El Real Madrid ya lo sabe: el PSG le ha prometido a Mbappé que podrá irse en 2023 con una condición | OneFootball

En el Real Madrid ya saben cuál habría sido la condición que Nasser Al-Khelaïfi y sus directivos le habrían impuesto a Kylian Mbappé para que se pueda marchar al Real Madrid y le 'perdonen' los dos años que le restan de contrato: debe ganar la Champions League. La campaña que llevan realizando los dueños del club de la capital francesa desde que se hicieron con él tiene un objetivo: la máxima competición europea.

Por el momento, este trofeo está siendo realmente esquivo a pesar del fichaje de Neymar en 2017, la compra de Mbappé adelantándose al propio Real Madrid en 2018 y la reciente incorporación de Leo Messi como agente libre después de su tormentosa salida del FC Barcelona. Aunque el año pasado se configuraban como uno de los favoritos a hacerse con esta competición, la realidad fue otra y cayeron eliminados en octavos de final.

El bochorno del Bernabéu después de tantos años y tanto dinero gastado sin resultados visibles habría llegado a su límite en una de las mayores crisis de la historia del PSG: los constantes rumores que circulan en torno a Kylian Mbappé. Por eso, Al-Khelaïfi habría tomado la decisión de dejar marchar al atacante de Bondy con el único requisito de que, por fin, gane la Champions League y la lleve a París.

Una táctica que se aplica hoy más que nunca

Por su parte, el Real Madrid conoce muy de cerca todos los avances que se están realizando en esta segunda entrega del 'caso Mbappé', incluyendo este importante requisito de la directiva del PSG. Sin embargo, la situación no es del todo favorable para los intereses del equipo blanco, y las oficinas del Santiago Bernabéu apenas han registrado movimiento en las últimas horas después de que llegara esta importante información.

El club sigue con su política del silencio absoluto y de no caer en los rumores estúpidos, una táctica implantada por Florentino Pérez desde hace varios años y que ha funcionado perfectamente: la voluntad de pasar desapercibido y no dar pábulo a teorías infundadas permitió que el fútbol europeo y mundial se maravillara y sorprendiera a partes iguales cuando un discreto Real Madrid fichó a Camavinga la temporada anterior y a Aurélien Tchouaméni el pasado mercado de verano.