El Athletic vuelve a ganar la Copa del Rey 40 años después y se pone a 7 del Barça | OneFootball

El Athletic vuelve a ser campeón de la Copa del Rey. Han tenido que esperar 40 años y sufrir más de la cuenta para levantar el título, esta vez en La Cartuja. En un partido que se resolvió en la tanda de penaltis, tras unos 120 muy disputados y en los que el Mallorca comenzó ganando, los bilbaínos volvieron a 'gozar' de levantar un título que se le había resistido de forma histórica y, si se quiere, de forma injusta. Los de Ernesto Valverde vuelven a rugir.

Con este trofeo, los bilbaínos suman 24 títulos en la Copa del Rey y reducen, a siete, la distancia con el máximo ganador que es el FC Barcelona. La habían ganado en  1903, 1904, 1910, 1911, 1914, 1915, 1916, 1921, 1923, 1930, 1931, 1932, 1933, 1943, 1944, 1945, 1950, 1955, 1956, 1958, 1969, 1973 y 1984. Ha sido larga la espera, pero vuelven a reinar e imponerse en un torneo que ha tenido a los hermanos Williams de protagonistas y en el que han dejado a varios grandes en el camino, como fue el caso del propio cuadro azulgrana, en cuartos, y el Atlético de Madrid en semifinales.

Varias 'historias' en un mismo partido

La 'magia' del torneo del 'KO' llevó a los equipos más 'sorpresivos' del torneo y la final no ha decepcionado, en absoluto. Javier Aguirre y Ernesto Valverde tenían el plan muy claro y se vieron obligados a ir 'cambiando' con el pasar de los minutos. Mientras los bermellones apostaron por jugadas más directas y la posibilidad de plantarse en el área rival en tres o cuatro toques, el conjunto bilbaíno tuvo grandes problemas para crear y conseguir que los hermanos Williams combinaran.

Y es que, tras unos minutos de asedio total de los leones, que incluyó un buen remate de Ruiz de Galarreta que se topó con una buena estirada de Greif, fue Dani Rodríguez el que abrió el marcador a los 20': Tras un paradón de Agirrezabala, cazó el rechace Raíllo y le dejó el balón al de Betanzos para que se sacara un disparo colocado que superó a la defensa bilbaína para colarse en la portería. El Athletic quedó 'grogui' y el juego no estaba fluyendo, pese a las ocasiones de Sancet o Guruzeta sin éxito. Nico Williams tuvo el empate en el filo del descanso, con una definición sensacional, pero venía de posición irreglamentaria cuando recibía el balón de Yuri.

El descanso sentó bien a los de Valverde, a pesar de que se llevaron un susto en una transición veloz del Mallorca que acabó con un mano a mano de Larin que despejó el guardameta bilbaíno. No pasó mucho para que Sancet, que estaba con una marcha más, se aprovechara de un buen pase filtrado de Nico Williams para mandar un disparo directo al palo largo en el que nada pudo hacer Greif.  El marcador estaba igualado, pero la sensación era de que los vascos estaban un paso adelante. Se hicieron con el dominio casi absoluto y acumularon ocasión tras ocasión para remontar el partido, sin éxito. Iñaki, Sancet o Nico retaron a los mallorquines, que respondieron con un remate alto de Antonio Sánchez, con la zurda, pero que se marchó lejos.

Alegría desde la tanda de penaltis

Con el pasar de los minutos la prórroga llamaba a la puerta. Dani Vivian intentó evitarlo con un potentísimo golpeo que estuvo a punto de sorprender a Grief, que no veía venir el disparo, justo antes del pitazo final y para dar paso a una prórroga en el que se vivieron pocas 'emociones' y en la que el desgaste fue el ingrediente principal. Muniain tuvo el desempate con un remate desde el punto penalti, pero su remate pasó por encima del larguero. La más clara la tuvo Nico Williams, en la segunda parte, con un disparo en boca de gol pero Maffeo salvó 'in extremis'. Muriqi respondió con un cabezazo potentísimo que provocó  un paradón abajo de Agirrezabala. El portero fue el héroe de los penaltis, salvando uno, y señalando el camino hacia un nuevo trofeo.