Agente Libre Digital
·30 de marzo de 2024
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Aún no es matemáticamente oficial, pero el Leverkusen dormirá un poco más cerca del título de Bundesliga gracias a la victoria del Dortmund en el clásico del fútbol alemán. Los de Terzic fueron superiores al Bayern y estuvieron finos de cara a puerta cuando tocaba. Adeyemi adelantó a los visitantes y Ryerson sentenció el encuentro en el tramo final. Los de Tuchel no encontraron la forma de hacer daño al Dortmund y mostraron una pobre versión ofensiva.
Conscientes de que la exigencia era máxima, los bávaros mostraron una versión agresiva en los primeros compases del partido. El juego directo y la acumulación de hombres en el área del Dortmund fue una declaración de intenciones total. Sin embargo, la ansiedad por despachar pronto a su eterno rival y la alargada sombra del Leverkusen en las cabezas de los jugadores aparecieron. Una recuperación en mitad de cancha y tres toques bastaron a Adeyemi para plantarse delante de un manso Ulreich, que cooperó para que el disparo del extremo acabase en gol.
A los 10 minutos de encuentro ya mandaban los visitantes en territorio hostil. El globo del Bayern se había pinchado pronto y su mandíbula, frágil a lo largo de todo el curso, ya había recibido un golpe duro. Como aquel púgil que es derribado, los de Tuchel quedaron a merced de un Dortmund cómodo, que controlaba sin sobresaltos la batuta del partido. Ágil y veloz, Sancho puso en alerta a los locales con sus incursiones por la banda derecha.
Adeyemi anota el 0-1. Fuente: BVB
El Bayern recuperó el aliento gracias al despliegue de Kimmich. De sus botas llegó la ocasión más clara del vigente campeón. Tras una pared a alta velocidad con Sane, el lateral alemán le sirvió un caramelo a Harry Kane, pero su remate de cabeza no encontró puerta. Un error clamoroso que fue un reflejo de la primera mitad del inglés, perdido entre los centrales visitantes y poco participativo en la creación.
Los bávaros recurrieron al balón parado como antídoto a las imprecisiones y falta de imaginación en campo rival. Así llegó una de las ocasiones más claras para el Bayern. Dier cabeceó un buen centro, pero Hummels y Can despejaron el peligro con autoridad. El primer tiempo de la defensa del Dortmund fue bueno en líneas generales, con Mats liderando el grupo y unos laterales sólidos.
Ulreich, que había estado flojo en el gol del Borussia, se vistió de héroe y le dio una vida extra a su equipo con una parada decisiva al remate de Nmecha. Los de Terzic pasaron al ataque y arrinconaron sin complejos a un dubitativo Bayern. Sancho mostró la versión que enamoró a media Europa con un juego de pies eléctrico y Adeyemi fue un puñal por la derecha.
Kane remata un balón de cabeza. Fuente: FC Bayern München
En mitad del chaparrón Tuchel lavó por completo la cara al ataque del Bayern. Gnabry, Tel y Coman ocuparon las posiciones de Müller, Sane y Musiala. Ninguno de los tres fue capaz de dar el do de pecho en un encuentro decisivo. El técnico alemán arriesgó y optó por el desborde y rock and roll de estos tres extremos. Y el riesgo comenzó a dar sus frutos cuando Coman rajó la defensa y puso un balón de gol o gol a Kane. Pero por allí pasaba Hummels, que se hizo gigante y sacó un pie excelso para mantener la ventaja en el marcador.
Perdonar el empate le salió muy caro al Bayern, que no era capaz de dibujar el camino hacia la meta de Meyer. Y pagaron las consecuencias. Más que consecuencias, los errores. Ryerson fue el encargado de dar la puntilla a los bávaros. El lateral del Dortmund recibió a placer un balón de Haller y convirtió en gol un buen remate cruzado. Los visitantes las tenían todas consigo porque el postrero gol de Kane no subió al electrónico por centímetros. El 9 inglés cayó en fuera de juego y redondeó una noche aciaga.
El Borussia rompe una racha de derrotas ante su máximo rival y da un golpe de autoridad con esta actuación. No obstante, el equipo más feliz tras este encuentro es el Leverkusen de Xabi Alonso, que aumenta su renta a 13 puntos tras una épica remontada ante el Hoffenheim. Ahora sí que sí, el título está más cerca que nunca para el joven equipo alemán.