de la crisis. Nació en una época turbulenta de la historia de Grecia, el helenismo, en el siglo IV antes de nuestra era, cuando se derrumbaron muchas certezas y el futuro fue más incierto que nunca después de la muerte de Alejandro Magno”. Terminemos de profundizar el concepto con una explicación de Massimo Pigliucci, profesor de Filosofía en el City College de Nueva York, para El País. “El motivo principal es que algunos aspectos del mundo actual se parecen al de los estoicos. Vivieron el colapso del imperio macedonio y sentían que no tenían ningún control sobre lo que ocurría. El estoicismo nos enseña a centrarnos en aquello que podemos cambiar y en vivir una existencia ética, a pesar de las circunstancias. Ahora nos encontramos de nuevo ante un futuro incierto, con la amenaza de una catástrofe medioambiental o de una nueva crisis económica. Nos sentimos perdidos y el estoicismo nos proporciona una brújula muy útil para navegar en ese mundo complejo”.

En un acto de reduccionismo y simpleza, podemos describir a una persona estoica que se sabe manejar ante la adversidad y es impasible por sus emociones y sentimientos. Como venezolanos no puede servir de gran manera. Desde el Viernes Negro perdimos el norte, el Caracazo solo terminó de fracturar lo que estaba roto y la promesa revolucionaria no nos llevó al Siglo XXI, sino que nos hizo viajar al pasado a una crisis similar a la de lo tiempo de la Guerra Federal. La poca paz que se tenía por la Pax Bodegónica, termino acuñado por Guillermo Tell Aveledo, se esfuma porque parece que la burbuja explotó.

Luego de esta extensa explicación. Es entendible la frustración que tiene la humanidad y en especial el venezolano. Basta ver los comentarios en contra de Silvino Bracho, luego de su fatídico lanzamiento ante Trea Turner. Si bien la redes sociales no son un reflejo fidedigno de nada, pero si pueden servir para tomar una muestra de la virulencia y la impunidad con las que se expresa el fanático. En la deriva del día a día, donde los sueldos se diluyen y las propiedades suben sus precios en ascensor, el deporte es un refugio. La precarización del trabajo y las angustias de la nevera vacía se olvida en el estadio o cuando se prende el televisor. Si le agregas el factor patrio, casi que pasa a ser un tema de Estado.

Pero todos estos párrafos son para invitar al fanático de la Vinotinto a que sea estoico. No queda más. Son tiempos duros y no se avizoran momentos mejores. Las crisis en la Federación Venezolana de Fútbol que derivaron en una intervención de la FIFA, más la onda expansiva del FIFA Gate, que movió los cimientos de una organización muy dependiente de Rafael Esquivel y sus demostrados malos manejos por la justicia de los Estados Unidos, aún quedan muchas facturas que pagar y no me refiero a lo económico. Esas cicatrices siguen abiertas y el tiempo perdido es un plomo en el ala. Ser últimos en los pasados dos Premundiales, ponerse el traje de Cenicienta, ir más de comparsa que competir, no solo se resume desde lo futbolístico. Va más allá del retiro de Juan Arango o de errores individuales. Es un cóctel poderoso. Un ancla para cualquier aspiración mundialista.

El efecto del “Boom Vinotinto” que puso a la selección nacional en el imaginario popular se ha diluido. En los terrenos de la nostalgia es donde se pasean los conceptos de “irreverencia” y “cuchillo entre los dientes”. Tiempos de Cadivi y viajes para ver a un combinado patrio que daba la sensación de que podía romperle el brazo a la historia. Que tras un Siglo XX saturados de goleadas, iba a llegar un Siglo XXI de reivindicación. De pisar fuerte y construir un camino de grandeza en el deporte más popular del planeta. Pero en la última década se volvió a la casilla de salida al punto cero.

El proyecto Pekerman despertó una gran ilusión. El sueño fue solo eso. A Fernando “Bocha” Batista y su estreno invicto, poco más se le puede pedir. Se quiere mandar a la hoguera a Miguel Navarro, cuando el jugador de Chicago Fire es la opción más clara que tiene la Vinotinto para el presente y futuro. Se ve por encima del hombro y con desprecio a la MLS, pero muchos tienen los lentes de la época cuando David Beckham jugaba. Hay que ver la liga de los Estados Unidos con los lentes de Beckham como presidente de equipo. No es más un cementerio de elefantes. Hay que leer “La MLS desafía a Brasil ante el declive de los mercados de Argentina y México”. Otro crucificado fue Jean Franco Fuentes, con 26 años y luego de ser el mejor central de la Liga FUTVE con Metropolitanos, no podemos liquidarlo. El público venezolano acostumbrado a consumir la Champions League y la Liga de España, tiene que entender que no tenemos un Ronald Araujo, Eder Militao, Ruben Dias o Dayot Upamecano. Tampoco es requisito sine qua non tener jugadores nominados al Balón de Oro para ir al Mundial. Lo hizo Perú con Ricardo Gareca con una idea clara y colectiva por encima del individuo.

