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·30 de octubre de 2020

El muro de San Paolo

Imagen del artículo:El muro de San Paolo

Si un equipo alegre, con tendencia ofensiva y con jugadores de calidad arriba se queda sin poder marcar un gol; hay que destacar el trabajo defensivo del equipo contrario. El Napoli se impuso en el Reale Arena y lo hizo exhibiendo un rendimiento defensivo descomunal. Como superlativo estuvo el líder de ese muro que el equipo de Gattuso levantó ante la Real Sociedad (matizar aquí que, pese a que se aúnen la palabra muro y Gattuso en la misma frase, ni por asomo el Napoli del técnico calabrés es un equipo defensivo). Kalidou Koulibaly fue ese bastión defensivo napolitano que permitió sacar adelante un encuentro decisivo a efectos clasificatorios. Además, la actuación del central senegalés pone de manifiesto el tremendo crecimiento que ha mostrado de un tiempo a esta parte. El equilibrio que ahora parece presentar el equipo del sur de Italia es, entre otras cosas, culpa de una versión de Koulibaly más pausada, menos visceral y, por ello, mucho más decisiva. Como lo fue para sacar tres puntos de un Reale Arena que solo había cedido una derrota en lo que va de temporada.

Lideró a su equipo desde la defensa sacando todo el peligro por arriba y leyendo cada jugada y movimiento realista.


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Después de una dura derrota en San Paolo ante el AZ Alkmaar, Gennaro Gattuso tuvo claro cómo plantear el encuentro, ciertamente decisivo, ante la Real Sociedad. Sabedor de las virtudes realistas en lo que a posesión de pelota se refiere, el técnico transalpino decidió renunciar a la posesión de balón. Con un 4-4-2 compacto en campo propio, y que por momento adelantaba la línea defensiva cuando el conjunto contrario salía desde su campo, el Napoli cortocircuitó casi todos los ataques de su rival. El poderío en cuanto a defensa de área propia anuló, casi por completo, el efecto de los posibles centros laterales. La fortaleza interior con un doble pivote DemmeBakayoko y el reducido espacio entre líneas restó ideas ofensivas a una Real Sociedad que se estrelló contra un auténtico muro. Y ese muro tenía su líder en un Koulibaly que, pese a que todos los veranos se habla de lo mismo, el Napoli se le comienza a quedar descaradamente pequeño. Cierto que no se trata de un jugador joven (29 años), pero, en plena madurez futbolística, puede reservar aún varios años al máximo nivel. Como el que está rayando en estos momentos.

El central senegalés se siente comodísimo a la hora de defender en su área, con su equipo compacto bajo el amparo del equilibrado 4-4-2 y esperando su momento para salir a morder. Ante la Real Sociedad, el Napoli no pudo cazar un gran número de ocasiones en transición para dañar al espacio, pero le bastó con media ocasión de Politano para que un disparo lejano entrara en la meta de Remiro después de golpear en el joven Sagnan. El contexto del encuentro reforzó la postura napolitana, ahora más aferrada a defender un resultado más que positivo y aprovechar las salidas de un inspiradísimo Irving Lozano. El mexicano sustituyó a Insigne en la primera parte y rindió como nadie en esos balones largos a la banda que permitían salir al equipo e intimidaban y sembraban la duda a su par por la posibilidad que posee el ex del PSV de salir por cualquiera de sus dos perfiles. Todo esto reforzado por un Napoli que llevó a cabo el plan de Gattuso de forma inmejorable. Silva fue uno de los jugadores realistas que mejor interpretó los pobres espacios que se generaban en la poblada y bien llevada defensa del conjunto italiano, pero el fantástico jugador español no pudo ver transformada ninguna de sus acciones en gol.

La Real Sociedad cuajó un partido completo a nivel de juego, pero que no superó el planteamiento de un Gattuso que supo leer el partido y su desarrollo.

El muro napolitano se impuso en la figura del claro líder y alma del equipo. Kalidou Koulibaly cumple su séptima temporada en San Paolo y su actual nivel de juego, sumado a esa veteranía con la casaca napolinata, le hacen ser, sin duda, el eje sobre el que se fundamenta el equipo en cuestiones de liderazgo y defensivas. Las temporadas en la que el central senegalés destacaba por su imponente físico, que le hacían ganador en un gran porcentaje de los duelos que disputaba, pero que no era lo suficientemente frío en algunas acciones dentro de una posición muy frágil, han pasado. Ahora posee una lectura impecable de las muchas situaciones de partido que debe afrontar durante los mismos. Como los buenos defensores, la presencia de Koulibaly en la línea defensiva hace bueno a casi cualquier acompañante. Cuando el equipo de Imanol Alguacil cambió su sistema defensivo para poder dar más vuelo a sus carrileros, en especial a Barrenetxea, Koulibaly volvió a demostrar esa lectura antes mencionada, tapando los huecos que se generaron en esa ala izquierda de su propia área y achicando agua cuando el rival presentaba su fútbol de salón que se estrellaba ante un imponente muro senegalés que es el líder del Napoli de Gennaro Gattuso.

César Manso / AFP

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