La Galerna
·12 de diciembre de 2024
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La publicación de Mbappé después de la derrota en Bilbao y las palabras de Valdano durante la presentación del último imprescindible de Jesús Bengoechea, ADN Madrid, me trajeron a la cabeza un curioso episodio que tuvo a Juanito como protagonista. Y es que en el Madrid casi todo puede interpretarse a través del mito de Fuengirola.
En mitad de la tormenta por los fallos desde los 11 metros (Liverpool y Athletic), pero, sobre todo, por su juego, el francés no se escondió y publicó un mensaje en sus redes sociales de los que gustan al madridismo, cogiendo el fusil y poniéndose en primera línea de fuego: "Asumo toda la responsabilidad por ello. Es un momento difícil, pero es el mejor para cambiar esta situación y mostrar quién soy", escribió. Por su parte, el hombre que lo ha sido todo en el Madrid, Jorge Valdano, estuvo excelso en su metáfora contra los que sitúan al delantero como origen de los males blancos. Para el argentino, cuando vienen curvas, es un sinsentido cargar contra el mayor valor del equipo (con el permiso de Vinícius). Al contrario, “cuando se quema el palacio, lo primero que conviene salvar es el cuadro de Goya”, aseveró en el acto literario.
Nada de la actual situación, con francotiradores siempre dispuestos a matar al pianista, es nueva en el Madrid y su entorno. El 24 de noviembre de 1976, nada más conocerse su fichaje por el Madrid, Juanito concedió una entrevista al diario Marca. Tras cuestionarle sobre su posible traspaso al Barcelona, que estuvo muy cerca de cerrarse, y los pormenores del acuerdo con el club de Chamartín, el periodista disparó a bocajarro: “Después de tanto Juanito arriba, Juanito abajo, que le traspasan, que no le traspasan, ¿no teme ser un bluff?, ¿defraudar al aficionado blanco?”. No es difícil imaginar la cara del malagueño, que se mantuvo en su sitio: “Juanito no es un bluff. Juanito es un jugador que se ha hecho a costa de muchos sacrificios. Puede decir, si quiere, que es el renacer de Juanito. Espero no defraudar a nadie, y menos al Real Madrid”. Huelga recordar que ese año fue el de la consolidación definitiva del eterno siete, supersónico en el Burgos y debutante en la Selección.
Si de alguien que había dado sobradas muestras de calidad, raza y carácter (su venganza contra el Atlético de Madrid esa campaña fue tremenda) se dudaba incluso de forma preventiva, qué no podemos esperar ahora contra Mbappé. Al final, el único argumento válido para el Madrid es la victoria. Todo pasa por ganar: el aplauso, la gloria y el fin del escepticismo. Hasta la siguiente esquina, por supuesto.
Getty Images.