
La Galerna
·1 de junio de 2025
El petroclubismo vuelve a triunfar

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·1 de junio de 2025
Buenos días, amigos. El PSG de Luis Enrique goleó (5-0) al Inter de Milan en la final de la Champions, en una descomunal exhibición futbolística.
Hemos dicho “el PSG de Luis Enrique” (excelente técnico) cuando por el mismo precio podíamos haber escrito “el PSG de Al-Nasser”, o sea, el que enchufa el tubo de extraer el petróleo directamente a la cuenta corriente sin más obstáculo que el que eventualmente pueda suponer la ley de la gravedad.
Ya sabemos que seguramente no es un tubo de manera literal. Pongan cualquier otro mecanismo quienes conozcan la industria del oro negro. Nosotros conocemos lo suficiente la del fútbol para saber que, en todo caso, son recursos obtenidos por actividades que nada tienen que ver con ese deporte y que nadie controla, habiendo quedado el concepto de Fair Play Financiero a la altura del de los Reyes Magos de Oriente en términos de credibilidad.
El Fair Play Financiero son los padres.
Ha pasado de moda decir esto, si es que alguna vez lo estuvo, pero tiene la misma vigencia hoy que ayer y que mañana. Pasa como con Negreira: mola poquísimo estar todo el día recordándolo, representa la antítesis de lo cool, pero será la puñetera verdad hasta el fin de los tiempos y alguien tiene que hacerlo presente en el discurso, ya que por el momento no ha habido justicia humana en este tema y posiblemente nunca la haya por motivos políticos.
El PSG puede jugar todo lo bien que ustedes quieran y Luis Enrique puede estar haciendo un trabajo tan plausible como ustedes consideren, pero lo que hay detrás sigue siendo uno de los estados más ricos del planeta enchufando toda la pasta que estiman oportuno, sin control alguno por parte de las autoridades.
A La Galerna le importa un carajo no ser cool y estar repitiendo estas cosas hasta que no podamos más, con la particularidad de que siempre podremos más. Lo prometemos.
Marca es tan cool que no solo se olvida de este aspecto tan ingrato y casposo del asunto (a despecho de real), sino que lo orienta en función del interés humano de la historia. El propio Luis Enrique, de manera admirable, ha tratado de apartar el foco de su historia personal, que todos conocemos, haciendo gala de un pudor muy elogiable. “No necesito ganar la Champions para sentir a mi hija”. Sería de excelente gusto seguir esa línea, marcada por el propio protagonista. Admiración, toda. Sensacionalismo, a ser posible, cero.
Mucho más contenido se muestra As, señalando una serie de evidencias incontestables: que la mano de Luis Enrique (un absoluto control freak de cada detalle) ha sido esencial en este triunfo y que la goleada es la más grande que se ha visto en una final de Champions.
También resalta con buen tino la primera plana prisaica las declaraciones del técnico asturiano: “Nos habría gustado tener aquí a Mbappé”. Elegante apunte para quienes están haciendo análisis simplistas y groseros de consumo visceral. Ni el PSG ha ganado la Champions por no tener a Mbappé, ni el Real Madrid ha dejado de ganarla por contar con él. Parece mentira que haya que refutar esa doble idiotez. Úsenla los antis para tratar de incordiarnos, pero no la trague el madridismo, por favor.
Lo único que le falta a As es insistir en lo del Fair Play Financiero, cuyo sepelio se celebrará el próximo jueves a las 19 horas en la iglesia de Saint-Germaine-des-Prés de la capital francesa si los fans del equipo ganador, que están muy ocupados en darse de hostias con la policía para celebrar, tienen a bien dar su beneplácito y no causan disturbios en la entrada.
RIP FPF. Descanse en paz el Fair Play.
Si no encontramos mención alguna a los hidrocarburos en las portadas de As o Marca, imaginad en la prensa cataculé, que tiene lazos emotivos inquebrantables con Luis Enrique. Convendría recordar a Sport, con todo, que no hay expresión de amor, por apasionada que sea, que exima de la utilización de la coma del vocativo entre el mensaje que se traslada a la persona amada y la propia persona. Es “¡Felicidades, Lucho!” y no “¡Felicidades Lucho!”. Incluso “Te quiero, Lucho” va con coma del vocativo. Otros ejemplos prácticos serían “Todo OK, José Luis” o “Sandro, ¿qué más quieres que te dé?”.
El petroclubismo, amigos, vuelve en efecto a triunfar, como ya triunfara en su versión Premier con la Champions del City en 2023. Curiosamente, solo el Real Madrid ha sido capaz de evitar una avasalladora hegemonía europea por parte del City en las últimas temporadas. Ahora mismo, todo apunta a que puede haber una hegemonía por parte del petroclubismo versión chic parisina. Si la hay, nunca olvidéis que no solo se deberá a las lotes de liderazgo de Luis Enrique y la implicación de sus futbolistas, sino también a que detrás hay cantidades industriales de dinero ajeno al fútbol que debería ser controlado. Eso sigue siendo así.
De todos modos, y de igual modo que el Real Madrid fue capaz de evitar un reinado impío del City durante años y años, no descartéis que ahora logre lo propio con el PSG.
Será difícil, pero el Madrid es el Madrid.
Pasad un buen día.