Ojo de Halcón
·2 de julio de 2024
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Quique Monleón Ciurana
Tras una temporada con poco protagonismo a causa de la sobrepoblación de futbolistas que tiene el Villarreal en el centro del campo, Manu Trigueros dice adiós a la que ha sido su casa durante cosa más de una década, donde se ha curtido como futbolista buscando ya nuevos retos sin la necesidad de abandonar España y nuestra liga.
Con 32 años y más de 400 partidos vistiendo la camiseta del Villarreal CF, todo parece que Manu Trigueros se encuentra en el verano donde se despedirá del que ha sido el club de su vida. Una Europa League, clasificaciones a Champions League y una infinidad de partidos ligueros son algunos de los recuerdos que se llevará el futbolista de Talavera de la Reina al que y pese a su edad avanzada, no le van a faltar ofertas. Esta misma semana, se ha conocido que el Espanyol de Barcelona buscará hacerse con los servicios del futbolista de Castilla la Mancha, quien y lo más seguro, verá con buenos ojos esta nueva oportunidad en la Primera División donde seguir demostrando que la edad es solo un número y que calidad queda para dar y regalar.
Comenzó su carrera en su ciudad natal, en el Talavera para pasar a jugar en una de las canteras más prestigiosas como bien es la Masía donde y como muchos otros, se quedaron con la oportunidad de dar el salto al primer equipo. Donde bien sí dio el salto fue al Murcia donde y en las categorías inferiores (tanto en juvenil como el segundo equipo del conjunto rojiblanco) llamaría la atención de un Villarreal que y todavía no era ni la cuarta parte de lo que es hoy. Del C al primer equipo pasando antes por el Villarreal B, el crecimiento del conjunto castellonense fue de la mano del futbolista toledano, quien y en sus más de 400 partidos, ha dado a entender que para ser un gran centrocampista, con un gran golpe de libre directo como bien él tiene o esa facilidad de retener y mantener balón, no hace falta ser el futbolista más guapo ni el que mejor físico tiene, únicamente hay que saber domar las esférica y saber llevarla a tu antojo al mismo tiempo que miras por el bien de tu equipo.
Indiscutible para Marcelino, para Calleja, para Emery, indiscutible la noche cuando tocó el Villarreal por primera vez el cielo alzando su primer y único título al cielo de Polonia como bien fue aquella Europa League, a Trigueros siempre se le consideró como ese capitán sin brazalete cuando Bruno todavía llevaba la brújula amarilla en el Madrigal, sin duda, ha sido un futbolista que, y en silencio, se ha ido metiendo en el bolsillo a una afición que no tendrá malas palabras en el caso de que el jugador vuelva al Estadio de la Cerámica pero como visitante.
La huella que deja el “14” en Villarreal es más que imborrable. Se unirá junto a su eterno compañero Bruno y Marcos Senna (uno de los futbolistas más adorados no solo en el conjunto “groguet” también en toda España), al club de los centrocampistas con casi medio millar de partidos defendiendo la casaca del submarino, conjunto con el que todavía tiene contrato por un año más (que dificultaría su llegada a otros club por la causa monetaria) pero que ya es más que un hecho que ambos caminos van a separarse tras una década de gloria donde Manu ha enseñado que el fútbol es como el vino que tanto le gusta tomar: exquisito. Las calles no olvidarán al 14 que llegó siendo todo un canterano y marcha con una Europa League en su haber y el objetivo cumplido de colocar al Villarreal entre los grandes de España y el mapa europeo. ¿Volverá Trigueros algún día al Villarreal?