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·31 de octubre de 2024
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El ambiente en el Narcís empujó para la victoria. | Fuente: @uesantandreu
Sant Andreu del Palomar volvía a acoger una gran cita futbolística, esta vez en la Copa del Rey. Como cada año, el equipo afrontaba este tipo de partidos con ganas e ilusión ante todo un Mirandés, tercero en Segunda División.
Pero los de Miranda vivieron un ‘infierno’ en el Narcís Sala, con un ambiente ‘aterrador’ para ellos en una anticipación de Halloween. La afición ‘quadribarrada’ apretó, y de qué forma, para llevarse el pase y, tal como declaró uno de sus capitanes, Jordi Méndez: “Seguir soñando”.
Por si alguien aún no sabía lo que era vivir un partido en este estadio, ayer se fue con la lección aprendida. En Sant Andreu, ni sus jugadores ni su afición, creen que hay algo imposible, y lo demostraron una vez más.
Desde el inicio del encuentro, la esperanza de que un Sant Andreu sin complejos pasase de ronda era notoria. El Mirandés, todavía atronado por el ambiente, vio cómo el Sant Andreu se ponía por delante cuando aún no habían transcurrido ni 15 minutos del encuentro. Lo hizo Lucas Viña, que pese a ser lateral se desmarcó entre los centrales y batió a Luis López (1-0).
Pero a los locales tampoco podrían prolongar la celebración, y es que a penas 5 minutos más tarde se señalaría un penalti sobre Bassinga con el que pondría el empate Homenchenko (1-1).
El Sant Andreu fue creciendo, y arropado por el Narcís las fuerzas con un rival de dos categorías más arriba se decantaba hacia el lado barcelonés. La segunda mitad, impecable para los de Xavi Molist en juego e inteligencia, dictó sentencia. «Que mi equipo le pueda competir a cualquiera me hace sentir orgulloso«, comentó Molist en rueda de prensa.
Paredes celebra su tanto (2-1) | Fuente: @uesantandreu
El protagonista del gol de la victoria fue Paredes, que en un balón que recogía en el área disparó por debajo de las piernas del guardameta del Mirandés para celebrarlo delante de los ‘Desperdicis’ en el ‘Gol Nord’ (2-1). Tras 20 minutos de nervios, el pitido final sonó y el Sant Andreu descorchó el champán para celebrar otra noche mágica en el Narcís Sala.