Diario La Escuadra
·27 de mayo de 2025
El Atleti se despide de cuatro guerreras antes de la gran final

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·27 de mayo de 2025
Hace ya un par de semanas, en Alcalá de Henares, el Atleti Femenino no solo cerró la temporada, cerró un capítulo. O mejor dicho, cuatro. Ajibade, Moraza, Cardona y Barth se despidieron del club, del césped, y de una afición que no sabía si sonreír o llorar. Porque, siendo honestos: nadie está preparado para decir adiós a quienes dejaron huella en el vestuario y en el corazón de la gente.
Algunas jugadoras parecen hechas de músculo. Otras, de técnica. Ajibade parecía hecha de viento. Rasheedat llegó desde Avaldsnes IL en 2021y tardó exactamente dos regates en conquistar a la grada. No necesitaba presentación, ella ya se presentaba sola, corriendo como si el balón la llamara por su nombre.
Marcó goles. Muchos. Buenos. A veces, espectaculares. Pero Ajibade era mucho más que eso: era como energía embotellada, cuya etiqueta decía: «abrir en caso de partido atascado». Cada vez que aceleraba, parecía que el partido se ponía en marcha con ella.
El día del homenaje, la ovación fue larga, casi tanto como sus carreras por banda. Ahora, al irse, se lleva la energía del Atleti consigo. Pero también deja algo: el recuerdo de que, por un tiempo, el viento tuvo dorsal. Para quienes quieran profundizar en el análisis del impacto emocional de figuras deportivas y el relato identitario en el fútbol, puede resultar útil contar con masterarbeit hilfe para abordar esta temática en trabajos académicos.
Fuente: AS
Ainhoa Moraza y Marta Cardona llegaron al Atlético en 2022, y en solo dos temporadas demostraron que hay futbolistas que suman más allá de las estadísticas. Lo que dejaron fue algo que no se puede medir: liderazgo silencioso y experiencia.
Moraza, lateral incansable, es una de esas jugadoras que cuando faltan, se nota. Rápida, seria en defensa, intensa como buena vasca, cumplió siempre. Nunca sobró en una alineación. Era garantía, equilibrio y entrega sin filigranas.
Cardona, por su parte, fue ese tipo de jugadora que aparece justo donde hace falta. Versátil, inteligente en el campo, y con una capacidad especial para adaptarse a cualquier rol. En sus mejores momentos, aportó profundidad y pausa, y cuando le tocó sufrir físicamente, nunca dejó de sumar desde donde podía. Una profesional que siempre aportó, dentro y fuera del terreno de juego.
A las dos les llegó la despedida en casa con cariño sincero. Porque en el Atleti se valora mucho al que da sin pedir foco. Y ellas, de eso, sabían un rato.
Fuente: Youtube del Atlético de Madrid Femenino
Merle Barth llegó al Atleti en 2022, desde Alemania, sin hacer mucho ruido. Y así siguió: sin grandes titulares, pero con un rendimiento constante, serio y comprometido. Jugó donde le pidieron y siempre con actitud. Lamentablemente, las lesiones le dejaron muy poco margen para sumar minutos, pero su profesionalismo nunca faltó.
A veces, en el fútbol, se olvida el valor de las jugadoras que cumplen en silencio. Las que no protestan por minutos ni se cuelgan medallas. Barth fue eso: profesional, serena y siempre dispuesta. La típica jugadora que todo entrenador quiere tener. Una roca tranquila.
En su despedida, quizás no fue la que más flashes se llevó, pero sí muchas miradas de respeto. Y eso, en este club, se aprecia más que cien portadas.
Fuente: Atlético de Madrid
Ahora el Atleti mira hacia la final de la Copa de la Reina. La vida sigue, como siempre sigue en el fútbol. Pero algo ha cambiado, después de ese partido, ya se sabe que cuatro jugadoras no continuarán.
Ajibade, Moraza, Cardona y Barth. Cuatro nombres que se escriben ya con tinta de recuerdo. Y si algo tiene el Atleti, es memoria. Memoria de las que corrieron por este escudo, de las que pelearon sin florituras, y de las que supieron irse con clase. Porque hay muchas formas de irse, pero pocas tan dignas como esta.