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·9 de junio de 2021

El lado oscuro de Laporta. Capítulo 25: Laporta, Rijkaard y Txiki, los tres iluminados

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Capítulo 25 del libro "El lado Oscuro de Laporta", de Pedro Riaño, en el que repasamos todos los detalles del primer mandato de Joan Laporta como presidente del Barça para entender su comportamiento en la actualidad.

Los tres iluminados

El diario Sport todavía era plural y en sus páginas aún se podía leer a Miguel Rico, ya muy cerca de ser despedido. También él sobraba en el paraíso de Laporta. “Lo de este año no puede quedar así y, para empezar, alguien, por dignidad, debería asumir responsabilidades. Por ejemplo, el presidente que, temerariamente, prometió seis o siete títulos. Por ejemplo, el director técnico que se cruzó de brazos cuando el Barça, hace meses, comenzó a entrar en barrena y que, todavía cruzado de brazos, mira hacia otro lado cuando se le pregunta por Ezquerro, Albertini, Van Bommel, Maxi López, Zambrotta, Thuram, Gudjohnsen y demás refuerzos ‘made in Begiristain’ que han acabado siendo más problema que solución.


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También Rijkaard, que ha vivido de las rentas que le dejó aquel vicepresidente que entre todos están haciendo bueno, tendría que explicar unas cuantas cosas. Las principales, tres: por qué ha consentido que la plantilla se le suba a las barbas, por qué ha permitido que los cracks vivan a sus anchas y por qué alguno de ellos ha sido siempre titular sin apenas pasarse por el campo de entrenamiento.

¿Y de los jugadores?. De eso, de momento, mejor no hablar. Ya habrá tiempo de adjudicar un nombre a cada calificativo. Ahora, como dice Johan Cruyff, no es el mejor momento para destripar a nadie... porque ya es demasiado tarde y porque Laporta, Begiristain -sobre todo Begiristain- y el entrenador han ignorado todos los síntomas de debilidad que ha ido mostrando el equipo. Una dejación de funciones que, una vez más, pase lo que pase con el título de Liga, no debe quedar impune.

Y es que los tres, todo el año, han minimizado las evidencias y han revitalizado a los rivales hasta tal punto que, al paso que vamos, acabarán pasando a la historia del barcelonismo como los tres iluminados que consiguieron algo inédito: resucitar al Madrid cuando los mismos madridistas se daban por muertos. Vaya éxito”.

Crisis total en el club

En pleno periodo de complacencia de los que estaban en el club para adoptar decisiones coherentes más que para presumir de cargo en el Godó o en Montmeló, el Barça B estaba a un paso del descenso a Tercera; el Barça C, también en los puestos de cola de Tercera, estaba a punto de desaparecer; los juveniles hicieron el ridículo tanto en liga como en copa; el equipo femenino de fútbol perdía su plaza en la Euroliga y descendía de categoría; el equipo de baloncesto, que no contó nunca en la lucha por la liga ni por la competición continental, se dedicaba esos días a luchar por la cuarta plaza que daba acceso a la Euroliga; el equipo de balonmano, ni eso, tuvo que conseguir en los despachos la clasificación europea que no se ganó en las pistas … Sólo el hockey sobre patines daba la talla, lo que tampoco debe sorprender teniendo en cuenta el uso del talonario indiscriminado para acaparar a las principales estrellas del hockey catalán. El hockey seguía triunfando como con Gaspart, con Núñez y hasta con Montal, que ya es decir.

En el cuarto año de mandato, cuando el proyecto debería estar consolidado, el círculo virtuoso hacía aguas por todas partes, por eso había que basarlo todo en el milagro económico de Soriano, ese otro círculo que alcanzaba beneficios después de vender patrimonio, gestionar pelotazos, subir los abonos de los socios o hipotecar el futuro fiirmando contratos millonarios, e inferiores a los del Real Madrid, por diez años.

¡Viva Txiki!

A dos jornadas de la conclusión de la liga 2006-07 Laporta se descolgaba con unas declaraciones en la revista Staff Empresarial en las que defendía a su amigo y empleado Txiki Begiristain: “Seguiremos las directrices de Txiki, que tiene un mérito enorme en lo que se ha creado y en lo que se ha mantenido”. Lo creado, hasta ese momento, era herencia de Rosell: Ronaldinho, Deco, Márquez; de anteriores directivas: Valdés, Puyol, Oleguer, Xavi, Iniesta, Messi. Y lo mantenido, al margen de Eto´o, un capricho personal del presidente: Giuly, Van Bronkhorst, Sylvinho, Maxi López, Van Bommel, Albertini, Zambrota, Thuram, Gudjohnsen… Ese era su mérito, con el agravante de que tampoco supo conservar lo que heredó. No hubo renovación a fondo y el club pagó su pasotismo con un segundo año en blanco tan vergonzoso o peor que el vivido en la temporada 2006-07. Ese desastre sólo podía arreglarlo Pep Guardiola.

Le puede el rencor y el odio

Por esas fechas la web del club se refería, sorprendentemente, al 25 aniversario del fichaje de Diego Armando Maradona. Y digo sorprendentemente porque todo lo que no sea Dream Team y laportismo parecía no tener cabida en la nueva historia del club. En la información no se citaba en ningún momento el apellido de Núñez, el presidente que lo fichó, de la misma manera que en la revista oficial del club un amplio reportaje sobre los 50 años de vida del Camp Nou no recogía ni la ampliación de 1982 de la tercera gradería ni la posterior de la primera, obras ambas realizadas por Núñez. Puro sectarismo. Los medios oficiales del club funcionaban siguiendo el modelo del NO-DO.

