Apuntes de Rabona
·29 de marzo de 2022
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Antonio “El Turco” Mohamed pertenece a esa estirpe de futbolistas que marcaron una época. Fue protagonista durante el tiempo que pasó dentro del campo y, tras el retiro, no dejó de ser un referente en el banquillo. Su camino dentro de las canchas de futbol comenzó en su país natal: Argentina. El Huracán le dio su primera oportunidad en un equipo profesional durante 1987. En aquel momento, El Globo se encontraba en la Primera B, por lo que la misión del club era lograr llegar a Primera. Esto lo consiguió en la temporada 1989/90, en la que el “El Turco” tuvo un papel central.
Los siguientes años jugaría para Boca Juniors e Independiente, donde no vería muchos minutos. Curiosamente es justo este mal rato lo que lo traerá a México, donde desplegó su mejor futbol. Su primer club fue el legendario Toros Neza, a donde llegó en la temporada de 1993-1994. Aunque en ese momento nadie lo sabía, su estancia en este club sería el momento más álgido de su carrera. El conjunto del Estado de México era el equipo recién ascendido y la llegada de “El Turco” Mohamed era central para su juego, ya que su fichaje se dio con miras a que él fuera la carta fuerte del ataque.
Como hoy ya sabemos, el argentino no sólo no decepcionó, sino que mostró un extraordinario olfato goleador que hizo que su equipo lograra la permanencia dentro de la primera división con 31 puntos. Para poder notar la importancia que tuvo en la estancia en el máximo circuito, podemos acudir a los números: hizo un total de once anotaciones y doce asistencias, participando en 23 de los 46 goles del club aquella temporada.
A partir de ese momento, “El Turco” Mohamed se convirtió en el referente ofensivo del club, además de uno de los grandes ídolos de la afición. Su desempeño para las siguientes temporadas y su estilo de juego no harían sino posicionarlo como un histórico del hoy desaparecido Toros Neza.
Con una estatura de 1.75 y una complexión más bien robusta, cualquier persona que no lo hubiera visto jugar antes habría apostado que sus cualidades con el balón serían pobres. Sin embargo hacía gala de una irreverencia absoluta con la pelota en los pies. Portador de una gran velocidad, era un peligro en el uno a uno, además de que tenía un gusto irrevocable por quebrarle la cadera a los defensas rivales, además de una gran visión para el pase.
Todas estas cualidades lo hacían una condensación de lo que la afición había encontrado en el club: singularidad. Era un jugador exótico que aún sin el cabello pintado o las máscaras, ya llamaba la atención por su absoluta falta de respeto por las jerarquías de los rivales que tenía enfrente. Él resultaba idóneo para el club, y el club lo acunó entre sus gradas.
Durante las siguientes temporadas no dejaría de ser una de las grandes figuras de su club. Aportando goles, pero sobre todo pases a gol, fue protagonista en las tablas de asistencias de cada torneo. Aún con este desempeño el equipo no lograba ingresar a la Liguilla, situación que cambió en 1996: los torneos cortos usados en el balompié argentino llegaban a la liga azteca, y con ellos comenzó la época dorada de Neza. “El Turco” Mohamed fue uno de los grandes artífices de esta era.
El Invierno 96 fue el primer torneo del nuevo formato, pero además fue el inicio de unos Toros que asombraron a la liga. Con “El Profe” Meza en el banquillo y compañeros de linaje comprobado, como Rodrigo “Pony” Ruiz, Miguel Herrera o Pablo Larios, lograron su primera liguilla gracias al repechaje, donde derrotaron al León con un 4-2 global (un tanto fue cortesía del argentino).
El siguiente rival fue el Atlante, que en aquel torneo había terminado como superlíder, por lo que todos los pronósticos apuntaban a que el viaje terminaba ahí para “El Ojitos” y los suyos. Contra todo pronóstico Neza logró avanzar a la siguiente fase, luego de un avasallante marcador global de 9-2. Todo parecía indicar que el título era asequible, pero en las semifinales Santos Laguna, de la mano de un Jared Borgetti letal, terminaron con el sueño. Lo mejor estaba aún por venir.
Para el segundo torneo corto del futbol nacional, los del Estados de México lograron superar la hazaña del semestre anterior: fueron tercer lugar de la tabla general, llevando la delantera en su grupo. Ingresaron a la liguilla sin problemas y y vencieron a Pumas y Necaxa, para enfrentarse a Chivas en una final que terminaría en tragedia: Con un marcador 1-1 en el partido de ida en Neza, las esperanzas de alcanzar el título parecía estar a punto de materializarse, pero en la vuelta en el estadio Jalisco el Guadalajara los Toros cayeron 6-1.
Esta fue la primera y única final a la que llegarían los Toros Neza. Luego de esto el rendimiento de Mohamed siguió siendo importante en el desempeño de su club. Lograron ingresar una vez más a la Liguilla en el Invierno 97, aunque no consiguieron superar los cuartos. La última temporada de “El Turco” Mohamed en Neza, donde llegaron al repechaje. América terminó por dejarlos fuera.
Aunque la simpatía que causó en la afición del club se vio reforzada por sus excentricidades, es indudable que su eficiencia dentro del campo fue la causa principal por la que se le asocia inevitablemente con la escuadra de Neza: es el segundo máximo goleador en toda la historia del club y es uno de sus referentes absolutos. Tras su partida los Toros comenzaron a vivir una debacle de la que jamás se lograrían levantar y terminó por llevar al club a la desaparición. No se puede sostener que la única causa de esto es la partida de Mohamed, pero sin lugar a dudas es uno de los múltiples factores.
La carrera del argentino lo llevó a vestir múltiples jerseys, como América, Monterrey o Zacatepec. Sin embargo, nunca volvió a lograr ese vínculo que creó con los Toros en otro club. Tras abandonar las canchas, comenzó una carrera como entrenador que tardó en despegar, aunque finalmente logró hacerse de un nombre, cosechando algunos campeonatos en México. Vale la pena resaltar que en su etapa desde el banquillo, tiene una imagen mucha más sobria que aquella que dejó cuando llevaba los botines puestos.
Por: Alberto Roman / @AlbertoRomanGar