Balonazos
·21 de julio de 2025
El promedio de apuestas deportivas en España es de 15€-20€: ¿Esto denota precaución en las apuestas?

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·21 de julio de 2025
El mercado de juegos de azar en España, en particular el de las apuestas deportivas, se encuentra en constante evolución gracias a los nuevos portales de juego en línea. Según un estudio reciente de Astute Analytica, una reconocida firma de análisis de mercado y consultoría, España se perfila como un mercado en plena expansión, con un valor estimado de 39.820 millones de dólares para 2033. Por cierto, el número de personas que apuestan en deportes también va en aumento, siguiendo la misma tendencia de crecimiento que el mercado en general.
Entre otros datos relevantes, dicho estudio reveló que la media de consumo por apuesta en España oscila entre 15€ y 20€. Considerando los distintos factores que miden al juego, como volumen de transacciones, media de depósitos y muchas más variables, ¿será que esta media de gasto por apuesta denota precaución a la hora de jugar?, ¿o es acaso esto un número bastante alto?
El importe medio de las apuestas no surge de la nada: las reglas del juego las marca, en parte, cada operador. Especialmente cuando hablamos de bonos. Basta con echar un vistazo a las promociones de las principales plataformas del ranking de Legalbet, un sitio que compara casas de apuestas legales y sus recompensas. Si se analizan sus bonos de bienvenida, se ve que la mayoría de los operadores mejor valorados ofrecen entre 150 € y 300 €.
En ese marco, apostar entre 15 € y 20 € no parece precisamente una actitud tímida: representa entre un 10 % y un 15 % del bono, lo que sugiere que muchos jugadores saben cómo sacarle partido sin pasarse de la raya. Es un rango que funciona bien tanto para activar las promos como para mantener cierto control.
Y luego está el detalle del depósito mínimo: en la mayoría de casas, ronda los 10 €. Justo por debajo del tamaño medio de las apuestas. Lo que parece indicar que los usuarios se mueven con cierta lógica: no apuestan lo mínimo posible, pero tampoco tiran la casa por la ventana. Es un equilibrio práctico, más pensado que impulsivo.
También tenemos que considerar los datos socioeconómicos de la población en España. Para empezar, tenemos que el salario mínimo en España es de 1,184€ al mes, y el salario medio bruto anual ronda los 28,360€. En consecuencia, una apuesta de 15€-20€ puede representar poco más del 1% del salario mínimo y más del 0.5% de los salarios promedio. Partiendo de este hecho, se puede decir que en realidad es un gasto considerable, sobre todo para aquellos españoles que perciben salarios más bajos o cercanos al salario mínimo.
Otro punto a comparar es la media de otro tipo de gastos. Si se compara una apuesta de 15€-20€ con otros gastos del mismo valor, sería un gasto bastante parecido a dos entradas del cine. En realidad, un gasto bastante promedio y cotidiano para el entretenimiento. Aunque claro, a las apuestas por lo general le acompañan otras apuestas, por ejemplo, algunos usuarios pueden realizar 2 o 3 apuestas al día, lo cual cambia el gasto total diario.
En España, la mayoría de los apostadores se lo toman con bastante calma. Las cifras hablan por sí solas: el importe medio por apuesta ronda los 15-20 €, y siete de cada diez jugadores no gastan más de 50 € al mes, según Astute Analytica. No está nada mal si se tiene en cuenta que, como en todo, hay unos pocos (el 5 %) que mueven cantidades mucho mayores —más de 500 € al mes— y que acaban subiendo la media para el resto.
Aun así, el juego problemático sigue siendo bajo: entre el 0,25 % y el 0,3 % de los usuarios. Esto puede deberse en buena parte a los esfuerzos del gobierno español, y especialmente de la Dirección General de Ordenación del Juego (DGOJ), que ha logrado construir un ecosistema bastante equilibrado y seguro.
Entre límites automáticos a los depósitos, campañas informativas, servicios de ayuda y una red efectiva de autoexclusión, se ha conseguido que la mayoría juegue por ocio y no por impulso.
Por todo esto, es importante recordar que apostar debe hacerse con responsabilidad, gestionando el bankroll de acuerdo con los recursos y posibilidades de cada persona, siempre buscando mantener un equilibrio saludable.