Futbolísticas
·19 de enero de 2023
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·19 de enero de 2023
Tras la primera semifinal, la Real Sociedad se convirtió, en la tarde del martes, en el primer equipo que peleará por levantar la Supercopa de España, el próximo domingo. Un día después, FC Barcelona y Real Madrid pelearon por acompañar al equipo vasco en el último partido del torneo. 6.209 espectadores presenciaron un choque, en el Estadio Romano José Fouto de Mérida, que no defraudó a nadie. Se impuso el FC Barcelona por 3-1, pero sufrió de lo lindo para hacerlo. Cierto es que jugó gran parte de la segunda mitad, y toda la prórroga, con una jugadora menos, pero también es verdad que el Real Madrid supo jugar sus cartas para vender cara su derrota.
Prolegómenos del partido | Imagen: FC Barcelona
El FC Barcelona casi no ha dado respiro desde hace casi cuatro años. Durante ese largo periodo de tiempo, sus rivales han tenido repetidas oportunidades para estudiar su modus operandi. En teoría, todos saben como contrarrestar el potencial culé, pero pocos logran que hinque la rodilla. Así, Alberto Toril afirmó en la previa de la semifinal de la Supercopa, que tenía claro como hacerle daño al equipo blaugrana, pero lo cierto es que, en el primera parte del partido, no lo consiguió. En apariencia, el conjunto dirigido por Jonatan Giráldez jugó como siempre. En efecto, la presión alta, el dominio apabullante de la pelota y el toque definieron el juego del FC Barcelona, que tan pronto abrió el campo, como optó por entrar por el centro o buscó los disparos desde la frontal. Ceder la iniciativa al Barça, buscando las salidas rápidas a la contra, tampoco tiene por qué ser una mala estrategia. En apariencia, es lo que hizo el Real Madrid. Sin embargo, su problema fue que hizo lo primero, es decir, se cerró atrás y cedió la pelota, pero no fue capaz de lograr lo segundo, lo que implica que no atacó. Un solo disparo a puerta, que no fue entre los tres palos, fue todo su bagaje ofensivo en el primer tiempo. Cierto es que el conjunto blanco no defendió mal, pero la realidad es que es peligroso dejar que el Barcelona genere tanto juego cerca del área. Sus jugadoras son demasiado buenas, y no es fácil secarlas al 100%. A Claudia Pina le dejaron un resquicio, y no lo desaprovechó. En consecuencia, el FC Barcelona se fue por delante al descanso.
Tras la primera parte, la mejor noticia para el Real Madrid fue que solo iba un gol por debajo en el marcador. En un cuarto de hora del segundo parcial, el equipo blanco empató e Irene Paredes fue expulsada. Las jugadoras de Alberto Toril ya habían intentado dar un pasito adelante, por lo que las circunstancias sobrevenidas acabaron por igualar el choque. Se puede decir que las estrategias no cambiaron, pero el Real Madrid aumentó un poco su posesión y sus contraataques, y el FC Barcelona, jugando con una menos, encontró más dificultades para llegar en superioridad al área blanca. Sin embargo, el cuadro blaugrana se rehizo bien de los golpes y peleó hasta el final, buscando un nuevo gol. El Real Madrid, que siempre se había mostrado seguro atrás, se defendió bien y el marcador no se movió más, por lo que la semifinal de la Supercopa se fue a la prórroga.
Keira Walsh centra la pelota | Imagen: FC Barcelona
No hubo especulaciones en la prórroga. En el FC Barcelona se había fundido Geyse, y Oshoala y Salma cogieron el testigo. Por su parte, en el Real Madrid, Athenea y Esther también duplicaron sus esfuerzos. Podría haber pasado cualquier cosa, porque hubo acercamientos a ambas áreas. Cada equipo jugó sus armas, pero, finalmente, volvió a llevarse el gato al agua el FC Barcelona. Lo hizo de nuevo, pero da la sensación de que cada vez le cuesta más imponerse a sus rivales. El Real Madrid no se rindió, pero aún tendrá que esperar para jugar la primera final de sus historia.
El marcador lo abrió un golazo de Claudia Pina, que destapó el tarro de las esencias. La catalana recibió en la frontal del área un pase de Aitana, recortó hacia dentro, se perfiló, disparó con pierna derecha, encontrando el hueco entre las jugadoras blancas, y pegó el balón al palo derecho (1-0, minuto 23). Ya en la segunda mitad, Caroline Weir empató, al materializar un libre directo de manera magistral. La escocesa le pegó a la pelota desde la derecha de la frontal del área y la colocó pegada al palo derecho de la portería defendida por Misa (1-1, minuto 54). El segundo gol del Barça lo anotó Mariona Caldentey de penalti. La falta dentro del área, que fue clara, la cometió Svava sobre Bronze (2-1, minuto 111). El gol definitivo fue obra de Salma. Oshoala le robó la cartera a Ivana, cerca de la portería, y logró cedérsela a la zaragozana, que empujó la pelota a puerta vacía (3-1, minuto 119).
Se han jugado siete ediciones de la Supercopa de España femenina. La presente es la cuarta, desde que se recuperó el torneo en 2020, tras un lapsus de veinte años. Curiosamente, la final que se verá el domingo será la misma que se disputó en 2020. En aquella ocasión, el FC Barcelona se impuso por un sonrojante 10-1 a la Real Sociedad. Esta temporada, no hay previsión de que semejante paliza se vaya a repetir. No obstante, habrá que ver que sucede en la gran final. Será el domingo 22 de enero, a partir de las 12:00 de la mañana, de nuevo en el Estadio Romano José Fouto.
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