El Barça no verá ni un euro de esta deuda millonaria | OneFootball

El retraso en las obras del estadio genera tensión en el club. Las cifras marean, las fechas no se cumplen y la oposición ya ha estallado públicamente.

El Barcelona volvió a anunciar un nuevo aplazamiento en su regreso al Spotify Camp Nou. Las obras no estarán listas a tiempo para el Trofeo Joan Gamper, previsto inicialmente para el 10 de agosto. El estadio no contará con las licencias municipales necesarias para abrir sus puertas y, por tanto, el partido deberá jugarse en otro escenario. Es otro parón más. Y ya van demasiados.

La previsión era clara: volver al estadio el 29 de noviembre de 2024. Lo dijo la propia Elena Fort, vicepresidenta del club, asegurando que solo una pandemia o una catástrofe mundial lo impedirían. Estamos a 19 de julio y ni siquiera hay una fecha cerrada. Ahora, el regreso se ha pospuesto, como mínimo, al 14 de septiembre, con el partido ante el Valencia. Aunque incluso esa fecha está en duda.

El problema más grave llega con la Champions League. La normativa obliga a disputar todos los partidos de la fase de grupos en un mismo estadio. La primera jornada europea será el 16 de septiembre. Si el Barça aún no tiene operativo el Camp Nou, podría tener que jugar toda la fase fuera de casa. Un duro golpe deportivo y simbólico.

Pero el lío va más allá del césped. Según las propias palabras del presidente azulgrana, la constructora turca Limak debería abonar 202 millones de euros por los retrasos acumulados desde la fecha prometida. Una cifra enorme. Sin embargo, el club no piensa reclamarla. La directiva ha reconocido que existen “imponderables” no atribuibles a la empresa.

La decisión ha indignado a parte del entorno culé. El excandidato Víctor Font ha sido tajante: “Increíble que siendo el mejor club del mundo hagamos el ridículo con constantes promesas incumplidas”. La oposición crece, el estadio sigue sin fecha de apertura, y la factura sigue aumentando.