El imperio del pasotismo

Joan Mª Batlle se rebelaba por esas fechas en Sport: “¡Basta ya de historias para no dormir!”. Y se justificaba así: “Ha llegado el momento de decir basta. Basta a que los jugadores hagan lo que les dé la gana y se lo pasen todo por el forro de sus caprichos (…) Ronnie no ha sido el único que se ha columpiado esta semana, precisamente esta semana. El martes, Eto’o estaba en una fiesta de una amiga suya mientras el equipo jugaba la final de la Copa Catalunya en Sabadell. ¿Tan fastidioso es esto de ir a ver un partido de fútbol de tus compañeros?

Este escenario decadente no deja precisamente en buen lugar a Rijkaard. Su política de colegueo funcionó dos años, pero esta temporada todo se le ha ido de las manos”. Ejerciendo la difícil pluralidad ideológica en Sport, Batlle denunciaba el pasotismo que se había instalado en el club…mientras el que iba a dedicarle a la entidad sus mejores años se entretenía en Montmeló, en el Godó, en cualquiera de sus múltiples viajes “institucionales” o en esas causas solidarias tan maravillosas que, desgraciadamente, aportaban notoriedad y quizás abrieran las puertas del cielo, pero no ganaban ligas

Miedo al Palau

Laporta era un presidente sólo de fútbol que no apoyaba a las secciones ni en su peor año. Fueron pocas las veces que se vio a Laporta apoyando a los equipos de baloncesto, de balonmano o de hockey desde la grada del Palau, donde tampoco solían ir otros directivos de mucho peso en la entidad, como Ferran Soriano. Laporta no estuvo presente en ninguno de los partidos de las semifinales de los play off de la ACB que disputó el Barça contra el TAU Baskonia. Aunque el Palau estaba lleno a rebosar y allí se vivía uno de esos ambientes inolvidables, el presidente no apareció.

Que Laporta despreciara el basket ya no era noticia. Tampoco lo era que le tuviera miedo al Palau. Es como si a uno le diera reparo entrar en una de las habitaciones de su propia casa, pero eso es lo que había. Lo realmente asombroso era que el responsable de las secciones se ausentara en uno de los partidos más importantes de la temporada en el Palau. Jaume Ferrer era el que se quejaba amargamente en la película “FC Barcelona Confidencial de que se sentía como “un número” dentro de la directiva. Pues nada, le ponemos en la tarjeta “directivo responsable de las secciones” y así será algo más que un número. Pero, a la hora de la verdad, Ferrer no era mejor que Perrín, ese que se dedicaba, como el Capitán Tan, a sus viajes a lo largo y ancho de este mundo acompañando al primer equipo, al presidente o a quien hiciera falta mientras el fútbol base, su responsabilidad, fallecía de muerte natural por falta de atenciones.

Fiesta por todo lo alto

El 13 de junio de 2007 la noticia del día fue una impactante fotografía de Joan Laporta muy alegre en una fiesta nocturna, con una copa en la mano y en compañía de dos señoritas rubias de muy buen ver. Era la “Nit Porsche” y el presidente acudió, además de para pasar un buen rato, como es de suponer, para promocionar Financat, una entidad de intermediación financiera especializada en la oferta de prestamos para vehículos nuevos y de segunda mano, montada con sus socios Xavier Arbós y Xavier Puig.

"La empresa colabora con Finanmadrid, la financiera de vehículos controlada por Caja Madrid y Mapfre. En virtud de esta alianza, Finanmadrid presta financiar su back office, que se puede traducir como la "trastienda", de modo que la empresa catalana se ocupa primordialmente de las ventas y los clientes -la tienda- y la madrileña se encarga de la gestión financiera -la trastienda. Por esas ironías de la historia azulgrana, Caja Madrid propuso una suculenta oferta para patrocinar la sección de baloncesto del Barça a finales de la década de los noventa, pero el entonces presidente Josep Lluís Núñez no quiso ni oír hablar de poner su logotipo en las camisetas. En cambio, Laporta colabora en el ámbito privado con una filial de Caja Madrid, si bien en esto no hay ningún tipo de conflicto legal o ético, aunque a algún hooligan culé le puede parecer de mal gusto”.

Según una información publicada por El Triangle, luego desmentida desde el club, Laporta habría colocado en Financat hasta a ocho directivos del Barça.

Poco preocupado con el basket

Al evento de Porsche asistieron sus amigos Enric Masip. Clàudia Vives Fierro y Mariano Angoy, entre otros, y tuvo lugar -¡qué mala suerte!- mientras el equipo de baloncesto jugaba el quinto partido de la semifinal del play off en Vitoria que acabó con victoria y pase a la final de la liga ACB.

En ese momento, el presidente del Joventut de Badalona, Jordi Villacampa, se encontraba en Madrid, en donde la Penya jugaba la otra semifinal, prestando apoyo a sus jugadores. De cualquier forma, si fue incapaz de respaldar al equipo con su presencia en el cuarto partido jugado en el Palau, hubiera sido mucho pedir que se desplazara a Vitoria, que no tiene el glamour de Miami. La realidad es que el baloncesto sólo le podía movilizar si había título a la vista y opción de foto para la posteridad. Por eso en la temporada 2006-07 no asistió ni a uno solo de los partidos de play off contra Akasvayu ni a ninguno de los cinco jugados en semifinales frente al Tau. Mientras Laporta disfrutaba de la fiesta, su colega Ramón Calderón aplaudía a sus jugadores de baloncesto en el pabellón de Vista Alegre.

Mañana, capítulo 26

Presidente a tiempo parcial /  Culpables todos /  El que avisa no es traidor /  Y de repente los palos /  El sueño de Laporta / Entierros de Gonzalvo III y Polanco /  Admite falta de compromiso /  Mal informado /  “No se repetirá” /  Escurriendo el bulto /  Eto´o no fue sancionado

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