El Liverpool se impuso en su visita al Southampton | OneFootball

Bien es cierto que un gol abre y cambia los partidos. Y que la ventaja de tener grandes jugadores, que solucionan eso, también le da un plus a los clubes más importantes. En este caso hablamos de Liverpool y de Sadio Mané, el senegalés que abrió la puerta en la victoria 2-1 de los dirigidos por Jürgen Klopp en su visita a Southampton.

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El africano no solo anotó el primer tanto cuando se estaba acabando la primera parte, en un duelo cerrado y muy apretado hasta ese momento, sino que asistió a Firmino en el 71’ para que el brasileño pusiera el 2-0 parcial.

Hasta ese momento, todo tranquilo, Liverpool con el control del juego y volcado al ataque buscando la goleada en casa ajena. Sin embargo, en el 83’ Danny Ings, que ingresó para los locales en la parte complementaria, descontó para los locales en un error de imperdonable de Adrián.

El portero, tercero en la lista de Liverpool (el cuadro de Anfield tiene a sus dos primeros lesionados) recibió una pelota que no ameritaba peligro y cuando la fue a jugar el balón impactó en un rival y terminó en el fondo de la red.

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Y eso motivó a Southampton que se volcó al ataque, y Klopp tuvo que mover sus fichas para enmendar todo, para tratar de taponar la zona de atrás y para que los tres puntos no se esfumaran. Y para eso ingresó Jordan Henderson, para pedirle a sus compañeros que salieran de su área, que se fueran para adelante.

Liverpool intentó enredarse solo y sufrió los cuatro minutos de adición, pero para su fortuna ganó (11 triunfo consecutivo en Premier) y sigue por el camino de los que jugaron dos partidos y ganaron ambos.