SportsEye
·29 de mayo de 2025
El desafío oculto que amenaza al vestuario del Zaragoza

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·29 de mayo de 2025
La plantilla del Real Zaragoza afronta tiempos de incertidumbre tras una temporada marcada por la inestabilidad deportiva y los interrogantes sobre el futuro de varios de sus futbolistas. Los casos de Sinan Bakis y Samed Bazdar ilustran con claridad los desafíos internos a los que se enfrenta el club aragonés en pleno proceso de reconstrucción.
Sinan Bakis es uno de los expedientes más complejos para la dirección zaragocista. El delantero turco, cuya última diana se remonta al 22 de abril de 2023, acumula más de dos años sin ver puerta y arrastra un elevado salario de 700.000 euros por una campaña más, hasta junio de 2026, tras el contrato firmado por Juan Carlos Cordero. La cesión a Gornik Zabrze, pensada para revalorizar al futbolista, no evitó un nuevo golpe a su rendimiento: apenas sumó 160 minutos repartidos en 14 apariciones, ninguna como titular, y tampoco logró estrenarse como goleador. El club, que no cuenta con él para el futuro, deberá encontrar una vía de salida para evitar que su ficha siga condicionando la planificación. Bakis ya reconocía en su día la dificultad de responder a las expectativas: “Por supuesto que es una presión jugar en un club como éste, pero puedo llevarla. Tengo 29 años, tengo experiencia y sé lo que tengo que hacer para asumir esta presión”. Sin embargo, el recorrido ha estado lejos de lo esperado, repitiendo la trayectoria de otros delanteros sin impacto reciente en La Romareda.
El año de Samed Bazdar, por su parte, ha sido un vaivén entre la proyección y la dificultad de asentarse. Su llegada supuso un salto ambicioso y un cambio de modelo para el Zaragoza. Sin embargo, tras un inicio prometedor junto a Iván Azón y con la confianza de Víctor Fernández, el delantero bosnio vio truncada su progresión por una lesión muscular en noviembre. Ese contratiempo marcó el inicio de su declive: su rendimiento tras la recuperación no convenció ni a Ramírez ni posteriormente a Gabi Fernández, pasando de ser titular a perder protagonismo. El propio Bazdar evidenció su frustración a través de las redes sociales con un mensaje enigmático: “Tal vez no seas inútil, sólo estás en el lugar equivocado”, aunque poco después matizó su postura asegurando que era feliz en Zaragoza y que su futuro pasa por seguir en el club. El cambio de dinámica grupal, el estilo de juego más directo y la presión ambiental dejaron huella en su confianza y su actitud en los entrenamientos, percibida incluso como un problema por parte del cuerpo técnico.
Mientras tanto, en paralelo a estos desafíos individuales, el club mantiene vivas tradiciones como el Taller de Reminiscencia en La Romareda, donde la Asociación de Veteranos del Zaragoza y entidades sociales impulsan la memoria colectiva zaragocista. Iniciativas como esta refuerzan el vínculo emocional con la afición, aunque la realidad deportiva obliga a la plantilla y a la directiva a buscar soluciones urgentes ante un futuro todavía plagado de incógnitas.
Source: Real Zaragoza, El Periódico de Aragón, Sport Aragón