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·23 de diciembre de 2024
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No me escondo en reconocer que hace dos meses yo era el primero en criticar a Simeone, más que por los resultados, por la paupérrima imagen del equipo, la actitud y la defensa de cinco. Es evidente que el malestar era generalizado porque en el Metripolitano los pitos contra él se hacían cada vez más presentes.
Pero Simeone una vez más ha sabido reconducir la situación, como cuando adaptó el sistema al juego de Luis Suarez y tiene mucho mérito su implicación, su vocación y su pasión.
Todos los que llevamos muchos años en el mismo puesto de trabajo o haciendo más o menos las mismas funciones vemos como poco a poco nuestra ilusión y nuestras ganar de innovar y de crear se van desvaneciendo.
Pero Simeone no pierde la pasión, con todo lo que ha ganado ya, tanto deportiva como económicamente, podría dejarse llevar y dedicarse a disfrutar de la vida, pero ni pierde la pasión por su profesión, ni pierde la pasión por el Atleti y para ese es el mayor mérito de Simeone, porque no ha parado de trabajar hasta que ha encontrado la solución a los males del equipo.