
La Galerna
·4 de marzo de 2022
El día que Guti acabó con una maldición

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·4 de marzo de 2022
El 30 de enero de 2010, Guti hizo una de esas jugadas que sólo se le ocurrían a Guti y que definen -o definían- muy a las claras la clase de genio que portaba el dorsal 14 del Real Madrid. Si os digo la fecha seguramente no sepáis de qué día o partido os hablo, pero si os recuerdo lo del “Tacón De Dios” de Marca o que el lugar fue Riazor, lo más probable es que el 99% de los que estéis leyendo esto os hayáis trasladado a aquella noche, aquella jugada y la recordéis con una nitidez maravillosa. El 1% restante son mis padres y algunos familiares.
No estoy aquí para repasar algo que todos habéis visto o para explicaros algo que vosotros mismos habéis vivido. Recuerdo estar viendo ese Deportivo de La Coruña-Real Madrid con mi amigo Pitu y gritar un profundo y sostenido “NO” cuando vi a Guti hacer ese taconazo para que Benzema marcase un gol en el que la foto no fue su remate, sino el truco de uno de los genios con más talento que han vestido la elástica blanca a lo largo de su historia.
No me quiero liar más, así que volvamos donde lo dejé. Lo que no sabéis de aquella noche es que ese taconazo sirvió para que el Real Madrid rompiera una de esas maldiciones que, de vez en cuando, azotan a un club acostumbrado a ganar y ser él quien inflige las maldiciones o las rachas imposibles a sus rivales.
El Deportivo de La Coruña, que ahora camina por el infierno de la antigua 2ªB, fue, durante un tiempo, uno de los equipos punteros de España. Campeón de Liga, de Copa -cómo olvidar el centenariazo- y semifinales de una Champions League en la que únicamente José Mourinho le separó de una cita para la historia, aquel equipo solía ser un dolor de muelas para el Real Madrid, sobre todo cuando tocaba visitar el estadio de Riazor.
La maldición nació ahí, en el estadio coruñés, a principios de los noventa. El 2 de noviembre de 1991, el Real Madrid ganó 0-3 al Deportivo con goles de Hierro, Míchel y Butragueño, todos ellos en la segunda mitad. Lo que nadie sabía es que el equipo blanco iba a tardar casi veinte años en volver a conseguir un triunfo en Riazor.
El real madrid estuvo casi veinte años sin ganar en riazor
A partir de la temporada 1992/1993, el Real Madrid se vio incapaz de vencer en suelo coruñés. De hecho, y durante los siguientes años, se cosecharon algunas derrotas muy dolorosas, como un 4-0 en la campaña 1993/1994, otro 4-0 en la 1998/1999 y hasta un 5-2 en la 1999/2000. Eran noches aciagas y llegó a un punto en el que Real Madrid saltaba al césped sintiéndose pequeño, inferior, moralmente acomplejado y emocionalmente incapacitado para ganar. Daba igual que el Deportivo estuviera luchando por la Liga, por Europa o por evitar caer a la zona de descenso. El Real Madrid abrazaba aquella maldición con una regularidad abrumadora y parecía imposible cambiar la suerte.
Por allí pasaron jugadores como Zidane, Ronaldo Nazario, Beckham, Redondo o Arjen Robben, por citar algunos. Todos ellos se fueron con la cabeza agachada, formando parte de un capítulo negro dentro de la historia Del Real Madrid. Tuvo que llegar un jugador díscolo, diferente y atrevido para poner el punto de locura que necesitaba el equipo para decirle al destino, y al fútbol, que hasta ahí había llegado la condena. Fue el partido de un taconazo para la historia, pero también el adiós a una maldición que muchos no recordaban.