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La Galerna

·28 de abril de 2024

Érase una vez el Atlético de Madrid

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Érase una vez un club de fútbol cuyo presidente Jesús Gil amenazó con darle de comer a su cocodrilo Furia al Tren Valencia, futbolista de su equipo al que se refirió en los siguientes términos: «Al negro le corto el cuello. Me cago en la puta madre que parió al negro. Yo estoy harto de aguantar. ¡Que se muera!».

Érase una vez de fútbol un club cuyo presidente Jesús Gil, tras jugar en Copa de Europa contra el Ajax, declaró: «Los negros del Ajax… eso parecía el Congo. Salían negros de todas partes como si fuese una máquina de churros».


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Érase una vez un club de fútbol que cobijaba a un grupo neonazi denominado Frente Atlético, uno de cuyos miembros, vinculado al grupo Bastión, llamado Ricardo Guerra, también neonazi, asesinó a puñaladas a Aitor Zabaleta, seguidor de la Real Sociedad.

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Érase una vez un club de fútbol cuyos jugadores se reunían con el mencionado grupo neonazi Frente Atlético para darles explicaciones cuando los resultados no acompañan con la anuencia de la directiva.

Érase una vez un club de fútbol apropiado indebidamente según la Audiencia Nacional en 2003, pero debidamente prescrito, el delito, según el Tribunal Supremo en 2004.

Érase una vez un club de fútbol cuya afición, Frente Atlético incluido, coreó al unísono «Eres un mono, Marcelo eres un mono» al lateral izquierdo del Real Madrid sin consecuencia alguna. Atléticos reconocidos como Gonzalo Miró defendieron en televisión, de manera no irónica, la teoría de que gritar «Marcelo eres un mono» no es racismo.

Érase una vez un club de fútbol que seguía cobijando a un grupo neonazi llamado Frente Atlético, varios de cuyos miembros volvieron a quitar la vida a una persona, Francisco Javier Romero Taboada «Jimmy», arrojándolo al río Manzanares durante una pelea. La causa de la muerte fue traumatismo craneoencefálico.

Érase una vez un club de futbol cuyos jugadores seguían reuniéndose con el mencionado grupo neonazi Frente Atlético para darles explicaciones cuando los resultados no acompañaban con la anuencia de la directiva que se había apropiado indebidamente del mismo.

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Montaje fotográfico de Rafael Gómez de Parada

Érase una vez un club de fútbol donde un jugador de su filial, el capitán Tachi, mordió la cabeza de Vinícius Jr. durante la disputa del segundo partido de este con el Castilla. Por dicha acción, el jugador madridista fue amonestado con tarjeta amarilla.

Érase una vez un club de fútbol cuyos aficionados, en un partido de la Youth League contra el Real Madrid, emitieron el sonido de los monos contra el futbolista rival Peter Federico y, además, entonaron cánticos como «Es español. El Retiro es español, no es un parque de Ecuador».

Érase una vez un club de fútbol que sigue albergando al grupo neonazi Frente Atlético, cuyos miembros cantaron al ucraniano Lunin «¡Tú aquí jugando y tu país llorando!» cuando Rusia invadió Ucrania.

Érase una vez un club de fútbol que sigue cobijando al grupo neonazi Frente Atlético que permitió que en 2022 estos se reunieran con la plantilla rojiblanca en Majadahona tras la eliminación de la Copa y les expusieran sus exigencias.

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Érase una vez un club de fútbol cuyo capitán, Koke Resurrección, amenazó con que habría lío si Vinícius marcaba gol en su estadio y decidía celebrarlo bailando, como hacen muchos futbolistas, incluidos los rojiblandos. Ante estas declaraciones, un tal Pedro Bravo, a quien al parecer llaman «Súper Agente», en El Chiringuito espetó: «Si quieres bailar samba, te vas al sambódromo a Brasil. Aquí lo que tienes que hacer es respetar a tus compañeros de profesión y dejar de hacer el mono». Este individuo no sufrió consecuencia alguna por sus palabras racistas y sigue colaborando en el programa adecuado a sus características.

Érase una vez un club de fútbol cuyos aficionados, antes de la disputa del partido referido en el anterior párrafo, cantaron «Eres un mono, Vínicius eres un mono». Uno de ellos mostró orgulloso una marioneta que aludía al insultado jugador madridista. Durante el partido también se escucharon cánticos racistas.

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Érase una vez un club de futbol que tras los incidentes racistas mencionados, no sufrió consecuencia alguna, pues la Fiscalía entendió que no había racismo ya que se trataba de un partido de máxima rivalidad y los cánticos apenas duraron unos segundos. Siguiendo esa lógica, cabría pensar que meter un balazo a alguien no sería delito ya que el disparo apenas dura una fracción de segundo.

Érase una vez un club de fútbol cuyos dueños, los que se apropiaron indebidamente de él, mantenían muy buenas relaciones con los medios de comunicación, y, para el siguiente choque contra el Real Madrid, Marca dedicó una portada al brasileño del equipo de Concha Espina con el titular: «Vinícius, en el foco». Es decir, la responsabilidad era de la víctima.

Érase una vez un club de fútbol cuyos dueños seguían dando cobijo a un grupo neonazi llamado Frente Atlético cuyos miembros colocaron una pancarta en un puente de Madrid con el texto: «Madrid odia al Real». Además, colgaron del mismo puente un muñeco hinchable marrón con la camiseta de Vinícius Jr.

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Érase una vez un club de fútbol que perdió aquel partido en el que en la previa habían colgado el muñeco de Vinícius y Marca le dedicó toda la portada a uno de quienes se lo apropiaron indebidamente, Gil Marín, para quejarse del arbitraje sufrido y de este modo acallar los ecos del racismo.

Érase una vez un club de fútbol que aún sigue permitiendo la presencia del grupo neonazi Frente Atlético, miembros del cual gritaron «Negra de mierda, vamos a matarla» a una niña que portaba la camiseta de Vinícius.

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Érase una vez un club de fútbol que de nuevo tuvo la suerte de ser arbitrado por un colegiado rojiblanco, Cuadra Fernández, quien no activó el protocolo antirracismo ante los nítidos cánticos racistas sufridos por Vinícius y tras ser avisado de ellos. En los alrededores del estadio ya se habían escuchado antes del encuentro, como es tradición allí.

Érase una vez un club de fútbol cuyos aficionados entonaron: «Ale, ale, ale, Vinícius chimpancé» antes de disputar un partido de Champions.

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Érase una vez un club de fútbol que, después de todo esto, en 2024, sigue cobijando a un grupo neonazi llamado Frente Atlético cuyos miembros profirieron cánticos racistas al jugador del Athletic Club Nico Williams. Casualmente, el partido estaba siendo narrado en Dazn por Fran Guillén, quien fue seguidor del Frente Atlético, y su reacción fue: «Algún tonto ha dicho lo que nunca hay que decir». Posteriormente, Nico Williams festejó su gol frente a los neonazis señalando el color de su piel, y el citado Fran Guillén explicó que significaba «hielo en mis venas».

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Érase una vez un club de fútbol que mantiene un grupo neonazi llamado Frente Atlético y también muy buenas relaciones con los medios, y consiguió que, en su mayoría, estos no empleasen la palabra racismo y la sustituyesen por la expresión «cánticos ofensivos», logrando, también, que las portadas de hoy pasasen de puntillas sobre el hecho.

Érase una vez el Atlético de Madrid.

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