SportsEye
·29 de mayo de 2025
El héroe inesperado que salvó al Zaragoza

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La supervivencia del Real Zaragoza esta temporada ha dejado relatos personales marcados por la superación y la implicación en el vestuario. Gaëtan Poussin, portero francés que empezó la campaña bajo el peso de un pasado reciente cuestionado y con el deseo latente de regresar a su país, se ha consolidado no solo como uno de los hombres clave del tramo final, sino como un símbolo de resiliencia para el club. Cometió errores graves en su primer año, pero en esta segunda travesía ha dado un giro radical: cuatro penaltis detenidos y, sobre todo, el gol in extremis frente al Éibar, imagen inolvidable de la recta final, que ayudó a sellar una permanencia que no estaba en los planes iniciales del grupo.
Poussin reconoce la dificultad emocional del curso y el alivio tras cerrar una temporada agotadora. Cuenta que estuvo cerca de salir el verano pasado, pero encontró en el vestuario la fuerza para quedarse y revertir su situación. “La vida no se puede vivir si no eres feliz”, admite, y asegura que hoy puede decir que lo es tanto en el club como en la ciudad.
Sobre el papel de Gabi Fernández como entrenador en el tramo decisivo, Poussin destaca la valentía de asumir el reto: “Para mí ha tenido huevos para venir al Zaragoza dentro de la situación en la que estábamos, y lo ha hecho de la mejor manera”. El discurso de Gabi, basado en jugar “con el corazón” y conectar con la grada, ha sido, en palabras del portero, determinante para que el grupo saliera adelante y la afición se contagiara de ese espíritu. La aportación del balón parado—clave por los goles encajados y anotados en este tramo—y la insistencia en la unión del grupo han sido, según Poussin, factores diferenciales en la reacción zaragocista.
En su análisis personal, Poussin revela el trabajo específico sobre penaltis —sólo tres goles recibidos sobre ocho lanzamientos— y atribuye parte del acierto a la preparación minuciosa y la confianza renovada. Sobre su futuro, es cauto pero se muestra completamente implicado con el club y la ciudad: “Ahora mismo soy feliz y eso es lo más importante”. Precisamente la felicidad de Poussin le ha permitido entrar en la historia del club, siendo ya uno de los pocos porteros en anotar un gol con la elástica zaragocista.
En paralelo, Diego Fuoli, guardameta zaragozano del Tarazona en Primera RFEF y zaragocista confeso, ha vivido una temporada para el recuerdo: 15 porterías a cero y un lugar destacado en el ranking de menos goles recibidos, gracias en parte a la solidez defensiva de su equipo. Contento por jugar cerca de los suyos tras años fuera de Aragón, Fuoli reconoce abiertamente su vínculo con el Zaragoza y reivindica la necesidad de aprovechar la cantera local para cimentar proyectos de futuro.
Ambos relatos, desde perspectivas muy diferentes, ponen en valor la importancia del estado anímico, la identificación con el entorno y la gestión de los momentos críticos, ingredientes que el Real Zaragoza intentará aprovechar en el nuevo ciclo que ahora se abre.
Source: Diario AS, Aragón Digital