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·21 de enero de 2023
El éxito del Mundial Femenino de 1971 y su nefasta causa

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·21 de enero de 2023
Para 1971, la Federación de Fútbol Femenino Europeo Independiente (FIEFF) organizaría la segunda edición de su Campeonato Mundial de Fútbol Femenino luego del precedente que sentó la edición de 1970 en Italia, que aunque no fue oficial, sirvió como paradigma para el fútbol femenino. Para esta, México fue quien tomó el cargo como sede, sin embargo, rápidamente surgieron cuestionamientos y voces en contra de la justa en el país americano.
La incipiente cultura de fútbol femenino en México y el machismo imperante en la sociedad mexicana imponían fuertes trabas para impulsar la práctica del deporte favorito del país por la mujer, incluso llegando a ser prohibido por la Federación Mexicana de Fútbol (FMF) que sus clubes permitieran la práctica. Sin embargo, poco a poco se fue consiguiendo el visto bueno de las autoridades para la realización del torneo, cediendo los dos escenarios principales del país en aquel momento, los Estadios Azteca y Jalisco, de Ciudad de México y Guadalajara, respectivamente.
Es aquí cuando surge una ominosa idea del Jefe del Comité Organizador Jaime De Hargo, y es que en sus propias palabras «Intentarían capitalizar las dos pasiones del hombre: el fútbol y la mujer» mediante una exposición y sexualización de las futbolistas por medio de modificaciones en las equipaciones permitiendo «exhibir sus atributos femeninos«. Una fiel muestra de esto es la mascota del torneo, Xóchitl, una futbolista con vestimenta ajustada y resaltada silueta que servía como reflejo de la idea de los organizadores.
Finalmente, el torneo se realizó con la participación de México, Argentina, Italia, Inglaterra, Francia y la campeona defensora, Dinamarca. Con asistencias promedio de entre 15,000 y 20,000 aficionados en la primera ronda, aunque los partidos de las locales rebasaban los 50,000 espectadores presentes.
En el plano deportivo, el manchado éxito financiero logró que las jugadoras dieran un correcto espectáculo en uno de los primeros y más importantes pasos del fútbol femenino. La selección danesa repitió su título ante un Estadio Azteca repleto con 110,000 espectadores que vieron a la adolescente Susanne Augustesen marcar 3 goles ante las anfitrionas en la Gran Final.