El Madrid se blinda ante Lamine con un plan quirúrgico | OneFootball

El club blanco ha reforzado su defensa justo donde más daño hizo la joya del Barça. El nuevo técnico también prepara ajustes tácticos para frenar al jugador que desató el caos en todos los Clásicos del curso pasado.

La aparición de Lamine Yamal ha cambiado muchas cosas en el fútbol español. Una de ellas, la forma en la que el Real Madrid prepara sus partidos frente al Barça. El joven extremo, con solo 17 años, fue determinante en los cuatro Clásicos disputados la pasada temporada: marcó o asistió en todos ellos, sumando tres goles y dos pases decisivos. Ni Carvajal, ni Rüdiger, ni ningún otro jugador blanco encontró la forma de detenerle.

Con Xabi Alonso al mando, el Madrid quiere darle la vuelta a la situación. Y eso empieza por blindarse en la zona donde Lamine hace más daño. El club ha incorporado a Dean Huijsen, que parte como favorito para ocupar el perfil izquierdo de la defensa, y a Álvaro Carreras, un lateral zurdo agresivo, veloz y muy pegajoso en la marca, que ya sabe lo que es medirse —y salir bien parado— del cara a cara con la joya azulgrana.

Además, Xabi planea introducir cambios estructurales. Entre ellos, un sistema con tres centrales que permitiría proteger mejor las bandas con la ayuda de carrileros largos y centrales más abiertos. Tchouameni, por ejemplo, ha sido probado como central en ese esquema. Una fórmula que puede activarse y desactivarse durante el mismo partido, según lo que necesite el equipo.

Aun así, no hay sistema infalible ante Lamine. Ya lo intentó el Inter con defensa de cinco en semifinales de Champions, y no pudo evitar que desequilibrara desde el primer minuto. Porque más allá del desborde, el internacional español genera ventajas incluso rodeado de rivales. Y eso lo ha sabido exprimir Hansi Flick, que le da libertad para moverse por donde más daño hace.

El verdadero reto para el Madrid será sostenerle en equipo. Carreras y Huijsen pueden ser claves, pero no bastará con vigilancias individuales. El problema es que, si se fijan demasiados efectivos sobre el joven talento, otros atacantes del Barça lo aprovecharán. Y eso abre un dilema: ¿cómo frenarle sin desprotegerse?

El Madrid, al menos, ha dado señales de que ya no improvisará. Tiene nombres nuevos, variantes tácticas y un plan. Pero todo dependerá de cómo evolucione Lamine. Su destino natural parece ser el interior, la mediapunta, ese territorio donde ya no basta con velocidad, sino también con definición. Si da ese paso y suma goles con continuidad, será casi imparable. Y lo peor para los rivales es que ya está empezando a hacerlo.