Todofutbol.cl
·18 de agosto de 2024
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En medio de la serie de octavos de final con Talleres de Córdoba, River tuvo que hacer una visita al Bosque de La Plata. La parada en la capital bonaerense, para jugar ante Gimnasia por la undécima fecha de la Liga Profesional, dejó un sabor agridulce para el equipo del Muñeco.
Si bien no se fue con las manos vacías (igualó 1 a 1, goles de Nacho Fernández a los 10 minutos del segundo tiempo y Rodrigo Castillo, a siete del final), no jugó un buen partido, sigue sin ganar como visitante en el torneo local y todavía tiene mucho por mejorar.
River presentó un equipo alternativo para jugar ante Gimnasia y se notó. Por más que la formación inicial de River haya contando con apellidos pesados, hay jugadores que necesitan rodaje.
Ya de entrada, a partir de una cuestión táctica, se percibió que a River se le presentaría difícil la tarde en la casa del Lobo. Es que hubo un intento en el primer cuarto de hora por jugar en campo rival, con Pablo Solari de punta junto a Adam Bareiro y los mediocampistas más adelantados, pero no se dio.
River no pudo imponer condiciones y tuvo que espejarse con Gimnasia porque perdía la mitad de la cancha. Entonces, Solari retrocedió para armar un 4-1-4-1, que se transformaba en 4-2-3-1 cuando Aliendro bajaba para ayudar a Peña y Nacho se cerraba para tratar de generar fútbol y dejarle la banda derecha al tándem Boselli-Solari. Pero sufrieron por ese sector, sobre todo con Domínguez.
River no hacía pie en el medio en la primera parte. Gimnasia se lo copó y así se adueñó de la pelota, a la cual le dio mejor destino que su ilustre rival. Y si no se fue con ventaja al entretiempo fue por la actuación de Jeremías Ledesma, que tuvo varias intervenciones para evitar la caída de su arco. Conan voló para sacarle un remate de afuera del área a Fernández, se quedó con otro de Salazar, uno más de Domínguez y estuvo atento y rápido para cortar dos pases filtrados, uno con los pies, fuera del área, y otro con las manos, dentro de ella.
Domínguez había podido vencerlo luego de un gran contragolpe, en el que Pata Castro ubicó a Salazar, quien le ganó a pura velocidad las espaldas a Casco y tiró el centro para que el picante extremo izquierdo la empujara, pero estaba apenas adelantado.
Al equipo del Muñeco le costó el partido. Y la cara del entrenador de River lo reflejó. Los gestos del rostro de Gallardo fueron elocuentes y manifestaban el malestar que el técnico sentía por el desempeño de sus futbolistas. Y no le tembló el pulso para hacer tres cambios en el entretiempo. Mandó a la cancha a Maxi Meza, quien hizo su debut con la camiseta Millonaria, a Rodrigo Villagra y a Franco Mastantuono. Y salieron Lanzini, Solari y Aliendro, uno de los dos titulares con respecto al encuentro en el Kempes. El otro fue Adam Bareiro.
Los cambios en River dieron resultado rápidamente. Dos de los que ingresaron participaron en la jugada de la apertura del marcador, tras una gran combinación entre Meza, Peña (metió un muy buen pase cruzado que clarificó la acción), Mastantuono y Nacho Fernández, quien definió de primera, aplicó la ley del ex y, por su pasado en el Lobo, no gritó el gol.
Gimnasia sintió el golpe. Y se planchó. En tanto, River se sintió más seguro. Creció Peña y Mastantuono, abierto por la izquierda, aportó un toque distintivo.
Sin embargo, el equipo del Muñeco no aprovechó las circunstancias. Y Gimnasia, de a poquito, volvió a meterse en el encuentro. Empezó merodear el área de River. Con el empuje de Fernández, su volante central y las corridas de Domínguez. Hasta que Colazo metió un gran centro que le sobró a Funes Mori y Castillo apareció solo para definir y estampar el empate, que tanto -como mínimo-, merecía.
/Clarin