
La Galerna
·17 de abril de 2021
El perjuicio del saldo arbitral

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·17 de abril de 2021
Creo que la mayoría estaremos de acuerdo en que en los últimos lustros el Madrid ha dejado de ganar algunas Ligas por causas no extrictamente deportivas. Las Ligas no son tan importantes como las Champions, pero no dejan de tener mucha importancia, carajo. Gran parte de la imagen nacional e internacional de un club depende de ellas. Y a veces parece olvidársele a buena parte del madridismo que el club español que más Ligas tiene, con diferencia, es el Real Madrid. Y nadie se las regaló.
Parece haber últimamente una tendencia en ese madridismo a minusvalorarlas. La razón podría ser que en los lustros antes mencionados, el Barcelona ha ganado una importante mayoría de títulos de Liga en comparación con el Real Madrid. Pero al mismo tiempo, el Madrid ha brillado enormemente en la máxima competición europea, mucho más importante a ojos de todo el mundo. Y en varias ocasiones, el periodismo deportivo español ha ninguneado la Champions League (o no) en función de qué equipos españoles estuvieran en disposición de ganarla (o no), otorgándole en esos momentos más prestigio a la competición nacional (o no... dependiendo también del futurible). Y eso ha podido producir en ese madrididsmo una cierta desafección hacia el campeonato nacional liguero que, como veremos a continuación, también desprende un tufillo de adulteración.
Ganar la Liga supone una inyección económica considerable. Y no solo de manera directa, ya que hay una diferencia de unos cuantos millones de euros para los clubs entre quedar primero, segundo, tercero, etc... Más rentable aún que eso es el prestigio que se consigue, porque acaba traduciéndose en una mayor cuantía económica en forma de sponsors, publicidad, marketing y otros procedimientos de ingresos similares, que tienen mucho que ver con los títulos que un club va consiguiendo y que aumentan su fama y su reputación. O que la mantienen, porque, por ejemplo, el FC Barcelona sigue teniendo un número de seguidores en RRSS por todo el mundo cercano al del Real Madrid, pese a que su última Champions conseguida data de 2015. Pero sus Ligas y sus Copas del Rey también parecen ser tenidas en cuenta por los exigentes aficionados internacionales (amén de la todavía admiración mundial -especialmente americana- por la figura de Messi).
En una competición adulterada por el saldo arbitral, no es solo el cabreo o el berrinche de los perjudicados lo que está en juego. Es mucho más. Porque el dinero lo es casi todo en este mundo del fútbol superprofesionalizado.
Hay muchos madridistas que no quieren ni oír hablar de arbitrajes ni de sus "supuestos" saldos. Según ellos, el Madrid tiene que ganar sí o sí, únicamente con la fuerza o el poder de su escudo y de su historia. Para ellos hablar de arbitrajes adversos es desviar la atención y lo importante es fichar mejores jugadores de los que se fichan. Como si eso no costase más dinero. Dinero que se ha estado dejando de ingresar, en gran parte, precisamente por esos arbitrajes de los que no quieren ni oír hablar...
Todo resulta bastante paradójico.
Quejarse no es de equipo pequeño, por mucho que se empeñen algunos en repetirlo. Se quejan las grandes compañías, los grandes países, las grandes instituciones... Y nadie discute por ello su grandeza. Pero si lo hace un gran club (mejor dicho, si lo hace el Real Madrid), es un síntoma inequívoco de pequeñez.
Somos muchos los que pensamos que la competición española está adulterada.
- ¿Tienen pruebas de ello?
- Sí. Aquí tienen los datos exactos y matemáticos del saldo arbitral de los últimos lustros.
- Eso no prueba nada. Los errores arbitrales o sus estadísticas no son actos delictivos.
Con estadísticas en la mano, los gobiernos toman decisiones de crucial importancia. Son herramientas imprescindibles con las que detectar el buen o mal funcionamiento de algo y la toma de decisiones pertinentes al respecto. Son imprescindibles para cualquier estado, empresa o institución, menos para la RFEF, según parece.
El saldo arbitral, plasmado en una gráfica, llamaría enormemente la atención, incluso de los menos entendidos en gráficas. Pero aquí parece no llamarle la atención a nadie. Y puede que la causa de esta desatención esté en los blanqueadores de situaciones.
Cuando una determinada situación pinta de color oscuro, los blanqueadores ponen manos a la obra en su tarea de embellecerla todo lo posible o, en su defecto, de camuflarla o disfrazarla adecuadamente. Una mano de pintura y el defecto desaparece de la vista. Y ojos que no ven... pies para qué os quiero. ¿O no era así el refrán?
El principal problema, desde el punto de vista madridista, es que esta oscura situación solo la ve en España el madridismo (y no todo él), lo cual es descorazonador. Y si te quieres alegrar el día a lo Clint Eastwood, en vez de esgrimir una Magnum 44 ante el primer macarra hispánico que se te cruce en el camino, es mucho mejor prestar atención a la prensa deportiva extranjera, que no está tan condicionada a la hora de hacer sus valoraciones acerca del equipo blanco y suele elogiarlo cuando se lo merece, que es en la mayoría de las ocasiones, muy al contrario de lo que normalmente sucede con la prensa de la llamada piel de toro.
La prensa extranjera (y como consecuencia, la opinión pública extranjera) siente un gran respeto hacia el Real Madrid, basado en su histórico pasado y en su espectacular presente, muy reciente (aunque no suene congruente lo de "presente reciente"). Algo muy distinto a lo que ocurre en nuestro país, debido a los blanqueadores de situaciones que, respecto al Real Madrid, hacen muchas horas extra ejerciendo también como ennegrecedores de las mismas.
Es algo con lo que los madridistas nos hemos tenido que ir acostumbrando a vivir a lo largo de los años. Pero acostumbrarse no es sinónimo de resignarse. Y no nos resignaremos a que esto tenga que ser así para siempre. No nos resignaremos a ser ajusticiados arbitrariamente cada dos por tres en la competición española, pues ello no implica tan solo la no ampliación de títulos en las vitrinas, sino el impedimento de adquirir más patrimonio económico que engrandezca al club. La letra "a" del verbo "ajusticiar" conlleva una implícita negación de lo que es en sí misma la justicia, aquella que se nos niega impunemente temporada tras temporada, por mucho que en contadas ocasiones consigamos hacerla valer.
El Madrid aún puede ganar la Liga. El míster y los jugadores tendrán que darlo todo sobre el terreno de juego. Pero la afición también tiene que dar todo lo que puede, que no es otra cosa que máximo apoyo y fe en el equipo. Y saber valorar lo que se gana y cómo se gana. Y lo que se pierde y por qué se pierde.
Fotografías: Imago