Por eso paciencia con “Bocha” Batista. Ser estoicos. Desde la FVF venderán un fútbol con filtros de Instagram. Sus detractores hablarán de deudas y pintarán que estamos en la Edad de las Cavernas. Lo cierto es que no estamos en el foso, pero tampoco estamos tan bien como se quisiera. Un DT debutante en lides de selección adulta, con un grupo de jugadores talentosos por sí solos, pero que no se ha logrado amalgamar en función de un todo. Toca aplicar la tan mentada resiliencia, porque es un despropósito exigir ir al Mundial. El primer mandato debe ser competir, a secas. Jugar bien, luego se verá si bonito. La diferencia la explicó Julián Calero, entrenador del Burgos. Con esa materia aprobada, que la tenemos de arrastre hace varios cursos, ya podemos hablar de otra cosa. Pero siempre, insisto en el término, de forma estoica.

¿El futuro?

La sub-20 da la sensación de oportunidad perdida, luego de las altas expectativas. Por todos los problemas en la sub-17 se puede intentar ver el vaso medio lleno y decir que todo lo que pase será ganancia. A la salida de Damián Ayude, el quiebre abrupto del ciclo Pekerman, primero se habló de abogados, luego volvieron a ser amigos, y solo dos amistosos: Bolivia y Argentina, en el altiplano. A pesar de que la Diosa Fortuna puso un grupo en teoría accesible sin el local, Ecuador, y sin Brasil. Capaz los cocos son Argentina y Paraguay, pero de cinco pasan tres. Los otros rivales son Perú y Bolivia.

El periodista Rodrigo Morales habló con Balonazos para dar unas pinceladas de Perú sub-17. Su mayor figura sería Felipe Chávez, un volante del Bayern Múnich. Nació en Alemania, pero es producto del scouting de la FPF. Otros nombres de interés serían: Juan Pedro Durán, portero; Jonathan García, defensa y capitán; en zona de volante, Bassco Soyer; y arriba Víctor Guzmán. Han realizado varios amistosos, entre ellos un cuadrangular en Europa. Viene de quedar invicta en sus últimos amistosos como visitante ante Ecuador y Colombia. Su DT, Pablo Zegarra, trabajó en las inferiores de Salamanca (España) y de Sporting Cristal. La visión de Morales da la sensación de un buen trabajo. El scouting de Perú ya nos birló a Alex Custodio. No será un perita en dulce.

En este barco llamado Latinoamérica, que algunos pesimistas lo comparan con el Titanic, Perú no es camarote sin problemas. Basta ver la cantidad de presidentes que han tenido en los últimos años en la Casa de Pizarro.  El fútbol suele ser un reflejo del país. La Fiscalía de Perú allanó la Videna por casos de corrupción contra su actual presidente Agustín Lozano y viejos directivos, Edwin Oviedo y Manuel Burga. El caos como rutina. Incluso peligra el tema de la sede del Mundial sub-17, por, entre otros temas, infraestructuras. A pesar de todos estos bemoles, más de uno pegara el grito al cielo si Perú nos gana, sin reconocer que el resto de los países tiene más cultura futbolera y han trabajado mejor.

La Vinotinto sub-17 tiene sus herramientas. Los hijos de dos leyendas: Juan Arango Tortolero y Alejandro Cichero Jr. Una de las grandes irrupciones de la Liga FUTVE como David Martínez. Hijos de la migración como Leenhan Romero y Andrew Pereira. Pero no se trabajó de la mejor manera. Ricardo Valiño llega con pergaminos en el fútbol mexicano, pero con poca conexión con Venezuela y este grupo de atletas. En la historia solo se fue a un Mundial de las categorías y fue Emiratos Árabes Unidos 2013. En ese Sudamericano se fue subcampeones con Rafael Dudamel. En un torneo que se disputa desde 1985 y en 19 ediciones, aparte de 2013, solo en tres ocasiones (2001, 2007 y 2017). Por eso en la absoluta y en las inferiores, aplicar el estoicismo Vinotinto. Aún queda un largo transitar por el desierto. Ponerle fecha al éxito es azaroso.

No es conformismo, ni ser negativos. Es abrazar una realidad que no va a cambiar en un chasquido de dedos. Nuestro presente es consecuencia de nuestras decisiones pasadas, pero como decía José Ortega y Gasset: “Soy yo y mi circunstancia, y si no la salvo a ella no me salvo yo”. Un futuro mundialista lo construirán las decisiones de ahora, basadas en expectativas verosímiles, en la paciencia en los procesos y no darle a cada rato al botón de “reset”. Pero el porvernir también lo definirá las circunstancias del mundo en el que vivimos y escapan de nuestras manos. Más estoicismo y menos frustración con Vinotinto. La mejor receta para bajar el cortisol y que el deporte vuelva ser lúdico y no de vida y muerte.

Ver detalles de la publicación