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·15 de diciembre de 2024
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·15 de diciembre de 2024
El fútbol de Primera División volverá a tener acción en Villavicencio gracias al ascenso de Llaneros. Ese logro trae el recuerdo de Centauros, un equipo que dejó huella en la región y también una historia marcada por dificultades, además de un adiós inesperado hace ya más de una docena de años. Una aclaración importante: ¡No son el mismo equipo!
Llaneros FC ha sido sinónimo de perseverancia y lucha desde su fundación. Tras 13 temporadas de trabajo constante en la Segunda División, el equipo logró el ansiado ascenso, devolviendo a Villavicencio un lugar en la élite del fútbol colombiano. Este hito representa un logro deportivo y una inyección de ánimo para la región, que vuelve a tener un equipo en la Liga BetPlay.
El ascenso de Llaneros llega en un momento clave, cuando el Meta necesitaba una representación futbolística que canalizara la pasión de su gente. La ciudad, que alguna vez vibró con los éxitos y fracasos de Centauros, ahora tiene una nueva esperanza con un equipo que promete ser un símbolo de identidad para toda la región, tal cual ha venido haciéndolo en la categoría de ascenso al jugar en el estadio Bello Horizonte – Rey Pelé.
Fundado en 2002, Centauros fue el primer equipo profesional de Villavicencio. Con su característico uniforme celeste, debutó en la Segunda División y, contra todo pronóstico, rápidamente logró ascender. Solo necesitó una temporada para lograrlo. Su paso por la Categoría A inició con ilusión en 2003, destacándose en el torneo Apertura con un debut prometedor ante Deportivo Pasto.
El primer gol en la máxima categoría lo marcó Rubiel Quintana, dejando una marca histórica para el fútbol llanero. Ese mismo año clasificó a los cuadrangulares semifinales, enfrentándose a equipos históricos como Millonarios, Deportivo Pereira y Junior. Sin embargo, su desempeño no fue suficiente para avanzar más allá.
El segundo semestre de 2003 fue un golpe duro: Centauros descendió tras una campaña llena de altibajos. En la tabla del descenso, ocuparon la casilla 18, lo que marcó su regreso a la Segunda División, donde permanecieron hasta 2011.
A pesar de su esfuerzo, los problemas económicos empezaron a pesar sobre Centauros. En mayo de 2011, con deudas que alcanzaban los 250 millones de pesos y una acreencia importante con la DIAN, los socios mayoritarios decidieron trasladar el equipo a Popayán, cambiando su nombre a Universitario de Popayán. Con esta decisión, Centauros desapareció del mapa futbolístico de Villavicencio, dejando una herida en la afición local.
Con Llaneros FC, Villavicencio tiene la oportunidad de escribir un nuevo capítulo en la historia del fútbol colombiano. Más allá del recuerdo de Centauros, este nuevo equipo busca aprender de los errores del pasado y construir una identidad sólida que represente al Meta.
El reto para Llaneros será mantenerse en la máxima categoría y consolidarse como un equipo competitivo. Con el apoyo de su afición y un proyecto sólido, el sueño de Villavicencio en la Liga BetPlay apenas comienza, con la esperanza de que esta vez sea una historia de permanencia y éxito.